‘Sandman. Los cazadores de sueños’, de Neil Gaiman y P. Craig Russell

Editorial: ECC.

Guión: P. Craig Russell y Neil Gaiman.

Dibujo: P. Craig Russell.

Páginas: 144.

Precio: 15,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2014.

Estamos en 1999. Sandman ha concluido. Neil Gaiman había dado por finalizada su obra magna en el mundo del cómic tres años atrás, en 1996. Pero el mundo de Morfeo siempre estuvo lejos de quedar agotado con esa mítica serie. Así nace Los cazadores de sueños, pero no como cómic. Gaiman publica un libro ilustrado con el arte de Yoshitaka Amano. Sandman, en todo caso, tiene en las viñetas su ámbito más natural, y el talento de Gaiman atrae al talento. P. Craig Russell es uno de esos genios de este medio que pululan alrededor de Gaiman y siempre quiso convertir esta historia en un cómic. Fueron diez años los que tuvieron que pasar, pero con la excusa del vigésimo aniversario de la serie finalmente consiguió su propósito. Al lector sólo le queda mostrar agradecimiento por este hecho, porque Los cazadores de sueños, el cómic, es una de esas obras mágicas y maravillosas que se pueden leer de forma intemporal, conociendo o no la serie completa de Sandman, porque Gaiman es un fabulista excepcional cuyas historias enganchan casi sin esfuerzo y porque Russell es una eminencia en la narrativa gráfica y entiende perfectamente este universo de fantasía.

Aunque Gaiman no aporta a este tebeo más que el libro original, es imposible no referirse a su talento al analizar cualquier versión de su trabajo. Cuesta creer que las fábulas, cuentos y leyendas a los que hace referencia no existieran antes de que él las juntara en Los cazadores de sueños. Cuesta porque hay una genialidad que no entiende de épocas o de lectores. La adaptación de Russell, no obstante, merece elogios igual de entusiastas. Sí, es la imaginación de Gaiman la que se oculta detrás de este formidable cuento, pero la forma en que está narrada, con la adecuada distribución de los textos y la magnífica gestión de los silencios (ojo al quinto episodio del relato, que arranca con once páginas prácticamente mudas), es mérito de Russell. No es nada nuevo, puesto que en su larga trayectoria tiene adaptaciones brillantes de todo tipo de textos, pero su sensibilidad es por momentos tan cercana a la de Gaiman que ocuparse de una historia de Sandman es algo totalmente natural. Por eso el tebeo avanza con una facilidad apabullante, apelando directamente a la emoción. El lector ríe, llora y se emociona con la misma sinceridad que desprenden sus personajes.

A veces resulta difícil creer que una historia tan grande pueda comenzar con algo tan sencillo como una apuesta entre una zorra y un tejón para echar a un monje de su aislado y solitario templo. Con esa premisa, Gaiman primero y Russell después firman una historia tan bonita que probablemente no necesita del apartado visual para sobresalir. Pero si encima tiene unos dibujos como los de Russell, no queda más remedio que rendirse al embrujo de este libro. No es necesario compararlos con los del volumen ilustrado por Yoshitaka Amano, porque no son excluyentes sino complementarios. Rusell interpreta el mundo de Sandman con tal brillantez que casi procede imaginarse a Gaiman a su lado dándole instrucciones para exprimir al máximo las características del mundo del Señor de los Sueños. La fantasía es absolutamente desbordante y, precisamente por eso, acaba siendo una de las mejores interpretaciones visuales de Sandman, una serie que rara vez contó con un dibujante fijo en un arco argumental y que aquí tiene en Russell a un maestro innegable. Los cazadores de sueños se cierra así como una forma excepcional de entrar en el mundo de Sandman, incluso sin conocerlo previamente. Y conociéndolo, es un complemento excepcional e imprescindible.

El volumen incluye los cuatro números de The Sandman: The Dream Hunters, originalmente publicados por DC Comics a través de su sello Vertigo entre noviembre de 2008 y febrero de 2009 y recopilados en un único libro en octubre del mismo año. Como contenido extra, epílogos de Neil Gaiman, P. Craig Russell y Karen Berger, así como las portadas originales y alternativas de Yuko Shimizu, P. Craig Russell, Mike Mignola, Paul Pope y Joe Kubert y un pequeño portafolio de bocetos de Russell.