Guión: Eric Arnoux.
Dibujo: David Morancho.
Páginas: 56.
Precio: 14 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Enero 2015.
A veces se dice, y con razón, que está ya todo inventado en los géneros. Viendo desde esa perspectiva Pinky Princess, el primer álbum de Sara Lone, corremos el riesgo de no apreciar en su justa medida la cantidad enorme de logros que hay en sus páginas. Estamos ante un thriller, y situar una de esas historias a finales de los años 50 y comienzos de los años 60 no es ninguna novedad. Que la protagonista sea una mujer independiente, rebelde y que trabaja en un cabaret tampoco es algo especialmente original. Pero ojo a la forma en la que Eric Arnoux y David Morancho le dan forma a esta historia, a su personaje protagonista y al mundo a su alrededor, haciendo que todo tenga un sentido narrativo sensacional. Y cuando se dice todo, es todo, desde ese contexto histórico al lugar en el que acontece el relato, por citar cuestiones que atañen a Arnoux, y con cada elemento que aparece en las viñetas para colocarnos sin esfuerzo en la época y el mismo aspecto de cada personaje como logros de Morancho. Siendo una serie que tiene prevista la publicación de cuatro álbumes, este primero cumple con todo lo que promete, aunque la sugerente portada sea más una forma de saber quién es Sara Lone antes que mostrar lo que realmente sucede en las páginas de esta primera entrega. Si el noir de Sara Lone va a ser así de fascinante, no importa que Arnoux y Morancho sigan jugando a su antojo con sus elementos más característicos.
Siendo una serie que coge su título del nombre de su protagonista, quizá el movimiento más arriesgado de Arnoux es que se trata de un relato que se mueve mucho más alrededor de ella que con ella como centro único. Aunque ya se ha hablado de ella, no aparece hasta la sexta página y la primera escena, la que engancha irremediablemente al lector, es el misterio que tiene otros protagonistas, aunque su vinculación con ella se pone de manifiesto enseguida. Arnoux, en realidad, acaba edificando un equilibrio muy complejo entre el misterio propio del thriller que es, el contexto histórico y social en que este se desarrolla, la descripción de los personajes y los flashbacks. Es, en ese sentido, un noir casi modélico, en el que fascina tanto ir conociendo la historia de la misteriosa Sara como las circunstancias del asesinato que hay sobre la mesa. Y todo con una interesante narración en off, tan propia del género, que no merma el ritmo del relato, muy bien estructurado y que, aún con los evidentes cabos sueltos y los guiños que puede haber diseminados en sus páginas para ser recogidos más adelante, acaba proporcionando un cierre muy satisfactorio. Ese es sólo uno de los muchos detalles que sirven para construir el realismo de Pinky Princess, algo nada sencillo viendo que se trata de un mundo accesible pero violento.
Ayuda mucho a la verosimilitud el espléndido dibujo de David Morancho, siguiendo los bocetos del propio Arnoux, que tiene también experiencia como ilustrador. Incluso con esa pequeña limitación, Morancho se las arregla para que el trabajo sea sobresaliente por detalles que obviamente le pertenecen. Por un lado está el impagable fondo del relato. Todo aquello que nos remite a la época, los detalles, los escenarios, los vehículos, la ropa, es cosa suya. Por otro, el interesantísimo trabajo con el color, que se ajusta a cada escena de una manera natural y realista (si a simple vista pasa desapercibido este efecto, basta con detenerse en la tonalidad que le da a la sangre y el efecto que provoca con ello). Y, finalmente, la expresividad de los personajes, algo que resulta esencial para comprender lo que sucede en cada escena y que incluso deja un resultado fascinante en el siempre interesante ejercicio de pasar las páginas de un cómic sin leer los textos. Sara, como el resto de personajes, adquiere un carisma especial en los lápices (digitales, por cierto) de Morancho. Sara Lone arranca como un espléndido thriller, que enamora a partes iguales por su historia, por el potencial todavía no del todo explorado de su protagonista y por el elevado nivel de detalle que hay en cada viñeta. Si el noir es esto, la supervivencia del género está más que asegurada. Y con Sara Lone empezando así de bien, las ganas de ver cómo sigue son elevadas.
Sandawe publicó originalmente Sara Lone 1: Pinky Princess en octubre de 2013. El contenido extra lo forman sendos epílogos escritos por Eric Arnoux y David Morancho, acompañados de diversas ilustraciones y bocetos.