Editorial: Penguin Random House / DeBolsillo.
Guión: Bryan Lee O’Malley.
Dibujo: Bryan Lee O’Malley.
Páginas: 336.
Precio: 17,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Julio 2014.
En una obra de ficción, la fantasía triunfa en la medida en que apela a la realidad del lector. Si quien pasa las páginas de un cómic que narra una historia imposible encuentra puntos de unión emocional, es que ese relato de género triunfa. Seconds tiene esa virtud. En su superficie, la última novela gráfica de Bryan Lee O’Malley es la historia de una chica que ronda la treintena, cocinera de profesión, y que, pasando por un momento de indefinición personal, encuentra una forma de reescribir su vida, anotando en una libreta qué desea cambiar, comiendo una misteriosa seta y yéndose a dormir para que su error se haya corregido. ¿Pero qué pasa si en realidad esa historia habla de sueños, arrepentimientos, amor y pasiones? ¿Qué, si lo que en realidad nos está contando es cómo lidiar con las frustraciones, con los problemas, con las amistades y con los conflictos? ¿Y si Katie es un reflejo de sensaciones, pensamientos y emociones que cualquier podría haber tenido en un momento de su vida? Si es así, es que Seconds ha conseguido su objetivo y se ha convertido en algo más que una fábula. Si logra ese efecto, es que las páginas ya no serán sólo páginas, el cómic será algo más que una colección de viñetas y el lector podrá declararse feliz. Sí, definitivamente, Seconds tiene ese efecto.
Lo que O’Malley hace en Seconds es formidable porque está perfectamente calculado, aunque en ocasiones aparezca un caos que acaba siendo algo intencionado. No es, por tanto, sólo una fábula, aunque lo es en buena medida. No es tampoco un relato fantástico, aunque negar esa condición sería absurdo. Y no es un retrato realista, aunque hay tantos sentimientos, emociones y temas en sus páginas que incluso la más aterradora de las pesadillas de Katie puede verse como algo terriblemente cotidiano para quien sufre en sus propias carnes la tensión a la que está sometida la protagonista de este tebeo. Fantasía y realidad, esa mezcla a veces tan difícil pero que resulta inevitable para que un relato de ficción sea mucho más que un simple entretenimiento. Pero O’Malley no se queda ahí y enriquece el resultado gracias a características narrativas que ya utilizó en la serie que le hizo popular, Scott Pilgrim, entre las que se encuentran la presencia de un narrador y las breves interacciones que Katie mantiene con él, o también las imaginativas revisiones (como llama a los episodios en apariencia oníricos con los que la muchacha reinterpreta su realidad). Y junto a la fantasía, la fábula yel realismo, O’Malley consigue así dominar en algunos pasajes de Seconds incluso el género de terror.
Parece mentira si vemos el estilo de O’Malley como dibujante, que remite con claridad a un relato más juvenil y jovial. Pero con Seconds se consigue un magnífico ejemplo de cómo el estilo no marca necesariamente la historia, sino que ayuda a construirla. Es más, consigue con su trazo una narrativa ágil, imaginativa, plagada de momentos sorprendentes y le sirve para crear unos personajes carismáticos, claramente identificables. Incluso el color, que en apariencia resulta tan sencillo como el dibujo, sirve para generar estados de ánimo y ambientaciones perfectas, para que las escenas, además de contar algo, lo signifiquen. O’Malley consigue en Seconds una fábula que recorre un amplísimo espectro emocional, que deja una moraleja (en la vida hay cosas que no podemos cambiar) y un reto asociado a la misma (luchar con nuestros propios medios y sin hacer trampa para corregir lo que nos va mal). Por eso es una fábula tan bonita, por mucho que O’Malley, con su dibujo contemporáneo y juguetón, lo disfrace con un atuendo de falsa sencillez. Seconds es un relato construido con mimo sobre las sensaciones y sobre un reparto de secundarios brillante (Hazel destaca indiscutiblemente sobre todos los demás) y que tanta imaginación como sensibilidad.
La edición española de Seconds se publica al mismo tiempo que Random House saca a la venta la norteamericana. El volumen no tiene ningún contenido extra.