Guión: Alan Moore.
Dibujo: Stephen Bissette, Rick Veitch y Stan Woch.
Páginas: 208.
Precio: 17,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2014.
«Suspense sofisticado». Eso es lo que decían las cubiertas originales de La Cosa del Pantano. Es una cita tan inmodesta como aquella que colocaba Stan Lee en las portadas de Los 4 Fantásticos calificándola como «La mejor revista de cómics del mundo». ¿Pero cómo negarlo? Alan Moore, con la colaboración de Stephen Bissette, Rick Veitch y John Totleben, hizo algo muy especial con la Cosa del Pantano. No le bastó con reintepretar al personaje, como hizo en su primer volumen de esta nueva edición (aquí, su reseña). Ni llevarle en el segundo (aquí, su reseña) a las cotas de terror más impresionante que se habían visto en décadas, especialmente en tebeos con el sello de unas de las editoriales grande. Moore tenía que ir más lejos, y no dejó de cambiar la naturaleza del personaje, haciéndole crece de una forma natural, acrecentando sus poderes de con coherencia, creando auténticas historias de horror en sentidos amplísimos, atadas a los monstruos más clásicos (aquí juega con los vampiros y con los hombres lobo) y también a realidades de pura actualidad, e incluso se permite el lujo de introducir aquí a un personaje como John Constantine. Casi nada.
Una etapa larga de un autor en una serie tiene altos y bajos. Un volumen recopilatorio suele tener siempre algún número menos importante que la media. Pero Alan Moore en La Cosa del Pantano es otra cosa. No importa que use ideas de sus colaboradores, al final loo que hace es tan fluido que da la impresión de ser un plan concebido para entusiasmar. Da igual que utilice un personaje nacido de una tragedia nuclear, que recree el mito de la licantropía uniéndolo de una forma tan polémica en su momento como brillante al ciclo menstrual de la mujer, que reinterprete la leyenda del vampirismo de una forma radical y aterradora o que arranque en estas páginas Gótico americano, uno de los puntos culminantes de este periodo para hablar, con un realismo que asusta, de racismo y de terror puro al mismo tiempo. Y es que lo esencial de Moore en La Cosa del Pantano es su protagonista, pero también sus secundarios. Es la evolución biológica, fantástica y psicológica de la Cosa del Pantano, pero también la ingenuidad de Abby o los enigmas de Constantine. Es esa mezcla lo que captura al lector con una fuerza inmensa que no decrece con los años.
Desde el principio de esta nueva edición se constata que, en comparación los guiones, el dibujo de la serie ha resistido peor el paso del tiempo en algunos aspectos, pero lo curioso, y eso es lo que ayuda a tener el carácter de obra maestra, es que no deja de sorprender con recursos de absoluta genialidad. Por un lado, es verdad que los personajes humanos de Bissette son bastante menos poderosos que el entorno, que la propia criatura que protagoniza este relato o que los elementos fantásticos. Pero donde deslumbra el dibujo de esta serie, con tanta facilidad que apenas se notan los números que no dibuja él, está en la narrativa. Destaca la muy imaginativa composición de las páginas, quizá hoy no tan rompedora pero excepcional para el año 1985, pero sobre todo los momentos de impacto, los que están llamados a permanecer en la retina del lector, como la recreación del cuerpo de la Cosa del Pantano ante Constantine, la transformación licantrópica o la resurrección de los muertos en la historia que cierra el libro. Así es imposible quedarse con una sola historia dentro de este volumen. O, aún más, dentro de toda la serie. Brillante.
El volumen incluye los números 35 a 38 de The Saga of the Swamp Thing y los números 39 a 42 de Swamp Thing, la misma serie pero con nuevo título, publicados originalmente por DC Comics entre abril y noviembre de 1985. Además de una introducción de Stephen R. Bissette, el único contenido extra son las portadas originales, del propio Bissette y John Totleben, así como una ilustración de Michael Zulli.