Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Daniel Abraham.
Dibujo: Tommy Patterson.
Páginas: 192.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Mayo 2012.
Cuando un título tiene éxito, sea cual sea el medio en el que aparece por primera vez, es ya bastante probable que la maquinaria económica de la industria del entretenimiento ya tenga en mente las diferentes versiones de la misma. Cuando George R. R. Martin alcanzó un éxito inusitado con su novela río Canción de hielo y fuego, era inevitable que se el imperio multimedia se pusiera en marcha. La serie de televisión se ha convertido en un fenómeno que, de alguna manera, es ya más popular que la propia serie de novelas. El cómic aspira a menos, pero es otra de las piezas de este imperio. Que forma parte del mismo es evidente desde el momento en el que el único nombre que aparece en la portada de su primer número es el del propio Martin, sin mención alguna hasta las páginas interiores del trabajo del adaptador, Daniel Abraham, y del ilustrador, Tommy Patterson. El resultado de este arranque de la serie de Juego de tronos (que sigue con su título más a la serie que a las novelas) es bastante satisfactorio. Menos personal de lo que cabría haber esperado en su dibujo, pero en todo caso un buen entretenimiento para los seguidores de este mundo.
Abraham muestra una fidelidad casi absoluta al referente literario de Martin. En ese sentido, es correcto hablar de adaptador más incluso que de guionista. Y no ha de entenderse como un menosprecio a su trabajo, sino la constatación de una realidad. Lo que pretende el cómic es llevar Canción de hielo y fuego a otro medio, y eso lo hace de una forma satisfactoria. Abraham respeta a los personajes y la historia de los libros, y la mayor parte de su trabajo, dado que gran cantidad de los diálogos están ya presentes en las páginas de las novelas, es adaptar todo lo demás, incluir las voces de la narración y decidir qué cuenta con palabras y con qué imágenes. Es difícil que el lector que ya tuviera conocimientos previos se pueda sentir decepcionado con lo que se ha de considerar como un producto más de la franquicia, una forma de poner en imágenes lo que Martin imaginó diferente aunque contemporánea a la serie de televisión y con una narrativa bien diferente. Si algo demuestra Abraham es que Martin ha creado un material que habría podido tener un formidable encaje en el cómic de forma original.
El trabajo de Patterson, en cambio, despierta más dudas. Es un excelente ambientador y capta las diferencias entre los escenarios que aparecen en esta entrega, desde Invernalia hasta Desembarco del Rey pasando por el Muro, y encuentra épica en las escenas más espectaculares que le plantean estos aún pausados episodios (especialmente en los flashbacks y los sueños de Daenerys). Pero sus personajes están lejos de ser perfectos, las expresiones faciales no son su fuerte y en muchas ocasiones destacan por no tener el realismo que pide un cómic como éste. En realidad, no es un problema que sufran todos sus dibujos, porque hay algunos personajes que domina mejor que otros (entre los mejores están la propia Daenerys, Arya o Ned Stark) y momentos muy logrados (la despedida de Jon y Arya, Catelyn en su último consejo en Invernalia, las lágrimas de Bran en su sueño). La marca Juego de tronos inclina la balanza a favor de este tebeo con cierta facilidad. Mucho de lo que hay de magnífico tanto en las novelas como en la serie encuentra su acertado reflejo en el cómic. Es verdad que le falta algo de arrojo en su inicio, que pisa con firmeza y sin riesgo, pero se disfruta igualmente.
El volumen incluye los seis primeros números de A Game of Thrones, publicados originalmente por Dynamite entre octubre de 2011 y febrero de 2012. El único contenido extra que ofrece el libro son las cubiertas originales y alternativas, obras de Mike S. Miller y Alex Ross.