‘El Cabezón de Acero III’, de Enrique V. Vegas

Editorial: Dolmen.

Guión: Enrique V. Vegas.

Dibujo: Enrique V. Vegas.

Páginas: 60

Precio: 5 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Mayo 2014.

En menos de un año, Enrique V. Vegas ha completado su trilogía satírica de cabezones basada en Superman, El Cabezón de Acero. Y la tercera entrega, como no podía ser menos, es un guiño directo a la próxima película del personaje que va a llegar a los cines: Batman vs. Superman. Dawn of Justice, que no deja de ser una precuela del futuro filme de la Liga de la Justicia. ¿Qué quiere decir eso en el universo cabezón? Que Vegas multiplica los personajes, empezando por su particular versión de Wonder Woman. Si la primera entrega (aquí, su reseña) era un homenaje al Superman cinematográfico de más de una generación, el de Christopher Reeve, y la segunda (aquí, su reseña) se acercaba más a la trama de El Hombre de Acero, la tercera es todo un guiño al futuro, incluso con alguna referencia a una especulación abierta por el primer filme de Zack Snyder que no parece que se vaya a confirmar en la próxima película. Pero da igual, porque Vegas hace de todo una parodia, tan repleta como siempre de muchísimos guiños a elementos de la cultura popular tremendamente dispares.

Y en esas referencias, Vegas siempre suele dar con la tecla adecuada. Por eso es tan divertido el chiste de la primera aparición del Cabezón de Acero, una alusión a Juego de Tronos, o la presencia de personajes salidos de Gru, mi villano favorito, Barrio Sésamo, Star Wars, Los Simpsons, Los Pitufos o la versión Disney de El Jorobado de Notre Dame. No obstante, en esta entrega da la impresión de que Vegas ha limitado algo más  la presencia de guiños ajenos a la mitología principal a la que quiere rendir homenaje. Y si Superman vuelve a ser el más claro y directo objeto de referencia, también queda claro que la preferencia del autor está en el Superman de Reeve, y en esta ocasión de forma más concreta en la segunda de las películas que interpretó, puesto que recupera dos de los escenarios de dicho filme, París y las cataratas del Niágara. Del Cabezón Oscuro se mantiene la versión ya conocida y con la Amazona completa la parodia de la Trinidad de DC Comics. En realidad, el papel de ésta es bastante reducido (como el de la otra heroína de DC que encuentra su versión cabezona en las páginas finales), pero es más que suficiente para que queden claras las pretensiones de Vegas al incluirla, las de parodiar un filme todavía sin hacer.

Lo más probable es que por eso no busque nuevos enemigos, sino que opte por reutilizar nuevamente a Zoff, su versión cómica del Zod de El Hombre de Acero, al que acompaña en esta ocasión de varios kryptonianos más. Puestos a reprochar algo, resulta curioso en estos cánones arquetípicos y comerciales en los que se mueve la ficción contemporánea que Vegas justo evite mostrar la pelea entre los dos principales personajes femeninos. Vegas se ríe hasta de eso, con la acción fuera de la viñeta y mostrando simplemente el resultado del combate. Y es que todo es posible en El Cabezón de Acero, por breve que sea su espacio (apenas medio centenar de páginas en esta tercera parte) y por sencilla que sea su parodia. La pregunta es si ese «Fin» que cierra la historia significa que Vegas se despide por el momento del personaje… o si simplemente va a esperar a ver qué sucede en la próxima película para ofrecernos una de sus siempre divertidas versiones cabezonas. Como suele ser habitual en la serie, esta tercera entrega de El Cabezón de Acero se completa con un pequeño portafolio de bocetos, con los diseños de algunos personajes y la versión preliminar de buena parte de las páginas del libro.