Guión: Jim Starlin.
Dibujo: Jim Starlin.
Páginas: 200.
Precio: 19,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Enero 2015.
Además de otras muchas cosas y casi todas positivas, Jim Starlin es un nombre capital en el cómic de ciencia ficción, superheroico o no, de los años 70 y 80. Por eso, es una indudable buena noticia la recuperación de un título como Gilgamesh II, que casi le sirvió para cerrar en su trayectoria la segunda de esas dos décadas. No es esta una obra del calado de Dreadstar, ni una de tanto significado en el universo Marvel como su visión del Capitán Marvel, pero no por eso deja de ser un relato espectacular en muchos sentidos. La épica que hay en la historia del único superviviente de una raza alienígena tiene encanto desde antes incluso de que Superman abriera la historia del superhéroe, y la espléndida conversación del relato que hace Starlin haciendo que no sea el único superviviente cambia por completo el tono de la historia, abriéndola a una dimensión nueva y apasionante, en la que no sólo se manejan extraordinarios conceptos de ciencia ficción sino, y especialmente, una mirada al interior del alma humana, por mucho que el protagonista no sea humano. La espectacularidad visual de Gilgamesh II, aunque tenga cierto toque ochentero que en algún momento llega a aparecer algo antiguo, completa una visión hacia el futuro cargada de imaginación y que no ha perdido vigencia en sus temas o en sus planteamientos.
Parte de esa ingenuidad de su época está en la fecha en la que Starlin ambienta la obra. Arranca en 1987 y acontece esencialmente 25 años después. Es decir, ya hemos superado ese tiempo y, desde luego, no vivimos en un entorno de ciencia ficción como el que expone. Pero como el escenario de la obra parte, no ya de la llegada a la Tierra de dos supervivientes de una raza extinguida, sino de una guerra que no se ha producido y del liderazgo de un ser extraterrestre, no hay margen a la duda en lo que se nos cuenta. Starlin domina estos entornos, domina el género y define a los personajes con maestría para que en la historia tenga cabida un espectro muy variado de emociones y sensaciones. Gilgamesh es, en realidad, un niño solitario, que se aferra a su madre (hasta el punto de legarle el mando de una Tierra dominada corporativamente y una vez que las naciones quedan en el pasado) y a sus raíces, las que descubre cuando conoce al segundo superviviente de su raza. Pero Gilgamesh es al mismo tiempo un líder, un guerrero, un hombre decidido y dispuesto a todo por sus ideales. Starlin hace que todas las cuestiones humanas y personales de las que quiere hablar se mezclen con sutileza y naturalidad en un entorno espectacular de ciencia ficción, en el que el autor cuela una ironía y un sentido del humor poco habituales en su obra pero que funciona francamente bien.
Ese humor, en realidad, un complemento perfecto a la épica visual que tiene Gilgamesh II. Starlin es un dibujante extraordinario que en aquel momento de su trayectoria estaba en lo más alto. Se nota en cada viñeta, en una narrativa llena de matices y complejidades que no necesita romper una estructura más o menos clásica de la página, y que no abandona más que en el tramo final, cuando Gilgamesh se lanza al vacío, a la nada, a un universo en las que las reglas físicas no son las mismas que en el mundo que conocemos. Puede que en las armaduras, en las naves y especialmente en las criaturas sí se note con facilidad la época en la que fue construida esta obra, pero aún así eso sólo añade nostalgia a la lectura, sin mermar su calidad, precisamente porque los diseños funcionan y sobre todo el del protagonista, de aspecto semihumano pero con las suficientes diferencias como para captar en todo momento no sólo su procedencia sino también un aura de poder físico sublime. Si Starlin es un maestro escribiendo escenarios de ciencia ficción, también lo es a la hora de dibujarlos. Pero como Gilgamesh II no es sólo épica de ciencia ficción, sino también íntima y personal, la obra no sólo destaca por su espectacularidad. También lo hace por su alcance humano, que Starlin dibuja con mimo a la vez que lo va planteando en el guión, haciendo que una historia de un superviviente sea, al final una historia sobre dos hermanos. Brillante.
El volumen incluye los cuatro números de Gilgamesh II, publicados originalmente por DC Comics entre febrero y junio de 1989. El contenido extra lo forman una introducción de Sergio García y las portadas originales de Jim Starlin.