‘Guardianes de la Galaxia’, de James Gunn

Título original: Guardians of the Galaxy.

Director: James Gunn.

Reparto: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Vin Diesel, Bradley Cooper, Lee Pace, Michael Rooker, Karen Gillan, Djimon Hounsou, John C. Reilly, Glenn Close, Benicio del Toro.

Guión: James Gunn y Nicole Perlman.

Música: Tyler Bates.

Duración: 121 minutos.

Distribuidora: Disney.

Estreno: 1 de agosto de 2014 (Estados Unidos), 14 de agosto de 2014 (España).

Marvel sigue siendo una caja de sorpresas para todo aquel que se acerca a su universo cinematográfico. Y sorpresas casi siempre positivas. La de Guardianes de la Galaxia es una de las más agradables. Pero antes de entrar en materia, volvamos al principio. La película no se basa en uno de los cómics más populares de la editorial, no es de los favoritos de los niños y no cuenta con enlaces directos con lo que hemos visto hasta ahora en el universo cinematográfico. Además, los trailers adelantaban un pequeño gran cambio de registro, primero por el escenario (es la primera película de Marvel que no acontece en la Tierra) y después por el tono (más gamberro que de costumbre), y un festival de efectos especiales (incluyendo a dos personajes completamente digitales, Rocket y Groot), lo que siempre es un reclamo para un público fiel pero una duda para saber cómo va a reacciones el resto. ¿El resultado? Brillante. Guardianes de la Galaxia es lo que cabía esperar de ella en las impresiones previas más positivas, una enorme gamberrada que, con un estilo diferente, aunara la espectacularidad del cine de Marvel y la espectacularidad de una space opera que continuara los pasos de Star Wars. Trepidante, con más acciones, personajes y diversión que cualquier otra película Marvel.

La clave del éxito está en la expansión. Guardianes de la Galaxia expande Marvel como no lo había hecho ninguna película previa. Sólo Los Vengadores puede presumir de un efecto similar, y el mérito de Guardianes, aunque probablemente esté un peldaño por debajo, está en que tiene que provocar lo mismo que aquella pero sin películas previas para presentar a sus protagonistas. Y aún así es una película de ritmo salvaje e imparable, que tiene tiempo para todo: para dedicar algo de tiempo a cada uno de sus cinco protagonistas (Star-Lord, Gamora, Drak, Rocket y Gort), para crear una amenaza real y espectacular en Ronan, para conectar con el universo ya existente a través de las Gemas del Infinito, para crear varias escenas de acción excepcionalmente coreografiadas y montadas, para incluir el sentido del humor más gamberro que se ha visto en una película Marvel (y que destrona el cinismo instaurado por Robert Downey Jr.), para deleitarse en el clímax final con un montaje paralelo de hasta cinco ubicaciones, para lanzar guiños al nostálgico de los 80 (el walkman, imprescindible) y al lector de cómics (salvaje, brutal y desternillante el que queda para la escena post-créditos, además del ya habitual cameo de Stan Lee). Todo se expande en Marvel gracias a Guardianes de la Galaxia.

No queda más remedio que otorgar buena parte del mérito de esa expansión a James Gunn. Marvel está conformando un ecléctico grupo de directores en sus películas, que van del distentido Jon Favreau al clasicista Kenneth Branagh, y Gunn se convierte en toda una sorpresa porque maneja a la perfección la a priori más inmanejable pieza de su universo. Su filmografía, en la que figuran títulos como Slither. La plaga, Super o un segmento de la terrible Movie 43 como director o incluso las dos horribles entregas de Scooby-Doo como guionista, no auguraban un filme tan épico, grande y bien resuelto como Guardianes. Es verdad que hay caminos fáciles en la película, que opta por simplificar enormemente la trama para que la montaña rusa cobre todo el protagonismo, y por supuesto que descansa en el enorme carisma que despliegan todos los personajes, desde un enorme Chris Pratt como Star-Lord hasta la letal pero igualmente encantadora Gamora de Zoe Saldana, pasando por la brutal presencia de Dave Bautista como Drax o la personalidad de los dos de los mejores personajes digitales que se han hecho hasta ahora (imprescindible la versión original, sobre todo en el caso de Rocket, que tiene la voz de Bradley Cooper). Pero aún así el triunfo es enorme, con muy pocos detalles negativos.

Son 121 minutos y se pasan volando. Es una primera película y uno no deja de preguntarse si es de verdad la primera vez que vemos a unos personajes que se ganan tan rápido el aprecio del espectador. Y no hay aspecto que no funcione como un imprevisible reloj que puede ir por cualquier lado. Visualmente es increíble (aunque el 3D sigue siendo una innecesaria frivolidad hollywoodiense para sacar algo más de dinero que sólo se justifica en dos planos), musicalmente se merece el calificativo de espectacular (la mezcla entre las canciones setenteras y la apoteósica música orquestal de Tyler Bates es espléndida) y está muy bien llevada en todos los sentidos, sabiendo sacar partido a una multitud de rostros famosos que se pasean por la pantalla con personajes de pocos minutos (al final hasta se acaba pasando el sabor a decepción que deja la breve presencia de Benicio del Toro) y explotar al quintero protagonista puede que incluso más allá del carisma que lucían en las viñetas. Marvel ha alcanzado un nivel en el entretenimiento audiovisual moderno que era inimaginable hace sólo una década. Y sin necesidad de ser la mejor película del estudio hasta la fecha (eso siempre será debatible), Guardianes de la Galaxia si es probablemente la más divertida y la que más ganas deja de ver de nuevo y de ser continuada.