Título original: Nick Fury: Agent of SHIELD.
Director: Rod Hardy.
Reparto: David Hasselhoff, Lisa Rinna, Sandra Hess, Neil Roberts, Garry Chalk, Tracy Waterhouse, Tom McBeath, Ron Canada, Peter Haworth, Scott Heindl.
Guión: David S. Goyer.
Música: Kevin Kiner y Gary Lionelli.
Duración: 90 minutos.
Distribuidora: 20th Century Fox.
Estreno: 26 de mayo de 1998 (Estados Unidos, televisión).
Ver Nick Fury: Agente of SHIELD con los ojos de un espectador ya acostumbrado al lujo en las adaptaciones al cine de cómics de superhéroes invita al destrozo más inmediato y absoluto. No es que conocer las circunstancias de esta película conocida en algunos foros como Objetivo Manhattan atenúe demasiado el duro juicio que merece, pero al menos sirve para contextualizar este pobre intento de expandir hacia la televisión lo que entonces todavía no había tenido demasiado éxito en el cine. Esta recreación en imagen real de las aventuras de Nick Furia es dos años anterior al primer intento serio de rentabilizar los cómics de Marvel en el cine, X-Men (aquí, su crítica) y su guión está sorprendentemente escrito por David S. Goyer, que en ese mismo 1998 comenzó a adquirir cierta notoriedad por los guiones de Dark City y de Blade, otra adaptación de un personaje Marvel de segunda fila, y poco después ya un reconocimiento mayor por su participación en el libreto de Batman Begins (aquí, su crítica). Pero esa no es una aproximación certera para juzgar la película, muy lejos de lo que se puede extraer simplemente viendo el cartel original de este telefilme, al estilo de las películas de bajo presupuesto de la Cannon en los años 80. En realidad, Nick Fury: Agent of SHIELD es bastante peor que todo eso, es un producto televisivo de baja calidad que sólo se sostiene precisamente por su carácter de rareza.
Se puede admitir que Goyer encuentra un buen escenario para hablar de Furia, retirado y de regreso a un SHIELD que no reconoce para hacer frente a la amenaza de HYDRA, o que hay algunas ideas en el guión que son bastante sugerentes, mezclando el espionaje de los años 70 en los que el personaje brilló con especial intensidad (gracias sobre todo a Jim Steranko) con el miedo a la guerra bacteriológica más propio de los 90. Se puede aceptar que algunos de los diseños, desde el Helitransporte hasta los trajes de combate de la agencia secreta, funcionan bastante bien para la época y los modestísimos medios de que dispuso Rod Hardy para rodar el telefilme. Incluso que David Hasselhoff, en foto fija, se acerca bastante al aspecto que luce Nick Furia en sus mejores versiones de cómic, antes de que Mark Millar y Bryan Hitch decidieran tomar como modelo a Samuel L. Jackson para el universo Ultimate. Pero a partir de ahí, todo lo demás roza el desastre con demasiada frecuencia. Su director apenas consigue escaparse de una sensación cinematográfica pobre que se mantiene como una constante a lo largo de los 90 minutos, no logra en ningún momento que ni uno solo de sus actores se crea algo de lo que está diciendo o haciendo y cae en la más absoluta de las rutinas a la hora de afrontar las secuencias en teoría más emocionantes de la historia.
En realidad, resulta imposible hacer una película decente sobre Nick Furia si este personaje es el más inverosímil de todos. Las poses de Hasselhoff son tan forzadas a la hora de mirar al infinito en busca de una solemnidad que nunca consigue que acaba rozando la caricatura. Eso sí, sería injusto decir que Hasselhoff es el peor intérprete de la película viendo el ridículo en el que cae Sandra Hess dando vida a Andrea von Strucker, con una sobreactuación impropia y absurda. Entre ambos acaban escribiendo un auténtico manual de lo que no hay que hacer para que alguien se pueda tomar en serio un filme basado en un cómic, por modestas que sean sus posibilidades. Casi parece mentira que este producto esté tan cerca de la explosión definitiva de la madurez del género, porque encaja mucho mejor en los últimos años de la década de los 70, o al menos diez años de cuando se produjo, cuando Marvel debía conformarse con productos tan limitados como Capitán América (aquí, su crítica) cuando los principales superhéroes de DC, también es cierto que sólo Batman y Superman, llevaban dos décadas protagonizando películas de éxito. Lo demás se mueve entre lo rutinario y lo criticable, aunque también es lícito reconocer que la escala de la película que se podía intuir en el guión sufre por la ausencia de un presupuesto que pudiera hacer justicia a la ambición de Goyer.
A pesar de haber buscado un entorno amable, ni siquiera en su faceta de adaptación se puede tener en buena estima a Nick Fury: Agent of SHIELD, porque transgrede límites que casi parecen pensados para ofender al seguidor más clásico. El caso más evidente es el de Dum-Dum Dugan, uno de los más míticos acompañantes de Furia al que despojan no sólo de sus rasgos físicos más característicos (su bigote pelirrojo y su bombín), sino también de su arrojado carácter, haciendo que no se parezca en nada a su referente. Y es que la película no tiene la valentía de cambiar personajes o elementos en buscar de versiones mejores, sino más baratas y aburridas. SHIELD no parece ser un cuerpo de élite, el propio Nick Furia no justifica con sus acciones que se le busque como la última esperanza contra HYDRA (impresiona negativamente ver que la resolución feliz de la historia depende de la elección afortunada de un número que hace sin argumentación alguna), las escenas de acción no están bien resueltas y sólo Lisa Rinna interpretando a Val, la agente más próxima a Nick, parece encajar en algún momento en la historia, aunque por desgracia no siempre. Nick Fury: Agente of SHIELD es mala, sin medias tintas y sin paliativos. Y es mala más allá de sus escasas posibilidades de hacer algo más lujoso. Vista como rareza, puede llegar a generar alguna simpatía, pero lo cierto es que no la merece.
tengo entendido que esto iba a ser no otra cosa que una serie para la caja tonta, aprovechando que el Hoff aún tenía algo de fama gracias a la longeva serie Baywatch. Afortunadamente no he visto la película, la críticva de cine apodada como Obscurus Lupa (una de las pelirrojas más lindas que he visto) aprovechó el momento para hacerle una crítica de las suyas, ya que para sus parámetors es de serie b.