CÓMIC PARA TODOS

‘Mortadelo y Filemón. El tesorero’, de Francisco Ibáñez

mortadelo-filemon-tesorero-barcenas--644x862Editorial: Ediciones B.

Guión: Francisco Ibáñez.

Dibujo: Francisco Ibáñez.

Páginas: 48.

Precio: 12 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2015.

Más allá de que Mortadelo y Filemón siga siendo en nuestros días una franquicia de éxito después de haber entretenido a niños de tantas generaciones, El tesorero es una auténtica genialidad. Francisco Ibáñez ha cogido uno de los casos de corrupción política que más información ha generado en España en los últimos años y lo ha transformado en una aventura de los agentes más famosos de la T.I.A. La capacidad de Ibáñez para asomarse a la actualidad siempre ha estado presente, pero nunca la había demostrado con tanto descaro. Y eso, que parecía un terreno limitado al de la tira cómica de actualidad, acaba convirtiéndose en una excusa casi portentosa para construir una historia juvenil mucho más valiente en su parodia que bastantes análisis políticos serios que se han hecho sobre este asunto. Aunque Ibáñez se cuida mucho de no dar nombre a este tesorero, sosias perfecto de Bárcenas que incluso copia desde la portada el famoso gesto despectivo que dedicó a la prensa antes de ser detenido, y modela los nombres de sus referentes reales con la misma gracia de siempre, la crítica social y política está ahí. Y luego construye a su alrededor una aventura de Mortadelo y Filemón con los mimbres habituales, con sus porrazos, sus disfraces, sus equívocos y sus torpezas, haciendo que este álbum sea tan divertido como siempre pero a la vez con ese formidable toque sarcástico de actualidad.

Mamerto Rojoy es  es el señor Preboste de la Presidencia que habla a través de una televisión de plasma, el ministro del Peculio es un hombre bajito, con gafas y gesto cabreado y, por supuesto, el Tesorero es un tipo que se ha llevado mucho dinero de la sede del Partido Papilar, «los que mandan», y tiene unos papeles que demuestran a quién se lo ha dado. Esto, que podría ser un material perfecto para El Jueves, Orgullo y Satisfacción o Mongolia, es el trasfondo en el que Ibáñez coloca a Mortadelo y Filemón. Pero, a diferencia de lo que podría haber sucedido con otros personajes o con otro autor, Ibáñez no deja que esas referencias que se extienden con mucha inteligencia a lo largo de todo el tebeo devoren la esencia de sus personajes, por mucho que sean lo más llamativo por razones obvias y lo más genial de este álbum en concreto. Pero el caso es que esto sigue siendo una aventura de Mortadelo y Filemón, una que mantiene el habitual nivel humorístico de los tebeos que forman la serie y que sirve para demostrar una vez más la absoluta vigencia que tienen estos iconos de la historieta española. Sigue impresionando ver cómo Ibáñez es capaz de hacer que los mecanismos de toda la vida para arrancar carcajadas funcionan con la misma eficacia de antaño y como todos los personajes de siempre tienen la presencia habitual provocando las mismas risas.

El aspecto de Mortadelo y Filemón sigue siendo tan carismático como siempre, lo que habla del perpetuo estado de gracia que manifiesta el dibujo de su autor. Si la serie es tan divertida, es precisamente porque sus trompazos son visualmente tronchantes, porque el carisma de los personajes se mantiene intacto y porque Ibáñez domina las claves del humor gráfico, los inagotables disfraces de Mortadelo, las caras de cabreo de Filemón o las secuelas físicas que sufren estos agentes de la T.I.A. cada vez que un plan les sale mal. Todo sigue siendo tan atractivo como lo es desde hace años. Y la caricatura de ese gancho de actualidad es igual de inteligente que la presencia de los protagonistas de siempre. Eso, de hecho, es lo que hace que la referencia no se coma lo de siempre, porque la integración entre Mortadelo, Filemón, el Súper y todo lo ya conocido con este Tesorero el grupo de políticos que le sigue es muy natural, nada chirría y todo acaba formando parte de la misma broma. Será que es cierto aquello de que los clásicos nunca mueren y que a los lectores más pequeños es más difícil engañarles. Pero cuando Ibáñez coloca además esos ganchos tan apetecibles y divertidos para los adultos, es que estamos ante uno de esos álbumes que van más allá del revuelo mediático que puedan despertar.

El volumen no tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 22 junio, 2015 por en Cómic, Ediciones B, Francisco Ibáñez, Mortadelo y Filemón y etiquetada con , , .

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