Guión: Gail Simone y Marguerite Bennett.
Dibujo: Fernando Pasarín, Robert Gill y Javier Garrón.
Páginas: 112.
Precio: 11,50 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Octubre 2014.
En el volumen anterior (aquí, su reseña), Gail Simone llevó Batgirl a un punto culminante y climático. Toca ahora aligerar la carga dramática y, curiosamente, desde una perspectiva muy fantástica, con criaturas procedentes del género de terror como invitadas en las dos primeras historias que hay en este recopilatorio. Y eso, que es algo que en principio no deviene en el mejor de los escenarios para que el alter ego de Barbara Gordon encuentre sus mejores historias, acaba siendo un tebeo de superhéroes más que digno, muy entretenido y eficaz de principio a fin. Guiada por Simone y por Marguerite Bennett en la segunda de esas aventuras, Batgirl sigue siendo un personaje atractivo, y lo mismo se puede decir como parte integral de las Aves de Presa en el Annual que redondea este recopilatorio. No es una serie que termine de dar los pasos hacia algo más que seguramente se esperaban con Simone a los mandos, pero la aventura funciona con cierta facilidad, incluso sin necesidad de recurrir como en números anteriores al corazón emocional del mundo de Batgirl, es decir, a la relación con su familia o su responsabilidad como heroína.
Parece evidente que lo que Simone busca es un contrapunto. Del drama vivido hasta ahora al terror, de la tragedia que marca tanto a Barbara como a Batgirl a la diversión, aunque sea una de corte más o menos oscuro teniendo en cuenta que la historia se adentra en el mundo de los vampiros y, especialmente, el de Plata, un cazador de estas criaturas terroríficas que entiende que Batgirl no está precisamente en su bando. Simone consigue que Batgirl sea una excelente jugadora de equipo, primero en esta historia junto a Strix, un personaje salido directamente del arco argumental batmaniano de El tribunal de los Búhos, y después con las Aves de Presa en una historia junto a Hiedra Venenosa construida de forma inteligente en torno al paso del tiempo en un periodo de un año para analizar cómo afecta eso a un ser como Hiedra, a medio camino entre lo animal y lo vegetal. La historia que escribe Marguerite Bennett lleva también a Batgirl a un ámbito sobrenatural que, si bien dificulta su desarrollo como personaje de la misma manera que la opción vampírica de Simone, también funciona con gran precisión como un entretenimiento ligero y solvente protagonizado por un personaje femenino fuerte y bien construido.
Es una constante que Batgirl sea una serie presidida, como tantas otras, por el baile de dibujantes, aunque Fernando Pasarín ha conseguido una cierta estabilidad como ilustrador principal. No está en la primera división de los dibujantes de DC, pero no se puede negar que ofrece como poco la misma solvencia que hay en los guiones. Su Batgirl es dinámica, incluso sin riesgo alguno a la hora de componer la página, y en la primera historia disfruta con las visiones más alucinógenas que permite el punto de vista de Plata. Robert Gill coge el relevo en el último número de la serie regular y en el Annual (con ayuda de Javier Garrón, en unas últimas páginas muy logradas, con una Batgirl muy bien perfilada, y que dejan con ganas de más), y lo hace con un estilo cercano al de Pasarín, lo que ofrece a este volumen una unidad que pocas veces antes había podido apreciar el lector español de Batgirl. La serie avanza con cierta facilidad. El cambio de tono siempre ayuda a que el juicio sea cualquier cosa menos severo, pero también es justo decir que Batgirl, un título que prometía mucho, se ha quedado algo más atrás de los resultados de las series de otras heroínas de DC. Sin decepcionar, pero sin deslumbrar.
El volumen incluye los números 28 a 30 de Batgirl y el Annual número 2 de la serie, publicados originalmente por DC Comics entre febrero y abril de 2014. Además de la presentación de Enrique Ríos, el único contenido extra son las cubiertas de Alex Garner, J. G. Jones, Adam Hughes, Clay Mann y Rick Tulka.