CÓMIC PARA TODOS

‘Prophet 3. Imperio’, de Brandon Graham, Simon Roy y Giannis Milonogiannis

Prophet 03 portada.inddEditorial: Spaceman Books.

Guión: Brandon Graham, Simon Roy y Giannis Milonogiannis.

Dibujo: Simon Roy y Giannis Milonogiannis.

Páginas: 152.

Precio: 13,95 euros.

Presentación: Cartoné con sobrecubierta.

Publicación: Agosto 2014.

Si fuera sencillo, no sería de Brandon Graham. Esa es la principal conclusión que viene dejando Prophet desde su portentoso inicio, mostrándose como una saga de ciencia ficción dura, a ratos casi inaccesible, y que persiste en este tercer volumen. Graham, lejos del tono más cómico de su repertorio, el que mostró en King City (aquí, su reseña) o Multiple Warheads (aquí, su reseña), prosigue con la reinvención de uno de los títulos con los que Image quiso adueñarse del cómic de superhéroes de los años 90, desterrando por completo las bases de aquella terrible etapa y convirtiendo Prophet en algo completamente diferente. Tanto es así, que Graham logra encandilar de una forma casi inquietante, sin la necesidad de comprender todo lo que está sucediendo en cada una de las páginas. Es difícil explicar dónde está la verdadera razón de que Prophet fascine, pero lo hace. Eso es algo que probablemente tenga que ver precisamente con el concepto de ciencia ficción que maneja. Lejos de mostrar elementos que vemos funcionar con la lógica de un lector de comienzos del siglo XXI, Graham lanza una apuesta muy arriesgada y se permite un salto cognitivo excepcional que hace que para entender la serie haya que cambiar completamente la mirada, lo que hace que la historia cobre sentido de forma inmediata desde lo sensorial y, desde ahí, se pueda racionalizar al menos parcialmente.

Una vez establecido el escenario en el que se mueve Prophet tras su reinvención (aquí la reseña del primer volumen y aquí la del segundo), Graham prosigue con la intención de los clones de su protagonista de devolver a la vida un imperio humano. Hay mucho de descripción social y cultural en lo que se muestra en estas páginas, de rituales sociales y de costumbres, incluso de la forma en que se manifiestan sus creencias o sus maneras de proceder. Pero hay que dejar claro que su forma de entender la narración es tremendamente exigente, porque no satisface inicialmente las ansias de saber qué está pasando. Todo lo que Graham escribe, junto a Simon Roy en los cuatro primeros números que incluye este tercer volumen y en el sexto y a Giannis Milonogiannis en el quinto de ellos, forma parte de un plan tan elevado que sería absurdo no advertirlo. O se tiene un gusto especial por este tipo de ciencia ficción, que remite a las obras de Moebius, de Alejandro Jodorowski o de François Bourgeon o será difícil llegar hasta donde pretenden Graham y sus colaboradores. Y es que a pesar de manejar conceptos accesibles como la clonación, la colonización o la guerra, no hay demasiados referentes que permitan entender la singularidad de Prophet. Ahora bien, conectar con la serie implica un disfrute total y sin complejos, que permite apreciar una enorme colección de conceptos rompedores e inteligentes dentro del género.

Dada esa complejidad, Prophet es una serie que necesita un estilo visual reconocible y que, al mismo tiempo, marque una total diferencia con lo que suele ofrecerse en el cómic norteamericano contemporáneo. No deja de ser irónico que eso lleva precisamente a las antípodas de la forma en que nació la serie con dibujo de Rob Lielfeld. Roy y Milonogiannis son los encargados de dibujar la serie, y sus estilos, aunque contrapuestos en algunos detalles, acaban siendo perfectamente complementarios, hasta el punto de que intercalan páginas en algunos de los números para crear unas sensaciones más poderosas. El primero es un ilustrador más sucio, el segundo tiene una línea más clara y fina, y ambos contribuyen por igual al impactante trabajo de diseño que hay en la serie, lo que permite una ambientación modélica y singular. Prophet es, en ese sentido, una serie claramente reconocible desde todos los puntos de vista posibles. Sus historias son arriesgadas, tan duras de leer que casi requieren de la recuperación de todo lo anterior para llegar al nivel de comprensión que Graham, Roy y Milonogiannis querrían. Pero su aspecto visual es tan fascinante que ese esfuerzo se acaba realizando sin demasiada dificultad. Y Prophet es a ratos tan extraordinaria que ni siquiera exige una comprensión total para asimilar que esconde muchas cosas interesantes.

El volumen incluye los números 32 y 34 a 38 de Prophet, publicados originalmente por Image entre enero y agosto de 2013, y recogidos en un recopilatorio en febrero de 2014. El contenido extra lo forman las portadas originales y un portafolio de bocetos de Simon Roy y Brandon Graham.

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