‘Garra Blanca 1. El huevo del Dragón Rey’, de Serge Le Tendre y Olivier Taduc

Editorial: Norma.

Guión: Serge Le Tendre.

Dibujo: Olivier Taduc.

Páginas: 48.

Precio: 15 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Marzo 2015.

La primera sorpresa que esconde El huevo del Dragón Rey es que Garra Blanca, el personaje que da título a la serie, no aparece en las primeras quince páginas del álbum. Teniendo en cuenta que esta primera parte de la historia apenas tiene 48 páginas, es toda una declaración de intenciones por parte de Serge Le Tendre, autor de la alabada La búsqueda del pájaro del tiempo (aquí, su reseña), que ya anticipa de esta manera que la saga va a ser mucho más compleja de lo que vemos en este primer álbum y va a afectar a muchos más personajes que su protagonista femenina. De hecho, en El huevo del Dragón Rey tiene un papel mucho más importante Taho el Grande, un cazador de dragones que en la persecución de una de estas criaturas verá su vida cambiada por completo. Lo que está claro es que Le Tendre, con el trabajo aquí del ilustrador Olivier Taduc, tiene una enorme capacidad para mostrar universos de fantasía y jugar en ellos con los personajes, con las criaturas, con su mitología e incluso con la política, porque algo de eso también hay en Garra Blanca. Y aunque en algunos momentos pueda dar la impresión de que Le Tendre recurre demasiado a algunos tópicos, lo cierto es que su hábil mezcla de épica aventurera y comedia desenfadada (más épica que comedia) acaba gustando y dejando con ganas de seguir leyendo.

El trepidante inicio de El huevo del Dragón Rey es el mejor gancho de la serie. Le Tendre pone muy pronto sobre la mesa sus mejores cartas, un cazador con ansias de venganza, dragones, una misión mágica, y eso le permite guardarse hasta la segunda mitad del álbum la capacidad de Garra Blanca para asumir el liderazgo de la serie, más allá de la brillante portada de este primer álbum que convence de la misma forma que la presentación de Taho, verdadero centro neurálgico de esta primera parte, como deja claro el círculo que cierra con él en su primera y última escena. Puede incluso que en una primera lectura no se sea del todo consciente de la gran cantidad de elementos que Le Tendre ha sido capaz de introducir en las apenas 46 páginas dibujadas que tiene este volumen, y ese aspecto es lo que hace albergar las mejores esperanzas para la serie. Con los precedentes, su autor no necesitaba demostrar ya su espléndido manejo de la fantasía, pero da gusto ver que, en ese sentido, sigue en plena forma. El mundo de Garra Blanca es muy atractivo, y lo es además a diferentes niveles, en el los poblados pero también en el de los palacios, en el arte de la guerra pero también en sus entornos más mágicos. Esa fusión la ejecuta con mucha brillantez y sin que se pierda el intento ritmo que tiene todo el álbum.

A eso contribuye con mucho acierto Olivier Taduc, un dibujante con mucha experiencia y que ya trabajó con Le Tendre en la serie de Chinaman. Quitando algún problema de perspectiva que parece sufrir alguna viñeta, sus ilustraciones muestran con mucha habilidad el mundo que plantea la serie, desde la caracterización de los personajes, casi siempre alejados de la estampa más manida de héroes y con rasgos mucho más mundanos (Garra Blanca sería la excepción, con una planta física perfecta, mezcla de belleza y poder, que es lo que se le asume desde el tópico a una protagonista femenina que asume el papel de guerrera), hasta la creación del dragón del título. Convence más en los escenarios naturales (el glaciar en el que se desarrolla toda la parte final es formidable) que los artificiales, aunque también realiza algún plano general de los asentamientos que impacta bastante, pero lo que más destaca es la manifestación de los elementos más fantásticos, especialmente la espectacular escena que Le Tendra y Taduc se guardan para Taho en el tercer cuatro de este álbum o la espectacular aparición de los dragones justo antes del clímax. El buen flashback que emplean ayuda a que el conjunto crezca y este El huevo del Dragón Rey sea un arranque francamente bueno de una serie que, por ahora, tiene muy buena pinta.

Dargaud publicó originalmente Griffe Blanche 1: L’oeuf du Dragon Roi en abril de 2013. El álbum no tiene contenido extra.