Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Daniel Abraham.
Dibujo: Tommy Patterson.
Páginas: 192.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2014.
Los lectores de Canción de hielo y fuego, así como los espectadores de Juego de tronos, saben que George R. R. Martin no se casa con ningún personaje, que todo lo que parece en un momento seguro se puede tambalear en cualquier momento y que la historia está plagada de momentos decisivos. Su llegada coincide además con las escenas más intensas del relato. El cómic con el que Daniel Abraham y Tommy Patterson adaptan las novelas todavía no ha llegado a dominar esa técnica, pero se nota una mejora volumen a volumen. Es verdad que hay instantes decisivos como la revelación de las verdaderas lealtades de Meñique o cuando Khal Drogo ambiciona metas más grandes para el futuro dothraki, secuencias que en la serie televisiva sirvieron para cerrar en puntos dramáticamente álgidos alguno de los episodios de la primera temporada, que en esta versión se pierden en viñetas de escaso tamaño o sin la grandeza necesaria, pero al mismo tiempo se nota más precisión en la narración. Pudiendo todavía mejorar más, Juego de tronos, en este tercer volumen, sigue siendo una lectura apetecible para el aficionado a la saga y una buena puerta de entrada para quien no lo sea todavía.
Abraham es consciente desde el principio de que tiene que ofrecer algo más que las novelas o la serie para llamar la atención de un público distinto. A ratos lo consigue, y sobre todo lo hace con los flahbacks. No son demasiado largos ni interrumpen demasiado la lectura de la línea presente, pero son ese pequeño extra que hasta ahora sólo ha aportado la imaginación del lector a la hora de recorrer las novelas. Las historias de Catelyn o Varys, incluso los sueños de Ned, los cuentos de Osha o las narraciones de Syrio y Robb, hacen que el relato gane en épica, en historia y en trascendencia. Al margen de este aspecto, la fidelidad al original literario sigue siendo la nota predominante del cómic de Juego de tronos al superar el primer año de publicación. Eso, siendo una buena noticia porque lleva al lector a los mismos mundos que disfruta en las novelas, es también un pequeño punto en contra, puesto que no hay demasiadas sorpresas. Quizá algún detalle menor expuesto de una forma diferente, pero básicamente es lo mismo. Muy bueno, porque el original lo es, pero por eso mismo algo previsible para quien ya se haya adentrado en este universo.
En este tercer volumen sí se aprecia una gran mejoría en el trabajo de Patterson. Sus a veces forzados retratos son cada vez más naturales, y eso hace que la intensidad emocional de las escenas sea más creíble, como muestra especialmente la tensa conversación entre Ned y Cersei al final del segundo de los números de este recopilatorio. Hay personajes a los que aún no ha cogido el punto adecuado, como es el caso de Tyrion, y las proporciones de los personajes le juegan malas pasadas (no ya sólo cuando el propio Tyrion o alguno de los niños está en la escena, sino incluso también cuando junta a Robert con Cersei), pero en conjunto sigue siendo un buen trabajo de adaptación porque destaca en los elementos más propios de su fantasía. Eso quiere decir que los escenarios siguen deslumbrando (Foso Cailin, al que llega Catelyn, es el más impresionante de todos) y que los atuendos de los personajes, el diseño en definitiva de lo más definitorio de este mundo, es espléndido. Juego de tronos avanza así para confirmar lo que cualquiera puede esperar de la serie, un adecuado complemento a este imperio multimedia que ha creado George R. R. Martin.
El volumen incluye los números 13 a 18 de A Game of Thrones, publicados originalmente por Dynamite entre diciembre de 2012 y junio de 2013. El único contenido extra son las portadas originales , obra de Mike S. Miller, Michael Komarc y Fritz Casask.