‘Brain Boy. Psi contra psi’, de Fred Van Lente y R. B. Silva

Editorial: Aleta.

Guión: Fred Van Lente.

Dibujo: R. B. Silva y Freddie Williams II.

Páginas: 112.

Precio: 12,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Noviembre 2014.

El mundo del cómic es tan inmensamente rico que todavía hoy se pueden recuperar personajes de los años 60 y que sigan pareciendo nuevos para la inmensa mayoría de los lectores. Brain Boy fue una serie de muy corto recorrido, que apenas duró seis números publicados por Dell entre 1962 y 1963, que Dark Horse ha decidido rescatar del olvido encargando su modernización a Fred Van Lente y R. B. Silva. Durante algunas páginas de su historia principal, Psi contra psi, da la sensación de que se impone el personaje sobre el relato, que la idea es usar a un protagonista telépata por encime de todo antes de introducirle en un contexto apasionante de verdad. Pero poco a poco esa sensación, quizá acrecentada por el juguetón número 0, se va desvaneciendo y deja paso a un cómic vibrante y muy entretenido, quizá con algún altibajo pero suficientemente satisfactorio como para reconocerle su buen resultado y sus muchas posibilidades de cara al futuro. Quizá Valente se deja llevar en algunos momentos por la necesidad de complicar la trama, pero la suya es una interesante aproximación a un personaje con poderes mentales, algo que no es tan fácil de reflejar en las páginas de un tebeo.

Ese viene a ser el gran éxito de Van Lente. La telepatía es un poder peligroso para un narrador, que a veces implica una omnisciencia casi total, pero el escritor plasma sus posibilidades con mucho acierto, integrándolas en su narración con mucha naturalidad, incluso en las escenas de acción, y creando un marco de reglas que cumple con mucho acierto. Eso denota que conoce al personaje y que tiene muy claras cuáles son sus posibilidades. Lo demás es dejarse llevar por una historia que va creciendo página a página y en la que Van Lente se divierte reordenando los elementos que formaban parte del Brain Boy original para que tengan un aspecto moderno. Hay un personaje esencial en la trama, el general Ricorta, máximo dirigente de un país sudamericano, objeto de protestas cuando acude a la Asamblea General de Naciones Unidas. Es el eje de la historia, y está tan bien escrito como el protagonista, Matt Price. Van Lente, en realidad, sabe integrar con astucia todos los elementos, incluso una incipiente historia de amor, y sobre todo un buen misterio que se construye sobre bases que no se agotan en absoluto con este primer arco argumental. Eso es lo que hace interesante la lectura, más a cada página que se pasa.

En el apartado visual hay el mismo nivel de acierto. R. B. Silva aprovecha el entorno de fantasía de la serie para retratar con mucho acierto los poderes psíquicos de Brain Boy, y eso le permite recrear unas espléndidas escenas de acción, pero en realidad el acierto de sus ilustraciones parte de otra base diferente: sus personajes. La expresividad es la nota predominante en su trabajo, además desde un enfoque realista, lo que permite que los protagonistas logren una fácil aceptación en el lector. Freddie Williams II, autor del número 0, se acerca al personaje desde una óptica distinta, algo más caricaturesca pero igual de efectiva. Brain Boy arranca así con muchos aspectos esperanzadores. Van Lente dedica tiempo a desarrollar tan bien los personajes que la historia no hace más que crecer, y lo que al principio parece un inocuo pero muy entretenido espectáculo de fuegos artificiales acaba siendo el arranque de una serie que promete mucho más. Muy buen comienzo que destaca sobre todo por lo inteligentes que parecen muchas de las decisiones que toman los autores, para enriquecer las dos aventuras que se incluyen en el recopilatorio pero sobre todo el universo todavía por explorar de Brain Boy.

El volumen incluye los números 0 a 3 de Brain Boy, publicados originalmente por Dark Horse entre septiembre y diciembre de 2013 y después recopilados en abril de 2014. Como contenido extra, el libro incluye las cubiertas originales de Ariel Olivetti y Juan Doe además de un portafolio de bocetos y comparaciones con el tebeo original de Brain Boy.