CÓMIC PARA TODOS

‘La Cosa del Pantano de Alan Moore’ 4

cosa_pantano_num4Editorial: ECC.

Guión: Alan Moore.

Dibujo: Stephen Bissette, John Totleben, Stan Woch y Rick Veitch.

Páginas: 224.

Precio: 17,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2014.

Cuando un autor del calibre de Alan Moore se encarga de una etapa prolongada de una serie, se da por sentado que ha de haber un pico artístico, un arco argumental que sobresalga por encima del conjunto. Eso no está en este cuarto volumen de la serie que recoge su impresionante paso por La Cosa del Pantano. Sin embargo, lo que hace mítica una etapa, incluso en esos episodios que no son los que se quedarán grabados en la memoria del lector, es que todo lo que se pone en cada una de las páginas tiene un sentido global. Todo enlaza con algo. Cada pequeño detalle está pensado para construir un cuadro mucho más inmenso. Cada momento de intimidad entre la Cosa del Pantano y Abby sucede por una razón, cada misterio que deja en el ambiente John Constantine acabará desembocando en una nueva trama. Esa es la absoluta genialidad que esconde la serie comandada por Moore. No está aquí lo mejor de La Cosa del Pantano, no. No hay cumbres literarias y visuales de ese nivel, ¿pero quien puede leer esta parte y no sentir que es algo diferente? Cada pequeña historia, cada enlace con el universo DC y cada confrontación con sabor definitivo que se ven en este volumen sirve para engrandecer la leyenda de esta etapa.

Para comprender la enorme habilidad que tiene Moore para que todo le sirva no hay más que ver la forma en la que solventa el siempre engorroso encargo de tener que unir su serie con el evento editorial que corresponde en un momento determinado. Y el que le tocó fue uno de los gordos: Crisis en tierras infinitas (aquí, su reseña). Pero Moore lo usa a conveniencia y después sigue su camino con la misma naturalidad con la que entró en su zona de influencia hasta llegar a la batalla climática del siempre emblemático número 50, una en la que se vale de lo más granado de la zona sobrenatural del universo DC, desde Deadman al Dr. Destino, pasando por Zatanna o Constantine, y sin olvidarse de la parte más íntima del desarrollo de la Cosa del Pantano. Queda en suspenso por ese gran acontecimiento final del volumen, pero uno de los aspectos más interesantes de esta entrega está en la relación de esta nueva encarnación de Alec Holland con Abby y las implicaciones que su amor tiene especialmente en la vida de ella, la que está anclada al mundo real. A Moore le queda tiempo incluso para los interludios, como el bellísimo relato que abre el libro, Fruta caída, o el mucho más macabro Danza fantasmal.

Dice Charles Shaar Murray en su introducción que «el espíritu de la colección era tan fuerte que los estilos individuales y característicos de artistas tan dispares (…) se fundieron en una voz visual plenamente consistente y unificada». Y tiene toda la razón, porque aunque Stephen Bissette y John Totleben llevaran la manija de la parte visual de la serie despidiéndose precisamente con el número 50, los cambios fueron tan constantes como casi inapreciables para el lector que no quisiera detenerse en ese detalle. Lo que Murray no dice es que, además, la ilustración no dejó de mejorar en la serie. Si al principio era claramente deudora de la época en la que vieron la luz estos números, llegando ya a este cuarto volumen hay muchos momentos en los que roza la atemporalidad. Los rediseños de la Cosa del Pantano para servir a la historia y la enorme imaginación que vuelcan en cada página Bissette y Totleben, en este volumen junto a Stan Wock y Rick Veitch, son argumentos más que suficientes para que la unidad y el acierto sean la tónica dominante en estas historias. La Cosa del Pantano de Alan Moore cierra aquí, en este cuarto volumen, una parte importante de su contenido. Pero quedan tramas abiertas como para seguir disfrutando de esta etapa.

El volumen incluye los números 43 a 50 de The Saga of the Swamp Thing, publicados originalmente por DC Comics entre diciembre de 1985 y julio de 1986. Como contenido extra, una introducción del escritor Charles Shaar Murray, un prólogo de Neil Gaiman y las portadas originales de Stephen Bissette.

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Esta entrada fue publicada el 18 diciembre, 2014 por en Alan Moore, Cómic, DC, ECC, John Totleben, Stan Woch, Steve Bissette.

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