CÓMIC PARA TODOS

‘Ekhö, mundo espejo 2. París Imperial’, de Christophe Arleston y Alessandro Barbucci

01216200201_gEditorial: Norma.

Guión: Christophe Arleston.

Dibujo: Alessandro Barbucci.

Páginas: 52.

Precio: 15 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Enero 2015.

Si el primer volumen de Ekhö, mundo espejo, Nueva York (aquí, su reseña), ya era un divertido despliegue de imaginación y aventura, este segundo confirma que estamos ante una de las series más simpáticas, entretenidas y para todas las edades desde un aspecto juvenil que se pueden encontrar en el mercado. París Imperial, que así se titula esta segunda entrega de la serie creada por Christophe Arleston y Alessandro Barbucci, lejos de ser una continuación mecánica, rutinaria o inevitable por el éxito del primer álbum, es una historia que sirve para expandir el universo creado de la forma más natural e inteligente posible. Es tanto o más divertido que el primer álbum, potencia el enredo con la misma facilidad que la fantasía y encuentra rincones muy interesantes para colocar nuevas piezas sobre la mesa y para hacer que evolucionen las que ya se presentaron en Nueva York. Arleston combina fantasía, humor, picante, personajes carismáticos y escenarios deslumbrantes, mientras que Barbucci asimila todo lo que le pide el guión y deslumbra en cada viñeta, en cada gag, con cada criatura y, por supuesto, con los personajes protagonistas, Fourmile y Yuri, los dos humanos que acabaron por azar en este rocambolesco mundo alternativo en el que no hay electricidad pero en el que todas las ciudades son reflejo de las que hay en nuestro propio universo.

Si Ekhö, mundo espejo quiere ser precisamente eso, una realidad alternativa a la nuestra pero con muchos puntos de unión, es perfectamente lógico que Arleston busque el punto de partida de esta segunda historia en un acontecimiento social trascendente de nuestra propia realidad. ¿Cuál? Mejor descubrirlo en sus páginas, pero es brillante porque sirve para despertar muchos de los mejores elementos de esta entrega. Y aunque no es más que la excusa, le permite a Arleston desarrollar todo lo que ya hacía bueno al primer álbum. Sigue siendo una historia con humor, mucho y muy bueno, lo que hace que la serie conecte de forma inmediata con públicos muy diversos. Juega con acierto con la química entre sus protagonistas, desde el gag cómico hasta escenas mucho más profundas que hablan de ese divertido coqueteo entre el amor y el odio (más lo primero que lo segundo, aunque ambos pretendan mostrar las dos cosas). Y la traslación del mundo real a este de fantasía es fluida y encantadora. Por eso es un acierto que el clímax se desarrolle en el ambiente cabaretero de París, pero también que haya escenas de palacio, porque ambas cosas conectan con las normas de este mundo, con la ausencia de energía y combustibles, y también que se cuelen elementos de intriga política que enriquecen la trama, haciendo que no se quede en una simple exposición de elementos fantasiosos.

Porque para eso ya basta con recrearse una y otra vez en el delicioso dibujo de Barbucci. El estilo caricaturesco se ha ido colando progresivamente en géneros cada vez más diversos y verlo en series de corte fantástico como esta ya no es una sorpresa, pero pocos ilustradores dominan todos sus registros de la misma manera que lo hace Barbucci. Sus criaturas son fascinantes, sus personajes, humanos o no, son terriblemente carismáticos, y el detalle con el que dibuja sus versiones alternativas de la Torre Eiffel o la catedral de Notre Dame es sencillamente magnífico. Para que funcione el papel de rubia explosiva de Forumile y lo haga sin necesidad de caer en tópicos más o menos sexistas hay que entender muy bien el humor visual, y en eso brilla Barbucci, no sólo por sus curvas sino ya desde su mirada y sus gestos faciales. Como la química con Yuri es formidable, el envoltorio es fantástico, desde sus elementos fantásticos hasta los arquitectónicos, y la narrativa está puesta al servicio de una historia tan divertida, parece casi imposible encontrarle un pero, ni en su guión ni en su dibujo, a este segundo álbum de Ekhö, mundo espejo que no sea su extensión, la habitual para el mercado francófono pero que deja con unas interminables ganas de más. París Imperial confirma no sólo el potencial de la serie, sino el magnífico entretenimiento que ofrece en cada una de sus entregas.

Soleil publicó originalmente Ekhö Monde Miroir 2. Paris Empire en noviembre de 2013. El volumen no tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 6 febrero, 2015 por en Alessandro Barbucci, Cómic, Christophe Arleston, Norma, Soleil y etiquetada con , , , .

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