‘Mara’, de Brian Wood y Ming Doyle

Editorial: Planeta DeAgostini.

Guión: Brian Wood.

Dibujo: Ming Doyle.

Páginas: 168.

Precio: 17,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2014.

Cada poco tiempo, el cómic nos deja obras rompedoras que no llegan a tener esa consideración. Quizá es que estemos acostumbrados a recibir demasiada información, un exceso de historias de incontables creadores. O quizá es cuestión de suerte. Sea como fuere, Mara merece una consideración inmediata de clásico. O, si no despierta ese entusiasmo, al menos que notemos que estamos ante algo diferente. En fondo y forma, Mara es excepcional. Puede no parecerlo a simple vista, por ser el relato de una atleta, de una jugadora de voleibol en un mundo futuro en el que el deporte ha conseguido una consideración dominante en la sociedad. No es una historia deportiva ni un retrato personal, a pesar de que la joven protagonista marca todas las viñetas de este cómic. Es, en realidad, un complejo estudio sobre el fenómeno de masas. O al menos lo es en su arranque, porque después deriva en algo sensacional, en un relato mutable, que pasa por el cómic de superhéroes y por la ciencia ficción más atractiva. Mara es un tebeo vivo desde la primera hasta la última página, e incluso mucho más allá del momento en el que se cierra el volumen. Eso es lo que han conseguido Brian Wood y Ming Doyle, un tebeo trascendente de una premisa que a muchos lectores podrá parecerles bastante episódica.

Brian Wood tiene la enorme virtud de no dejar nunca indiferente. Puede tocar la fibra más sensible con historias como la de Local (aquí, su reseña) y provocar un inmenso debate sobre su extraña versión de Conan (aquí la reseña del primer volumen). En Mara hace algo brillante, y es escribir un relato que no deja de cambiar, de crecer y de fascinar. Lo hace con un personaje brillante al que describe con cada palabra que escribe, con cada decisión que adopta, con cada movimiento con el que su historia va cambiando por completo. Y como lo que hace de Mara algo sobresaliente es precisamente el cambio constante que propone, lo mejor es zambullirse sin saber gran cosa. Eso, por desgracia, limita bastante el análisis que se puede hacer de la serie, pero el lector agradecerá ir sorprendiéndose con lo que va descubriendo. Es como Wood plantea su historia. Es ciencia ficción, por supuesto, no hay dudas teniendo en cuenta que las primeras palabras que escribe son «La ciudad. El futuro». Pero es también una propuesta arriesgada, que Wood cuenta con una narración omnisciente y con la voz de los medios, abrazando así uno de los temas fundamentales de su arranque, la cultura de masas y la creación de ídolos. Pero no se queda ahí, muta, cambia, y todo con una naturalidad asombrosa.

Las pretensiones de Wood descansan sobre un dibujo de Ming Doyle que cumple en cada página. Sin ser nada espectacular, sin buscar artificios recargados o excesivamente innovadores en la composición de página o en el punto en el que sitúa la visión de las escenas, Doyle convence. Da carisma a Mara desde su presentación. Con sus ilustraciones hace creíble ese aura de estrella mediática y social que ha de ser Mara según dicta la historia. Pero también entiende la mutación orgánica del relato que plantea el guión. La abraza, la desarrolla y con esas premisas propone un final fascinante desde el punto de vista visual, sobre todo en lo que muestra en los últimos de los seis capítulos que forman el relato. Como en el guión, es difícil profundizar más en la evaluación del dibujo sin revelar la historia. Mara es, en todo caso, una lectura sorprendente y compleja, inteligente en todo momento, densa por lo que cuenta (y por los debates que plantea) pero no por cómo lo cuenta, porque lo hace de una forma natural y fluida que permite devorar las páginas con el ritmo que propone y al mismo tiempo sentirse imbuido por toda la creatividad que hay en sus páginas. Es un cómic brillante que sorprenderá a más de un lector, por mucho que la sinopsis de la contracubierta ya desvele algunos de sus secretos.

El volumen incluye los seis números de Mara, publicados originalmente por Image entre diciembre de 2012 y octubre de 2013. Como contenido extra, el volumen contiene una introducción de Javier Agrafojo, als cubiertas originales de Ming Doyle tanto en color como entintadas, un portafolio de bocetos del mismo ilustrador y varios pin-ups de Doyle, Alyssa Maynard, Jordan Gibson, Peter Krause y Yasmin Liang.