Guión: Mauro Entrialgo.
Dibujo: Mauro Entrialgo.
Páginas: 100.
Precio: 13,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Noviembre 2014.
Después de unas cuantas décadas publicando de las más diversas maneras, el nombre de Mauro Entrialgo tiene que ser familiar por fuerza a casi cualquier lector potencial que pueda tener cada uno de sus libros. En caso contrario, no hay más que ver la cubierta de Atentos a sus pantallas para descubrir de qué estamos hablando. Esa portada la forman tres páginas interconectadas de la forma más simple, recortando su interior. La primera emula una pantalla de cine, la segunda deja ver el contenido completo de lo que ha capturado ese gran espacio para hacer un homenaje más completo a la televisión y la tercera amplía la fantasía del videojuego. Y todos sus protagonistas están, efectivamente, atentos a una pantalla, sea cual sea, que ha cambiado nuestra forma de entender el mundo del entretenimiento e incluso la vida en general. Entrialgo, que tiene un humor mordaz y agudo, sabe sacar partido a las situaciones que derivan del uso de esas pantallas que hacemos y, al mismo tiempo, rinde homenaje a los grandes clásicos de los tres medios. Porque, al fin y al cabo, podemos despotricar de todas las pantallas que hay en nuestra vida y el mal uso que hacemos de ellas, ¿pero podríamos vivir sin su compañía?
Seguro que la respuesta es que no y por eso el humor de Entrialgo conecta tan fácilmente con cualquier lector potencial. Atentos a sus pantallas reúne tres series de viñetas ya publicadas previamente por el autor en otros medios pero no reunidas anteriormente en un libro. Se trata de Curiosidades del mundo del videojuego (la menos extensas de las tres), Merienda catódica y Curiosidades del mundo del celuloide, referidas respectivamente a los videojuegos, a la televisión y al cine. Las dos primeras son mucho más sarcásticas y humorísticas que la tercera, que en realidad no deja de ser un complemento reverencial a los grandes logros (a diferentes niveles; tienen para Entrialgo la misma importancia las películas de François Truffaut que las de Viggo Mortensen). En Curiosidades del mundo del celuloide el humor está habitualmente más supeditado al dibujo, mientras que en las dos primeras el lenguaje escrito cobra más importancia. Lo que está claro es que las tres series hablan de un autor tan crítico como divertido, quizá desde algún punto de vista algo pasajero pero que con mucha frecuencia y bastante sutileza deja elementos para la reflexión.
Como dibujante, Entrialgo es muy reconocible. La sencillez de su caricatura busca el efecto inmediato en el lector, y por eso es tan fácil asimilar las adivinanzas que propone en su serie sobre cine o los símiles que hay que cazar al vuelo en sus otras dos series. El encanto de Entrialgo está, de hecho, más allá del fondo. La forma en la que plasma sus viñetas, en el caos procedente de la letra escrita a mano, de sus gigantescos y a veces apabullantes bocadillos y cuadros de texto y de las viñetas imperfectas, forma parte del juego en el que el autor pide al lector que entre sin reservas. Aceptar sus normas es dar pasos en un mundo tan psicodélico por momentos como realista en otras muchas ocasiones. Y siendo una colección de viñetas, la lectura es tan rápida (e incluso aleatoria, no es mal ejercicio abrir el libro por una página cualquiera para ser sorprendido por el humor de Entrialgo) que no importa volver una y otra vez sobre cada uno de los capítulos o de las tiras. Atentos a sus pantallas es una estupenda muestra de cómo divierte y se divierte el autor, que encuentra la forma de llevar a su característica forma de narrar incluso los créditos del libro y la clásica sección en la que se detallan otras de sus obras en la misma editorial. Tan curioso como divertido.
Las tiras que contiene Atentos a sus pantallas de la serie Curiosidades del mundo del videojuego se publicaron originalmente en la revista Superjuegos Xtreme entre julio de 2006 y noviembre de 2007, las que forman Merienda catódica lo hicieron en el suplemento TVManía del diario La Vanguardia entre marzo de 2011 y enero de 2012, y las de Curiosidades del mundo del celuloide entre 2004 y 2006 en el fanzime TMEO, en el periódico diario del 42º Festival de Cine de Gijón y en la revista Cinemanía.