Guión: Marc Ferré.
Dibujo: Max y Pau.
Páginas: 72.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2014.
En un tiempo en el que el cómic se ha lanzado desaforadamente a por el público adulto, siempre es bueno que salgan a la venta títulos que nos recuerden en primer lugar que el tebeo es también un entretenimiento para niños y, después, que es una poderosa herramienta pedagódica y educacional. La isla de las piedras cumple esa función. El libro es un acercamiento a la prehistoria de las Islas Baleares, a la forma de vida de sus habitantes, a sus paisajes y construcciones, un retrato que mantiene el rigor y científico necesario pero que al mismo tiempo construye una historia sencilla para que los más pequeños aprendan a interesarse por la Historia. El libro, primera edición en español de dos tebeos que ya vieron hace años sus versiones en el catalán de las islas, viene a ser un curioso experimento visual confeccionado por dos dibujantes tan conocidos como Max y Pau para los guiones de Marc Ferré. En El bosque negro, Max se encarga del storyboard y de los personajes, mientras que Pau se ocupa de los fondos. Y en La cueva del Mussol esas tareas se intercambian.
Ferré cumple a la perfección con los objetivos de un tebeo como ésta. Sencillo pero no simple, porque al niño hay que cuidarle como lector pero no tratarle como si fuera idiota. Imaginativo pero históricamente irreprochable. Aventurero pero al mismo tiempo didáctico. Puede que un público más adulto eche en falta emociones más fuerte, pero para los más pequeños se antoja una lectura estupenda, en la que será difícil que encuentren puntos en los que aburrirse, ya que el guión juega acertadamente con el misterio y el descubrimiento. Los personajes siempre buscan algo en su entorno, con lo que siempre está presente la incertidumbre por la novedad, un gancho inmejorable para conseguir que los críos mantengan la atención. Aunque es un tebeo que tiene objetivos didácticos muy concretos y locales, conocer el enclave de Son Fornés, lo cierto es que el relato se sigue bastante bien para quienes no conozcan las islas o la zona, y es que la prehistoria siempre es un periodo agradecido para un tebeo que busca su público principal en estudiantes a los que mostrar cómo era la vida cotidiana en este periodo.
En todo caso, y sin desmerecer el acertado trabajo de Ferré, lo más llamativo para otro tipo de público, el adulto, está en el dibujo. Max y Pau combinan sus esfuerzos de una forma original, divertida, muy lograda y que mantiene la unidad narrativa a pesar de que hay diferencias palpables. Que en la primera historia sea Max quien se ocupa de los personajes y Pau de los fondos y que en la segunda sea al revés es una de esas ideas divertidas y gozosas que se aprecian todavía más con el recopilatorio en las manos. Los dos ilustradores tienen una enorme capacidad para que sus figuras sean sencillas y muy expresivas, ambos dominan la narración, y por eso ninguno de ellos tiene problema alguno al adaptarse a las particularidades de este proyecto. Las ilustraciones de La isla de las piedras suponen una forma divertida de conocer un periodo en realidad bastante desconocido para los chavales. Es evidente que lo disfrutará mucho más quien conozca o tenga la posibilidad de ir a los escenarios de Mallorca y Menorca que se describen en las dos historias, pero en todo caso está asegurado el disfrute de un tebeo tan agradecido como éste y en el que se nota la pasión divulgativa.
Los autores y el Govern de les Illes Balears publicaron originalmente El Bosc Negre en 2007 y La cova des Mussol en 2012. El único contenido extra del libro es un epílogo firmado por Cristina Rihuete Herrada, del Museu Arqueològic de Son Fornés.