Guión: Jean-David Morvan.
Dibujo: José Luis Munuera y Rubén del Rincón.
Páginas: 144.
Precio: 32 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2014.
A mediados ya de la segunda década del siglo XXI, no nos podemos quejar del volumen de tebeos que se publican en España, pues abarcan todo tipo de géneros, autores, editoriales y públicos. Pero que haya que haber esperado quince años para que llegue a España Sir Pyle, una serie de tres álbumes originalmente publicados en Francia pero para colmo dibujados por dos autores españoles, fundamentalmente José Luis Munuera y en el último libro también Rubén del Rincón, es una muestra perfecta de lo mucho que se ha penado en ese largo camino que hemos recorrido hasta llegar aquí. ¿Cómo es posible que este tebeo haya estado inédito en nuestro país durante tanto tiempo, cuando tanto Munuera como Del Rincón, además de ser muy buenos, han dibujado tebeos interesantes y de cierta repercusión? Si es que incluso de Jean-David Morvan, escritor de este tebeo juvenil de fantasía, también hay bastantes obras publicadas en España. Pero esta no. Y ahora por fin llega, y no queda más remedio que dar saltos de alegría. Dejando al margen todas estas disquisiciones, que en el fondo dan mucho más valor a su publicación, lo cierto es que Sir Pyle es una obra divertida y llena de contrastes, sincera y sin complejos, que se permite abordar el tebeo más juvenil desde una perspectiva a ratos políticamente incorrecta, rompiendo mitos y con un personaje protagonista que es mezquino y aprovechado.
En los tres álbumes que forman la serie, y que están incluidos en este volumen, Morvan sigue una fórmula idéntica. Son historias cortas en las que el protagonista, Sir Pyle S. Culapio, experto en tratar con mitos y leyendas, de unos cuantos miles de años de vida aunque tenga el aspecto de un adolescente, se enfrenta a criaturas de todo tipo, desde los monstruos de terror más clásicos a las estatuas de la Isla de Pascua, pasando por los dioses aztecas o griegos, la mismísima Muerte o incluso una versión de los Teletubbies. Y todo es divertido. Cínico, pero divertido. Mitólogo de cabecera, el primero de los álbumes, puede ser el mejor precisamente porque las sorpresas están todavía por descubrir. Malos recuerdos, el segundo, introduce elementos sobre el protagonista, sobre su pasado y sobre sus sensaciones, que complementan muy bien las divertidas interpretaciones de los personajes legendarios, dando algo más de poso a la serie. Y No se pierde nada… intenta innovar algo en la narrativa, pero sigue siendo fiel a las características esenciales de la historia. ¿Y esas cuáles son? Relatos contados por el propio Sir Pyle a su ayudante, Espectro, una sábana, con mucho humor pero también con mala leche, destrozando mitos y leyendas, haciéndolos accesibles y a la vez fieles a los originales, pero con un toque gamberro y proporcionando un entretenimiento para todas las edades de primera.
Las características de Sir Pyle ya invitan a que su dibujante que apueste por la caricatura y que la domine. Munuera ha evolucionado mucho desde que hizo Sir Pyle, y cabe preguntarse cómo haría hoy la serie aplicando el dominio que mostró, por ejemplo, en Los Campbell (aquí, su reseña), pero incluso aquel Munuera de hacer años consigue un espléndido trabajo. Los personajes, tanto los centrales como los episódicos, son carismáticos y divertidos, y saca partido de todos los diferentes escenarios por los que transita el protagonista y haciendo que el humor sea algo fácilmente comprensible desde un primer vistazo a la viñeta. Cuando Rubén del Rincón coge el relevo de Munuera en el tercer álbum que este ya había empezado, lo hace acercándose mucho al estilo de su predecesor, con lo que habrá muchos lectores a los que no les sea fácil diferenciales. Pero sí se puede, mirando atentamente a las figuras de Del Rincón algo más estilizadas (aunque no tanto como en sus trabajos posteriores, precisamente por tratar de mimetizar el estilo de la serie) y ligeríamente menos caricaturescas. Ambos entienden la historia, el personaje y el sentido del humor que preside Sir Pyle, una serie original, amena, que proporciona un espléndido rato y que permite ser leída de muchas maneras, de corrido, por álbumes o incluso por historias, lo que da una facilidad añadida a que los más pequeños se adentren en este atractivo universo.
El volumen incluye los tres números de Sir Pyle S. Culape, Mythecin Généraliste, Mauvais Souvenirs y Rien ne se perd…, publicados originalmente por Soleil en noviembre de 1999, enero de 2001 y junio de 2003. El único contenido extra son las cubiertas originales de José Luis Munuera, que ha realizado junto a Rubén del Rincón una nueva ilustración para la portada de la edición integral en español.