‘Juego de tronos’ 2, de Daniel Abraham y Tommy Patterson

Editorial: Planeta DeAgostini.

Guión: Daniel Abraham.

Dibujo: Tommy Patterson.

Páginas: 192.

Precio: 14,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2013.

Si el primer volumen de Juego de tronos (aquí, su reseña) mostraba una fidelidad casi total a los libros de George R. R. Martin (de momento en estas dos primeras entregas relatando sólo acontecimientos del primer volumen de la serie de Canción de hielo y fuego), es en este segundo cuando se empiezan a apreciar las bondades de esta adaptación a las viñetas. No es que se abanadone el respeto total a las novelas, al contrario, pero se van deslizando otros elementos para que el lector del cómic no piense que está sólo ante un producto para sacar dinero a quienes adquieren todo lo que lleve la marca de la franquicia. Es verdad que las cuestiones positivas y negativas de esta versión se mantienen desde el arranque de su serie, una magnífica ambientación y un relato fluido entre los primeros y los rostros de los personajes en el dibujo de Tommy Patterson entre los segundos, pero la lectura es más que digna para los amantes de la fantasía medieval, conociendo o sin conocer el referente literario (o el televisivo, probablemente hoy en día el más evidente y del que el cómic se intenta despegar con inteligencia).

Daniel Abraham mantiene esas constantes desde la primera entrega, adaptando más que guionizando, aunque da la impresión de incluir más cuadros de texto para dejar su sello en el relato. Martin en todo caso, puede estar satisfecho de este cómic, perfecto para entrar de lleno en la saga sin convertirse en un sustituto de sus novelas. Lo que sí se agradece de esta versión es que deja que la historia respire, lo hace con flashbacks (que es, precisamente, lo que más se echa en falta en la serie de televisión) y con un continuo cambio de escenario y personajes, una cualidad que sí recoge de las novelas pero que aquí se nota algo más. En ese sentido, el ensamblaje es modélico, Abraham no se limita a pegar una escena detrás de otra y le da un sentido a la lectura, facilitando mucho el trabajo a los lectores a la hora de seguir las distintas tramas. Lo hace, además, sin rebajar la complejidad argumental que Martin vuelca en los libros y sin renunciar a lo explícito (en cuanto a psicología, violencia o sexualidad), marca evidente del tono de la serie, sea cual sea su interpretación.

Mucho más desde que la serie de televisión se convirtió en un rotundo éxito, el aspecto visual de Juego de tronos tiene especial relevancia. Patterson obliga a insistir en que es un magnífico ambientador. Los escenarios (el Muro y el Nido de Águilas son con diferencia los más impresionantes), las criaturas, los flashbacks, el vestuario, las armaduras… Todos esos elementos realizan un gran trabajo de inmersión en la historia. Pero fallan los personajes. No siempre, no es un defecto absoluto de Patterson como dibujante, pero los rostros de muchos de ellos siguen sin convencer en demasiadas escenas, rompiendo en algunos momentos para el lector la sensación de estar completamente imbuido en la historia. La perspectiva tampoco es su fuerte, y cuando se juntan personajes de menor edad o altura, como Bran o Tyrion, con otros de mayor envergadura, la escena tampoco es tan fluida como debiera. Aún así, interpretaciones como la del Perro (y su formidable escena con Sansa) evidencian que Patterson tiene cosas que aportar. Juego de tronos sigue siendo un cómic atractivo y que pueden leer con pasión tanto los aficionados a la saga como los que aún no lo son.

El volumen incluye los números 7 a 12 de A Game of Thrones, publicados originalmente por Dynamite entre abril y septiembre de 2012. El único contenido extra del libro son las cubiertas originales de Mike Miller y la alternativa que hizo para el séptimo número Michael Kormack.