Uno de los muchos autores españoles que trabaja para el mercado francobelga es Eduardo Ocaña. Su último trabajo publicado en España es Los cuadernos de Darwin (aquí, su reseña), en la que, con guiones de Sylvain Runberg, coloca al famoso naturalista en una auténtica historia de misterio con la evolución sobre la que formuló su conocida teoría como punto de partido. Ocaña muestra un dibujo espléndido, muy original y acertado, y no queríamos dejar pasar la oportunidad de hablar con él para que nos contara algunos detalles de esta obra, publicada en España por Yermo. Así, este excepcional artista nos habla de cuestiones sobre su dibujo, sus referentes o sus planes de futuro.
Cuéntanos cómo surge la oportunidad de dibujar Los cuadernos de Darwin. ¿Estuviste en el proyecto desde el principio, fue un ofrecimiento…?
Había trabajado con Sylvain en un número de Kookaburra Universe y teníamos ganas de continuar colaborando. Sylvain llevaba tiempo dándole vueltas a trabajar sobre Darwin metido en un encuentro con unas criaturas fantásticas y a partir de ahí desarrollamos el proyecto.
Efectivamente, ya tenías experiencia con Runberg, un autor como poco polifacético que tan fácil se mete en la adaptación de bestsellers como Millenium como en obras de fantasía y ciencia ficción o como aquí, en un thriller con toques sobrenaturales. ¿Qué nos puedes contar sobre él y sobre la forma en la que trabajáis juntos?
Sylvain es extremadamente creativo y trabajador. Es impresionante verle madurar ideas de todo tipo que, ya de por sí, son buenas. Además, hace que sea muy fácil trabajar con él, nos deja a los dibujantes el espacio ese que nos gusta manejar a nosotros solos y confía plenamente en el dibujante con el que trabaja. Para mí, está llamado a ser uno de los grandes guionistas del cómic francobelga por todas las cualidades que tiene.
Uno de los aspectos que más me ha gustado de Los cuadernos de Darwin es el movimiento que se ve en las criaturas, sin llegar a dejarse ver hasta que la historia lo necesita pero al mismo tiempo con el detalle suficiente para ser aterrador. ¿Cómo te planteaste que debías plasmar así las apariciones de las criaturas?
Es un asunto que Sylvain y yo tratamos al principio y encontramos la respuesta en el manga. Podíamos trabajar la velocidad con el uso de las líneas cinéticas y a su vez utilizarlas para ocultar a la bestia y dotarla del misterio necesario para la historia. No hubo diseños de las bestias hasta casi terminar el tomo 1, lo importante era que las líneas cinéticas funcionasen como sombras de la bestia.
En alguna entrevista te he leído que atribuyes tu estilo realista a tu trabajo en Les Humanoides Associes. ¿Crees que habrías podido hacer Los cuadernos de Darwin con otro estilo o este es el adecuado y el que siempre tuviste en la cabeza?
Sí, empecé a trabajar en Messiah Complex un estilo más realista que el que tenía al aterrizar en el mercado francobelga y quería seguir desarrollándolo con Les carnets de Darwin, para mí le pega a la historia intentar ser lo más realista posible para intentar conseguir que el choque con lo fantástico tenga más fuerza.
¿Supone una dificultad añadida dibujar a un personaje real, como es el caso de Darwin? ¿Puede ser algo que limite de alguna manera tu creatividad o para ti o es como cualquier otro personaje?
Dificultad, bueno, sí. Pero no lo veo como algo negativo, sino que enriquece la historia, en absoluto limita. Juegas con un personaje que conoce todo el mundo, es trabajo de identificación con el lector que ya tienes hecho. Has de ser fiel, pero la simpatía ya la tienes lograda antes de ponerte. Luego es más fácil sorprender cuando juegas a romperlo.
Siendo una obra que se adentra en las teorías de la evolución, me gustaría que me hablaras de cómo diseñaste a las criaturas, de qué animales partiste y cuáles fueron tus influencias para el aspecto final, sobre todo si buscaste inspiración en el género de terror.
Para las criaturas y la ambientación tuve en mente la peli Un hombre lobo americano en Londres. A partir de esa famosa transformación que sale en la peli, con ese morro alargándose, creé las criaturas. Cada animal corresponde un poco al entorno y las características del personaje al que corresponde. Aunque le dimos varias vueltas Sylvain y yo a crear diferentes ramas de evolución en las criaturas, dependiendo de inteligencia, hábitat…, decidimos no reflejar esto en exceso pues no era determinante para la historia que queríamos contar.
Aunque sea una historia de misterio y terror, hay algo ajeno a eso que me encanta, tanto en el guión como en tu dibujo, y es el componente feminista que hay, sobre todo con Suzanne Dickinson, un personaje al que haces hablar muchísimo con la mirada y con los gestos… Y me da la sensación de que esos detalles son más difíciles de conseguir que una espectacular escena de acción o de violencia, ¿verdad?
Suzanne es el contrapunto a tanta testosterona social y animal, había que cuidarlo, es muy importante para la historia. También hay que cuidar las escenas de acción, pero a mí me gusta mucho ver BDs en los que la atmósfera o los reflejos de los personajes ante las situaciones tienen una especial dimensión. Así que por ahí es por donde intento profundizar más.
Y como ya hemos sacado la cuestión de la violencia, que Los cuadernos de Darwin no evita en absoluto, ¿había algún límite fijado en el guión a la hora de mostrar los resultados de los ataques de las bestias o tuviste libertad absoluta para dibujarlo tan gráficamente como querías?
Libertad absoluta. Intenté sorprender al lector con la velocidad de las líneas cinéticas y conseguir que con tanto detalle en el destrozo de los golpes, fuera el lector el que pasase rápido por las escenas de acción, que no se quedase mucho a recrearse en el dibujo, sólo encontraría líneas cinéticas y tripas. Dependiendo de la sensibilidad de cada uno, irías más rápido o no… Esa era la idea.
En una historia que descansa tanto en la ambientación como esta, asumo que el trabajo del colorista es quizá algo más importante que de costumbre. ¿Qué indicaciones le diste? ¿Y por qué sustituyó Maz! en el tercer álbum a Taqriq Bellaoui, que hizo los dos primeros?
El color era clave para conseguir la atmósfera. Lamentablemente, para un colorista, el mundo de la BD es bastante complicado y poco a poco, otros trabajos de Tariq en el campo de los videojuegos le absorbieron por completo y el número 3 nos lo salvó Maz! que se adaptó perfectamente al trabajo de los dos primeros álbumes e hizo, para mí, el mejor álbum de la serie en cuanto a color.
Dado que el final de la historia queda convenientemente abierto, ¿te gustaría volver a este mundo en el futuro o das por terminada las aventuras de Darwin?
En su momento hablamos de que si hubiese continuación, era muy probable que saltáramos en el tiempo unos cuantos, muchos años, para ver como han evolucionado las razas de criaturas… Nunca hay que descartar nada, pero por ahora la historia con Darwin queda cerrada ahí.
Has trabajado ya con las grandes editoriales del mercado franco-belga, Soleil, Lombard, Casterman o Les Humanoides Associes. ¿Es difícil abrirse camino entre ellas? ¿Cómo lo has hecho tú y qué consejo le darías a un autor novel que quiera buscarse la vida por esa vía?
Pues sí es difícil, pero supongo que cualquiera que quiera vivir lo más a su manera posible, en cualquier profesión, se enfrenta a dificultades similares. Intento no obsesionarme con eso, voy preparando proyectos, unos llegan al nivel de ser publicados, otros no, y así vamos dando pasitos por la vida… Consejo para insensatos… pues no sé, que sepan que si de verdad les llama esto del cómic al final no les va a quedar otra que asumirlo e intentarlo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…
Y para concluir, ¿en qué estás trabajando ahora?
Estoy metido dentro de un proyecto histórico con un único guionista y otros dos dibujantes que trata de reflejar cómo se enfrentó la sociedad francesa en sus diferentes estratos sociales a la segunda guerra mundial y de como esta les cambió. Acabo de empezar, saldrá a mediados del 2016.