Guión: Víctor Mora.
Dibujo: Ángel Pardo, Buylla, Marco y Escandell.
Páginas: 576.
Precio: 29 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2014.
Si algo caracterizó a El Capitán Trueno desde su primer cuadernillo de diez páginas es su inagotable sentido de la aventura. Sobrepasando en este quinto volumen recopilatorio las 200 entregas, eso se mantiene intacto. Puede que se sienta en algún momento que las aventuras del héroes español por excelencia del cómic alcancen cierta repetición cambiando los escenarios exóticos y la procedencia de aliados y villanos, e incluso un cierto desarrollo cíclico (cada cierto número de aventuras uno de los héroes, el Capitán, Goliath o Crispín, está cerca de la muerte), pero más de medio siglo más tarde sigue siendo fácil ver los motivos por los que este personaje caló tan hondo entre los chavales españoles de la época. En este quinto volumen de la edición fascímil hay dos grandes regalos de Víctor Mora. El primero, el que más ayuda a romper esa hipotética repetición de esquemas, es el relato del origen de la amistad entre el Capitán y Goliath y cómo llegó Crispín a sus vidas, algo que Mora relata a través de un flashback que se extiende por varios cuadernillos. Y el segundo, el regreso de uno de los personajes históricos más apetecibles de ver por estas páginas, Ricardo Corazón de León. Y es Ángel Pardo el ilustrador que se encargó de llevar a cabo el grueso del trabajo en el periodo que recoge este volumen.
El Capitán Trueno sigue siendo a estas alturas una serie tan cargados de escenarios, culturas y enemigos exóticos, que casi sorprende encontrar en algún momento de este quinto volumen un rival natural al héroe y a la época en la que acontecen sus aventuras, pero en este quinto volumen sucede: hay de nuevo sarracenos (a los que el Capitán, con un adjetivo hoy políticamente muy incorrecto, llega a llamar «moritos»). En realidad, esa es la mejor muestra de que las sensaciones de repetición no son más que eso, sensaciones. Mora va cambiando el escenario, la motivación de los héroes, el papel de los secundarios, e incluso se permite el lujo de empezar a completar los huecos del pasado. Aprovechar que es Goliath el que está gravemente herido para, mediante los recuerdos primero del Capitán y luego de Crispín, contar por fin el origen de los personajes, es uno de los momentos más gozosos de todo lo que hay en este libro, reforzando el concepto de grupo que preside esta serie a pesar de llevar el nombre del protagonista central en su título. A quien se echa en falta en este segmento de sus aventuras es a Sigrid, que apenas aparece en los primeros cuadernillos de esta recopilación, e incluso hay muy pocos personajes femeninos, siendo la Reina de los Vampiros el principal añadido en este sentido a esta mitología.
Una vez que quedó atrás la etapa de Ambrós, en El Capitán Trueno, se aprecia cada vez mejor que es Ángel Pardo quien imprime su estilo a las aventuras del héroe español. Y eso llega a lo bueno y a lo malo. La enorme carga de trabajo que supone llevar una serie semanal como esta hace que en algunas ocasiones el dibujo sea algo apresurado, algo que se puede ver con cierta facilidad en algunos primeros planos de los personajes, pero no es esa la norma dentro de un dibujo espléndido, continuista pero con sus diferencias del original de la serie y que siempre contribuye al gran resultado de la serie. Pardo traza acciones ágiles y dinámicas, disfrutando enormemente con las cuantiosas escenas de acción que le brinda Mora y, sobre todo, con la enorme cantidad de criaturas y escenarios fantásticos que desfilan por sus páginas. Esos dos elementos son los que le permiten un mayor lucimiento y los que, como desde los tiempos de Ambrós, hacen que El Capitán Trueno sea ese sincero entretenimiento sin pretensiones que ha hecho las delicias de tantas generaciones. Pardo incluso maneja con bastante gracia las no demasiadas onomatopeyas que acompañan al relato y no abusa de las grandes viñetas, aunque sí las utiliza cuando la historia lo requiere. Cinco años y más de doscientos cuadernillos después, el Capitán Trueno sigue siendo el Capitán Trueno. ¿Se puede pedir algo más?
El volumen incluye los cuadernillos números 193 a 240, publicados originalmente por Bruguera entre 1960 y 1961. El libro cuenta con una introducción del guionista y crítico de cine Juan Maldonado.