‘City Hall’ 1, de Rémi Guérin y Guillaume Lapeyre

Editorial: Letrablanka.

Guión: Rémi Guérin.

Dibujo: Guillaume Lapeyre.

Páginas: 192.

Precio: 7,95 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Septiembre 2014.

Las posibilidades del steampunk son ilimitadas y City Hall es una nueva demostración de sus capacidades. Rémi Guérin y Guillaume Lapeyre arrancan así un manga hábil, inteligente, divertido y aventurero, de corte juvenil pero que con su espectacularidad y sus referencias literarias puede enganchar a lectores de todas las edades. La premisa es tan inquietante como jugosa para cualquier aficionado a la ciencia ficción: el papel y la escritura a mano han desaparecido hace dos siglos y se ha conseguido que el mundo se olvide de su existencia porque esconden un peligro descomunal: todo lo que se escribe así cobra vida. El mundo redescubre esa amenaza porque el mayor criminal del mundo se ha hecho con esa inusual arma. ¿Y cuál es la respuesta de la autoridades? Recurrir a los dos escritores más imaginativos de la época, Julio Verne y Arthur Conan Doyle, que recibirán la ayuda de la intrépida Amelia Earhart. Usar personajes reales en este universo de ciencia ficción es sólo la primera genialidad que el lector descubre en esta aventura de ritmo trepidante.

Guérin sigue al pie de la letra el manual de la buena serie manga. Arranca con un terremoto y después va introduciendo las claves de su universo y los personajes que van a protagonizar su historia. Lo hace con calma (Julio Verne y Arthur Conan Doyle no aparecen hasta el segundo capítulo de los ocho que incluye este primer volumen, Amelia Earthart lo hace en el cliffhanger con el que se cierra el cuarto) pero sorteando todos los peligros de un descenso en la intensidad y en el ritmo. Nada decae, más bien al contrario, y sólo se tiene la sensación de un ligero bajón en las necesarias explicaciones del cuarto episodio, y se multiplican sin atropellarse las escenas climáticas. Guérin construye muy bien a sus personajes, versionando la realidad de sus dos escritores y su aviadora pero llevándola a su terreno, a uno más juvenil y vinculado a la ciencia ficción más espectacular. Quizá sea eso lo que un lector más purista tenga más problemas para asimilar, porque puede resultar complicado vincular a Arthur Conan Doyle, creador del más sosegado Sherlock Holmes, con acción sin límite como la que se presenta aquí.

En todo caso, eso se comprende fácilmente gracias a las sensaciones que desprende el dibujo de Guillaume Lapeyre ya desde la cubierta. Todo en sus personajes principales se antoja juvenil, desde el peinado de Verne hasta las expresiones de Conan Doyle, pasando por supuesto por la sexy vestimenta de Earthart, concesión inevitable y que recuerda que no estamos en una época victoriana sino en una revisión steampunk de la misma. El dibujo de Lapeyre destaca por la minuciosidad y el detalle de sus escenarios, criaturas y máquinas, y por el dinamismo de las escenas de acción, que funcionan a la perfección en el blanco y negro habitual del manga pero que dejan cierta sensación de que habría sido formidable ver estas páginas con un poderoso trabajo de color. Desde su imaginativa propuesta y su completo dibujo, City Hall se convierte en una lectura muy atractiva, plagada de acción y comedia en dosis adecuadas, con personajes interesantes y unas enormes posibilidades de cara al segundo número, abiertas por un formidable cliffhanger final protagonizado por el villano de la función.

Ankama publicó originalmente el primer volumen de City Hall en junio de 2012. La edición española incluye un portafolio con ilustraciones de los protagonistas realizadas por autores españoles: Manu López, Skizocrilian Studio, Kenny Ruiz, Belén Ortega, Angye Fernández, Senseidani, Eduard Balust y Studio Kôsen.