Director: Don Hall y Chris Williams.
Reparto: Ryan Potter, Scott Adsit, Jamie Chung, Damon Wayans Jr., Génesis Rodríguez, T. J. Miller, Daniel Henney, Maya Rudolph, James Cromwell, Alan Tudyk.
Guión: Robert L. Baird, Dan Gerson, Jordan Roberts.
Música: Henry Jackman.
Duración: 108 minutos.
Distribuidora: Disney.
Estreno: 7 de noviembre de 2014 (Estados Unidos), 19 de diciembre de 2014 (España).
Es de sobra conocido que Marvel es propiedad de Disney, algo que la productora se ha encargado de dejar muy claro con el brutal éxito de su universo cinematográfico, que distribuye desde Los Vengadores (antes estaba en manos de Paramount). Cuando se anunció la compra, el pensamiento lógico era el de esperar películas de dibujos animados basadas en los personajes de la editorial. Pero en este terreno Disney ha optado por un acercamiento poco convencional. Primero porque el ya clásico y muy reconocible logo de Marvel no ondea en los créditos de la película, pero sobre todo porque los protagonistas de su primer largometraje, Big Hero 6, son un grupo de superhéroes muy desconocidos para el público en general e incluso para el lector de cómic. ¿El resultado? Tan extraordinario que sorprende que Disney no tenga ya luz verde para hacer lo que quiera con cualquier propiedad de Marvel, sea tan desconocida como Big Hero 6 o que forme parte de sus títulos más populares. Lo que el estudio ha hecho es una película trepidante, de acción y colorido desbordantes, con una animación soberbia y un diseño apabullante, un entretenimiento de primer nivel a todos los niveles.
Big Hero 6 es la historia de un brillante joven, Hiro Hamada, y de su robot enfermero, Baymax, que por circunstancias que se cuentan en la película acaba formando parte de un singular grupo de superhéroes. Lo más Disney de la cinta es que sabe lo que funciona en la compañía y lo explota. Por eso, los principales cambios que afectan a la franquicia en su salto desde el cómic están en las relaciones personales que hay entre los personajes (por ejemplo, Baymax en el cómic era un guardaespaldas) y en las motivaciones que tienen los protagonistas. Pero que nadie se equivoque. Siendo una película familiar, para todos los públicos y, si se quiere, más infantil que Los Increíbles (la soberbia película de superhéroes de Pixar, que no estaba basada en ningún tebeo en concreto pero que bebía de muchos, sobre todo de Los 4 Fantásticos), Big Hero 6 es puro Marvel, sobre todo en la concepción moderna de Marvel, esa que gusta de mezclar con tremenda habilidad la comedia, la acción futurista, la aventura y la fantasía, la que se está viendo en las películas pero sobre todo en algunas de sus series de tebeos. Y sí, es Marvel, como evidencian un cameo visible para expertos y la divertidísima escena posterior a los títulos de créditos.
Probablemente se haya prescindido del logo de Marvel para no saturar aún más el mercado con adaptaciones de cómic y porque la dispersión de sus derechos cinematográficos hace que dos personajes que formaban parte del grupo, Sunfire y Silver Samurai, no puedan utilizarse por estar vinculados a la franquicia de los X-Men en poder de Fox. Eso es, en realidad, lo que permite a Don Hall y Chris Williams, hacer de Big Hero 6 una película que se aleja en la letra pero no en el espíritu de lo que había en los cómics, y la excusa para desarrollar un universo propio y visualmente alucinante. La animación Disney, siempre hasta ahora un peldaño por debajo de Pixar, da un salto de gigante con esta película. La creación de los grandes escenarios de la urbe en que acontece la película quitan la respiración, como también el entorno de ciencia ficción en el que acontece una de las escenas clave del filme. Sus texturas y colores impresionan, pero también es una película de un ritmo elevadísimo, que prescinde de las hasta hace no tanto imprescindibles cámaras lentas y que favorece un ritmo trepidante y un movimiento de sus personajes brillante (destaca por fuerza GoGo Tomago).
Menos sorprendente en una película Disney (o, la verdad, en una Marvel) es decir que el humor es otro de los elementos que funciona. La relación entre Hiro y Baymax es tan entrañable como divertida, y la presencia de un secundario cómico desatado como Fred es siempre estimulante. En realidad, no hay nada que falle en Big Hero 6, que se convierte en un sensacional entretenimiento para todas las edades, con una imaginación desbordante en todo momento, con un espléndido reparto de protagonistas (aunque no por ello dejen de cumplir las habituales cuotas raciales y de género) y un villano fascinante. Puestos a sorprendernos por algo, que Don Hall y Chris Williams, responsables como directores únicamente de Winnie the Pooh el primero y de Bolt el segundo, tengan una chispa y un ritmo frenéticos y un entendimiento tan magnífico de un entorno superheroico y futurista puede ser lo menos predecible de la cinta. Y es que Big Hero 6 tiene toda la pinta de ser el inicio de algo mucho más grande, quien sabe si una franquicia propia o si incluso puede ser el campo de pruebas que convenza a Disney de la posibilidad de hacer un amplio universo Marvel animado. Argumentos no le faltan ya para ello.