Guión: James Robinson.
Dibujo: Nicola Scott, CAFU y Julius Gopez, y Yildiray Cinar.
Páginas: 136.
Precio: 12,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Abril 2014.
Quién iba a decir cuando DC decidió reiniciar su universo de superhéroes que Tierra 2, el relato de los acontecimientos de un mundo alternativo, iba a ser una de las series más genuinas de la mejor tradición de la editorial. En este cuarto número de su edición en español, se supera ya el primer año de vida de la serie y James Robinson sigue logrando algo que no es nada fácil, que la historia crezca de una forma natural, que las incorporaciones lleguen evitando movimientos forzados y que el brillo de los nuevos personajes (no hay más que ver la portada de este número para ver que Batman es uno de ellos) no eclipse a los protagonistas originales de la serie. Robinson, además, domina el espectáculo de superhéroes como pocos autores contemporáneos, sabe cuándo ser épico y cuando centrar la acción en algo concreto. Y el dibujo de Nicola Scott, aunque no se haga cargo aquí de todas las páginas incluidas, es inmejorable para conseguir ese propósito. La ausencia de límites por la siempre compleja continuidad proporciona a Robinson la libertad necesaria para que, curiosamente, su trabajo encaje en una forma de hacer tebeos de superhéroes que recuerda a otras épocas más brillantes y con la frescura de estar leyendo una historia completamente nueva.
Lo primero que ofrece Robinson es el final de La Torre del Destino, arco argumental que centró el anterior volumen (aquí, su reseña), un clímax quizá por debajo de lo esperado, que deja la sensación de que lo mejor de esta historia se había visto ya. Y a partir de ahí, desata una guerra en la que los bandos son difusos, en la que no se trata de la Tierra contra Apokolips como en el conflicto que inició el relato de esta serie y que habría de situarse cinco años atrás en el tiempo. Tampoco es una batalla entre maravillas y horrores. Ni siquiera parece haber dos bandos completamente definidos. Por eso es el momento ideal para introducir a Batman (¿puede existir un universo DC, sea el mundo alternativo que sea, sin que haya un Batman?) y de mantener el misterio sobre su identidad. Sobre todo con Batman, pero también con las fuerzas que Steppenwolf despliega desde la nación que ahora gobierna, Dherain, Robinson va manteniendo una espectacular sensación de crescendo continuo en la situación estratégica de este mundo, siempre con varios frentes abiertos (por ejemplo, Hawkgirl investigando en China el accidente en el que murió el novio de Green Lantern) y con un dominio del tiempo formidable para dar saltos a conveniencia en diferentes momentos de la narración.
Tierra 2 es una de las pocas series de DC en las que el vaivén de dibujantes no ha hecho que el resultado final del producto acabado se resienta lo más mínimo. Es evidente que Nicola Scott es, al menos por lo visto hasta ahora, el ilustrador ideal para mostrar a las maravillas, con un portentoso dominio de la anatomía humana, de la manifestación visual de los poderes de cada personaje (con el todavía fascinante añadido del Doctor Destino) y también del lenguaje del cómic, lo que le hace escoger siempre un punto de vista impactante para narrar la escena. Pero viendo viñetas como la aparición de Batman o la splash page de la lucha entre Furia y Barda en presencia de Mr. Milagro que hay en el Annual dibujado por CAFU y Julius Gopez, o la brillante Hawkgirl y el impactante Capitán Acero de Yildaray Cinar, no queda más remedio que seguir disfrutando de la espectacularidad de la serie sin apenas perder un segundo en lamentarse por la ausencia de Scott. Eclipsada por la continuidad natural de DC, sigue dando la impresión de que Tierra 2 es una serie que está pasando demasiado desapercibida para los muchos méritos que atesora y el sincero y enorme entretenimiento que proporciona.
El volumen contiene los números 12 a 15 de Earth 2 y su primer Annual, publicados originalmente por DC Comics entre mayo y agosto de 2013. Además de un artículo de Fran San Rafael, el único contenido extra del libro son las portadas originales, realizadas por Brett Booth, Andy Kubert y Juan Doe.