Guión: Doug Wagner.
Dibujo: Jheremy Raapack.
Páginas: 152.
Precio: 16 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Abril 2014.
Cuando una franquicia se expande con tanta rapidez como World of Warcraft, a veces es complicado seguir sus pasos. Conviene aclarar, por tanto, que Juramento de sangre es una historia autoconclusiva (bien por Norma por incluir en la contraportada el aviso de que es un volumen único), aunque sus personajes, lugares y alianzas cuentan ya con un gran arraigo en la mitología de este universo, nacido a mediados de los 90 como videojuego de rol online y que ha ido expandiéndose por libros y cómics con la misma rapidez. Juramento de sangre viene a ser la primera novela gráfica que se centra en la Horda y sus integrantes, lo que sugiere ese punto de partida que puede valer para los nuevos lectores que no tengan mucha idea de este universo de corte fantástico y medieval. Y aunque en algún momento se tenga una sensación algo caótica en el guión de Doug Wagner, más que coherente y muy entretenido en líneas generales, el dibujo de Jheremy Raapack es más que suficiente para disfrutar la experiencia, incluso sin ningún conocimiento previo que, sí hay que reconocerlo, permitirá un juicio mucho más completo de este cómic.
La Horda, no muertos, centauros, orcos, renegados… Todos los términos que se usan para presentar a los personajes de Juramento de sangre indican que estamos ante una historia de la parte más malévola y despiadada de World of Warcraft. Y eso acaba siendo lo más divertido de este espectáculo pensado para entretener, que aunque sea una historia en la que se introducen lealtades sinceras y nobleza en varios comportamientos para generar empatía en el lector hacia el grupo protagonista, lo cierto es que se nutre de personajes sin escrúpulos, guerreros en la más fiera acepción del término. Y por eso la historia acaba siendo una batalla constante, una lucha inacabable, que va creciendo poco a poco y que se resuelve en un muy buen clímax. Wagner se detiene lo justo en desarrollar a los personajes para que la historia vaya cobrando coherencia y sin detener el ritmo, muy intenso desde el principio. Y cumple con el doble objetivo de satisfacer al aficionado, ya que todo encaja en el mundo de World of Warcraft con bastante sencillez, y de abrir la puerta para nuevos acólitos, porque la historia es lineal, tiene un principio y un final claro y desprende el suficiente carisma como para que todo genere interés.
Aunque el primer dibujante que se sumó al proyecto fue Pop Mhan, el trabajo de Jheremy Raapack no da nunca la sensación de ser un reemplazo o un parche de emergencia. Muy al contrario, el ilustrador incorpora tantísimo detalle en todas las figuras que es prácticamente imposible no disfrutar con las estampas de estas criaturas de fantasía, sus vestimentas y sus armas. Y más aún cuanto más imposible es el diseño al que tiene que hacer frente. Por eso es fácil asimilar que Raapack sale más triunfante de las grandes ilustraciones, casi pin-ups, que de la narración de la historia y, en especial, de las batallas. La espectacularidad se lleva en ocasiones algo de la claridad que requiere la acción, aunque en el clímax final mejora ese leve defecto hasta la espectacular doble spalsh page con la que cierra la escena. Juramento de sangre termina así con la sensación de haber ofrecido un más que correcto entretenimiento, fiel a las líneas maestras de la franquicia a la que pertenece, y que sirve de esa manera como una buena presentación a quienes no hayan tenido ningún contacto con ella y deseen zambullirse en una fantasía heroica con tintes oscuros que se nota más en el aspecto que en el fondo de los personajes.
DC Comics publicó originalmente World of Warcraft: Bloodsworn en agosto de 2013. Como contenido extra, el libro incluye un pequeño resumen de la historia de los personajes, un mapa con sus hazañas y un listado de lecturas adicionales para seguir sus pasos.