‘Planetary’ 2, de Warren Ellis y John Cassaday

Editorial: ECC.

Guión: Warren Ellis.

Dibujo: John Cassaday y Phil Jiménez.

Páginas: 176.

Precio: 15,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Agosto 2014.

Si en su arranque Planetary (aquí, reseña del primer volumen) ya era una obra terriblemente adictiva, ¿qué decir tras este segundo volumen? Lo único que se puede hacer es rendirse a la genialidad de la propuesta de Warren Ellis y John Cassaday, una que mezcla dos formas deslumbrantes de entender la narración de ficción. Por un lado, es una deliciosa colección de historias cortas que rinden homenaje a elementos de la cultura popular y de la historia contemporánea. Pero por otro lado es una de esas series que tiene un plan ambicioso y formidable, uno que se basa en el acierto a la hora de ir suministrando la información al lector y la brillantez de sus autores en la siempre difícil construcción de un universo complejo y adulto pero al mismo tiempo con un modélico sentido de la aventura y un respeto casi reverencial a las claves de la mejor ciencia ficción. Viendo todo lo anteriormente mencionado, el verdadero mérito de Planetary es haber trascendido tantas cosas, tantos elementos, tantos referentes, para convertirse en un modelo a seguir en sí mismo y para construir un título con identidad propia y un ritmo bestial.

El homenaje puntual en historias cortas se ve en los dos primeros números. La amenaza nuclear y el cine de monstruos de los años 50 y 60 está en la primera de ellas, El día que la Tierra se ralentizó. El reconocimiento a Grant Morrison, dedicatoria incluida, está en Planeta ficción. Y la revisión del panteón de héroes de DC está en Magia y muerte, de lo mejor en esta línea que ha escrito Ellis hasta este momento de la serie. Lo enorme del planteamiento del guionista se ve en toda su extensión en el crossover con The Authority, también creación de Ellis. Y el delicado trabajo de composición de su universo se aprecia en mayor medida en los dos números finales de este segundo volumen de la serie, donde uno de los grandes misterios del planteamiento de Planetary se resuelve de forma brillante, narrada con tanta maestría que casi parece imposible, dominando el tempo y el ritmo, con una puesta en escena sencillamente espectacular. Son de esos momentos que merece la pena leer en un cómic y que pocos autores saben plasmar de una forma tan impresionante. Esos momentos son los que hacen de Planetary un tebeo que se supera número a número.

Siendo la puesta en escena clave para entender el impacto de Planetary, es evidente que el trabajo de John Cassaday es tan fundamental como el de Warren Ellis. El homenaje es, indudablemente, su terreno. Ellis plantea, pero es Cassaday el que da a cada historia la textura esencial para que se entienda cada referencia. El blanco y negro que usa en El día que la Tierra se ralentizó, los toques que casi parecen referencias a Frank Quitely en Planeta ficción o la brutal puesta en escena de los dos últimos episodios forman parte son elementos imprescindibles para apreciar la genialidad que hay en la serie, pero también su versatilidad. Por eso, es muy natural el salto que hay entre su trazo y el de Phil Jiménez, que es quien se ocupa del crossover con The Authority. Jiménez apuesta por la espectacularidad y eso no deja de ser otra de las formas en las que Planetary funciona. Su completísimo dibujo ayuda a pensar que la serie es una maravilla de ciencia ficción, pero es más que eso. Planetary es una amalgama de pretensiones, homenajes y novedades. Es algo diferente. Es algo que cuando se publicó no tenía con qué compararse. Por eso sigue siendo genial.

El volumen incluye los números 8 a 12 de Planetary y el especial Planetary/The Authority: Ruling the World, publicados originalmente por DC Comics entre febrero de 2000 y enero de 2001. Como contenido extra, el libro ofrece un epílogo firmado por el director y guionista Joss Whedon, las portadas originales, obras de John Cassady y Phil Jiménez, y las cubiertas de la edición recopilatoria de la serie, ilustraciones también de Cassady.