CÓMIC PARA TODOS

¿Cuál es el público del cómic?, charla con Julián M. Clemente y Victor Gómez

FnacEl pasado miércoles día 13, el fórum de la FNAC Castellana de Madrid acogió una charla titulada ¿Cuál es el público del cómic?, moderada por Moisés Hassan, en la que el editor de Marvel en España, Julián M. Clemente, y el autor Víctor Gómez expusieron sus puntos de vista sobre tan interesante materia. ¿Es el cómic para niños o para adultos? ¿Hay historias que sólo deben leer los adultos? ¿Cómo llegan hoy en día los niños al tebeo? Clemente recordó que él leía de niño tebeos en los que «se mencionaban las drogas o podía haber una prostituta que vendía su alma por la siguiente papelina, pero esos cómics tenían muchas lecturas». «Digamos que el niño se queda con una lectura superficial, que es la del héroe que vence al villano, y hay cosas que no entiende hasta más tarde», explicó, convencido de que si hay algo que no les gusta a los niños «es que les digas ‘esto no es para ti’, el niño lo que quiere es tener las cosas que disfrutan los adultos». ¿Cómics actuales que encajen en esa línea? «Estaba pensando en el Spiderman de (Dan) Slott), porque es muy aventurero, muy entretenido», dice Gómez, «y luego los mayores vemos el engranaje argumental que está metiendo». Clemente añade «el Daredevil de Mark Waid, es un tebeo muy optimista que tiene muchas lecturas».

El editor de Marvel no cree que las grandes corporaciones hayan dejado de hacer tebeos para niños, como Superoso y su amigo, de Mike Kunkel, que citó Gómez, sino que «el público infantil ha dejado de interesarse por los tebeos» y, por eso, «se está produciendo cómic para un aficionado nuevo que ha entrado por las películas y que tendrá como mucho 17 o 18 años, o para un aficionado veterano, que estamos en los treinta y para arriba». Gómez dijo que para el mercado «los públicos realmente interesantes son el público maduro por supuesto y el infantil». «Yo sí quiero hacer historias para niños», confesó el creador de Hero Kids, que se hizo, dijo, «buscando qué nos gustaba de enanos». «No sabéis lo que es ir a presentar cómo se hace la serie a un colegio, con 150 niños, ponerles la cabecera y que se pongan a canttar, y yo tener que volverme porque me puse folclórica», admitió. En ese sentido se mostró convencido de que el infantil «es un público tremendamente práctico, tú sabes rápidamente si les gusta algo o no», si les gusta responden con «devoción» y si no al menos «no se dedica quince o veinte días a destruirlo». «Tienes que tener cuidado de meterte en según qué berenjenales, pero tampoco tratarles de tontos», explicó, porque «la manera de acercarte al crío no es tratarle de estúpido», sino «darles lo mismo que a un adulto pero haciendo más blanditas algunas cosas». «No vamos a teresarabalizar las cosas», sentenció, porque «hay niveles de lectura» para niños de tres o diez años y para adultos en un mismo tebeo.

«No es un problema de medio, sino de soporte», explicó Gómez, convencido de que es muy difícil que un niño habituado a que todo esté ya en aplicaciones que baja en un momento en un dispositivo táctil vaya a una tienda de cómics a buscar tebeos en formato físico. «La lectura del cómic dentro de unos años no va a ser simplemente pasando páginas, eso lo estoy viendo ya. Esto no es Tron, está pasando y es una evidencia», dijo. Para Clemente, el problema actual es que «los adultos no les ponen en las manos tebeos» a los niños, pero eso, aventuró, está empezando ya a cambiar. «Hay una generación que ahora se están convirtiendo en adultos y están teniendo hijos, y sus hijos leen tebeos. Y no sólo eso: leen en general», explicó, recordando que «el amor a la lectura se aprende en casa» y por eso «saldrán grandes generaciones lectoras de esta generación de frikis que ha conquistado el poder en estos últimos años». En contra de lo que suele ser habitual, Clemente lanzó una mirada optimista al futuro porque, sea en formato físico o en formato digital, «esto engancha mucho». Y fue aún más lejos: «el chaval que empieza leyendo en tableta o porque le prestan algo acaba siendo un cliente de papel, porque somos criaturas peculiares, somos tipos muy fetichistas, nos gusta acumular papel, nos gusta tenerlo a la vista».

¿Qué tebeos se podrían recomendar a un niño para introducirse en este mundo? «Echas un vistazo a la biblioteca y puedes empezar por mil cosas. Yo ahora mismo le enseñaría el Mapache Cohete de Skottie Young que empezamos a publicar en octubre, es un tebeo divertido, loco, increíblemente bien dibujado», dijo Clemente, convencido de que «es un tebeo que vamos a vender por miles a gente de treinta tacos pero creo que es un tebeo que a los críos les puede parecer delicioso». Gómez, en cambio, opta por una perspectiva completamente diferente. «Yo les intentaría enganchar con un Civil War o algo de eso. Yo me enganché a Marvel con Secret Wars y a DC con Crisis (aquí, su reseña), es una manera de ver el concepto de universo compartido de verdad», explica. Y ambos se refieren a Ultimate Spider-Man como una serie perfecta. «Son adolescentes  se comportan como adolescentes de verdad», dice Gómez, recordando que «Los Nuevos Mutantes de Chris Claremont estaban de puta madre pero como adolescentes, adolescentes no sé si se comportaban». Y Clemente añade que Brian Michael «Bendis es de los pocos guionistas que capta perfectamente cómo es un adolescente de hoy en día».

El lector del cómic, continúa Clemente, es habitualmente «de dosis semanales, mensuales». «Eso es algo que las generaciones actuales entienden perfectamente porque esa es la estructura de las series de televisión», añadió. Lo curioso, continúa, es que «Marvel ha elegido para expandirse y para reflejar su universo de manera audiovisual el medio que menos se corresponde con eso, que es el cine, que funciona como disparos». El cine, eso sí, está «atrayendo público que antes no leía cómics y que viene hacia el producto porque ha visto la película, y además se queda». Y se mostró convencido de que la desaparición del Comics Code o los sistemas de calificación por edades no son lo que determina lo que lee o no un niño. «Un padre, por mucho que vea que es para mayores de 13 años, va a meter a su hijo de 7 años a ver Los Vengadores. Lo va a hacer y le va a dar igual», dijo, convencido de que «en realidad es una hipocresía, un escudo protector que se está poniendo la compañía de videojuegos, la distribuidora de cine o la editorial en ese momento para que no llegue la asociación de extrema derecha de Minessota a decirle ‘madre mía, hay un tío besando a otro tío en este cómic, lo leen nuestros hijos y van a ir derechitos al infierno».

Según Gómez, el dibujo hace mucho y recordó dos momentos de su propia niñez, una etapa en la que «había una cierta dictadura de según qué tipos de estilo. «Aparecía un (Bill) Sienkiewicz y nos reventaba las neuronas a todos a todos. A mí me encantaba, pero hay gente que me ha dicho que le daban ganas de arrancarse los ojos». Yo era dibujante a mí tener alguien que hiciera cosas con la tinta…», explicó. Y acto seguido recordó que tuvo el primer número de Batman. Año uno (aquí, su reseña) en sus manos, «uno de los cómics más cojonudos que se han hecho nunca», pero volvió al kiosko a cambiarlo tras ver el dibujo. «Tenía seis o siete años y me quedaban un par de años para apreciarlo», aseveró. «En los 60 había un estilo mucho más atrayente para los niños que, por ejemplo, el que leíamos nosotros en los 80», dijo Gómez. Y Clemente lo corroboró, convencido de que es una mala influencia del cine. «No hay mejores diseños de los personajes de DC que los que hizo José Luis García López. Están hechos a finales de los 70 y son tan perfectos que son mucho más modernos y actuales que los que hay ahora, influidos por las películas. Pero ocurre exactamente lo mismo con el aspecto que ahora tienen Capitán América o Thor», explicó.

El cómic vive ahora una época en la que tiene más importancia el guionista y eso sirve para explicar qué clase de tebeos se hacen. Según Clemente, hay dos tipos de guionistas, uno «hijo de la generación Watchmen (aquí, su reseña) y que generalmente quiere ser un autor» que se hace un nombre en las grandes para después hacerse un nombre e irse a Image «para hacer una obra personal», y el otro con una herencia similar pero en la que también tiene cabida el cómic de superhéroes de toda la vida y que probablemente por eso lo que quiere «contar las historias de mis personajes favoritos». Los dos, dijo, son válidos, pero «últimamente parece que el tío que se queda en la editorial grande es un vendido a las grandes corporaciones», cuando en realidad a lo que está vendido es «a sus sueños de niñez». Gómez, aunque dijo que lo suyo es que un autor haga ambas cosas para no verse limitado, también defendió a esos autores que saben «que van a jugar con los juguetes de otro, a aportar a una leyenda preexistente». «Yo quiero hacer disfrutar a la gente como yo disfrutando de enano. Estoy deseando que dentro de unos años un niño me diga que vio un episodio de Hero Kids y se lo pasó genial», sentenció.

Lo que quedó claro es que los niños ahora no empezarán a leer de la misma manera que quienes ahora hacen cómics, porque en primer lugar «los kioskos se dejaron de interesar por los tebeos» y después porque el kiosko dejó de existir. «En los últimos años han cerrado más de 10.000 en España», recordó Clemente.  «Se ha cambiado el kiosko por la gran superficie», añadió Gómez, y ahí citó como clave el precio, porque un padre, entre dos tebeos que le pida un niño, casi siempre elegirá el más barato. «El tema es que nosotros comprábamos tebeos a dos duros», recordó, y por eso cree que el reto está en «sacar un material más específico para críos y a un precio que el crío pueda asumir», recordando que «la primera vez que me gasté mil pesetas en cómics fui a casa sudando y con los tebeos entre la camiseta y el cuerpo pensando ‘madre mía, que no me pillen'». Gómez sentenció que «el cómic infantil bien hecho es para todos los públicos, vale para un niño de cinco años y para un tío de 38», y Clemente apostilló que «los integrales de Johan y Pirluit (aquí, reseña del primer libro publicado) nos os estamos comprando nosotros, la reedición de Pulgarcito (aquí, reseña de los dos primeros volúmenes) nos la estamos comprando nosotros».

Un comentario el “¿Cuál es el público del cómic?, charla con Julián M. Clemente y Victor Gómez

  1. Mike Lee
    21 agosto, 2014
    Avatar de Mike Lee

    Una charla muy interesante, amena y reveladora. Se plantearon cuestiones muy interesantes para los amantes de este arte, y se pusieron sobre la mesa datos que debemos tener en cuenta cuando pensamos en quién compra cómics en la actualidad.

    ¡Saludos!

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Esta entrada fue publicada el 18 agosto, 2014 por en Noticias.

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