Guión: Yann.
Dibujo: Philippe Berthet.
Páginas: 152.
Precio: 19,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Marzo 2015.
Yann y Philippe Berthet se enfrentan a un duro enemigo en Poison Ivy: ellos mismos. Hagamos un poco de historia. Poison Ivy nace de Pin-Up (aquí, su reseña), la espectacular saga con la que los autores siguieron los pasos de Dorothy Parker, una bellísima mujer que comenzó su odisea siendo modelo de cuerpo para una tira de prensa titulada precisamente Poison Ivy sobre una divertida mujer que anima a las tropas en la época de la Segunda Guerra Mundial. Pues bien, Yann y Berthet han querido que ese personaje fuera real, y así nació esta serie desgajada de aquella. Volvamos al enemigo al que se enfrentan los autores. Su trabajo en Pin-Up fue tan espléndido que Poison Ivy se queda algo lejos de las sensaciones que publicó la obra de la que surge. El tono es casi opuesto. Si la primera era un fresco histórico y aventurero, esta se convierte en una historia de guerra con toques de fantasía y humor. Es decir, que ni siquiera los objetivos iniciales de la serie son los mismos, a pesar de que sus contextos se asemejen. Si se supera esa sensación comparativa, lo cierto es que Poison Ivy es inteligente, imaginativa y por momentos francamente divertida, e incluso se pueden reconocer elementos comunes a Pin-Up y a la obra en general de Yann, como el gusto por los aviones o el tono picante de algunos diálogos y situaciones, pero sí que está por debajo de su anterior gran trabajo.
La mejor prueba de que esa comparación es el peor enemigo de Poison Ivy es que el cierre del volumen, con una serie de esas tiras de prensa que sirvieron de inicio a Pin-Up, es que ahí está lo más divertido de este volumen integral, que contiene los tres álbumes de la serie, Flor de Bayou, Tigresas voladoras y Suerte en Bir Hakeim. Puestos a escoger, de hecho, el mejor de los tres sería el primero, porque es donde Yann vuelca una mayor labor de imaginación para dar un origen a esta Poison Ivy, uno realmente divertido, que da sentido a su nombre y que sienta unas atractivas bases para lo que viene a continuación. En los dos siguientes álbumes, lo que Yann hace es colocar en misiones militares a su heroína a la fuerza y a sus compañeras de la organización Women on War (en realidad, una especie de grupo de superheroínas de extrañas habilidades que luchan para Estados Unidos en esa Segunda Guerra Mundial). Como ya hizo en Pin-Up, Yann demuestra un audaz y efectivo manejo de los hechos históricos, con versiones más que aceptables de personajes reales como Franklin Delano Roosevelt o el uso de campañas militares verosímiles. A partir de ahí, Poison Ivy engancha menos que Dorothy Parker como personaje y aquí es más efectivo el necesario retrato coral (son seis las mujeres que forman el W.O.W. en un primer momento) que el de la protagonista.
Siguiendo la línea de su anterior y muy prolongada colaboración con Yann, Philippe Berthet firma un dibujo espléndido que tiene sus mejores armas en la formidable manera en la que dibuja a las mujeres protagonistas, dándoles una identidad física propia y eludiendo el uso de modelos calcados, y lo bien que retrata la época y los escenarios en que tiene lugar la historia. No hay nada que se le escape a Berthet, que es capaz de recrear con la misma verosimilitud los pantanos de Lousiana, las zonas de combate de Birmania o los desiertos de Libia, y lo mismo se puede decir de animales tan dispares como elefantes, cocodrilos o serpientes o de los aviones de combate alemanes. Sumando a eso el atractivo y la personalidad que le da a cada personaje con sus circunstancias diferenciadoras, su rostro, su cuerpo y su forma de moverse, la valoración sobre el dibujo de Berthet tiene que ser entusiasta, quizá también un peldaño por debajo de lo que había hecho en Pin-Up, de nuevo obligado referente, pero sin que eso impida disfrutar con Poison Ivy, que acaba siendo un tebeo francamente divertido que demuestra la enorme versatilidad tanto del guionista como del dibujante para ofrecer un spin-of simpático e inteligente que utiliza con habilidad ese tramo de la historia que tanto le gusta a Yann para entretener con bastante acierto.
Este integral contiene los álbumes Fleur de Bayou, Tigresses Volantes y Baraka a Bir Hakeim, publicados originalmente por Dargaud en octubre de 2006, mayo de 2007 y marzo de 2008, y recopilados en Poison Ivy. L’integrale, de octubre de 2012. El volumen no tiene contenido extra.