Guión: Francisco Ibáñez.
Dibujo: Francisco Ibáñez.
Páginas: 48.
Precio: 12 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2014.
¿Qué tendrá Mortadelo y Filemón que jamás pasará de moda? Su última aventura, por supuesto realizada por Francisco Ibáñez recupera todo un clásico de sus aventuras: la Copa del Mundo de fútbol. Mundial 2014 cumple a la perfección con esos dos poderosos argumentos para asomarse al álbum. Por un lado, es una nuevamente desternillante aventura infantil de los agentes secretos más famosos del cómic español, con los disfraces de Mortadelo y las penurias de Filemón, esta vez intentando evitar el asesinato de dos dirigentes mundiales que acuden al evento deportivo que se celebra en Brasil. Por otro, y aunque durante muchas páginas el fútbol queda en un segundo plano, acaba siendo una divertidísima parodia deportiva con la que, siendo aficionado al fútbol o no, es imposible contener las risas. Fútbol por un lado y Mortadelo y Filemón por otro, la mezcla es formidable y un motivo más para reverenciar al maestro Ibáñez, que siempre consigue hacer tebeos entretenidos en el agradecido caos que supone siempre una de sus historietas de estos dos particulares agentes, en la que no pueden faltar sus secundarios habituales, aunque muchos de ellos limiten su presencia en este título a un simple cameo.
En realidad abría que introducir un tercer elemento en la mezcla que bate Ibáñez para dar forma a Mundial 2014, y es la sociedad actual que tan bien caricaturiza el tebeo. Un Mundial permite la reunión de muchos países y eso da pie a incontables chistes. Pues bien, Ibáñez prescinde de casi todas las versiones reales, no de todas, para recrear las suyas propias. Ojo a la presencia en la competición del Círculo Polar Ártico, del Círculo Polar Antártico, de las Islas Sandwich o, cómo no, de Mongolia. Y eso por no mencionar que los dirigentes mundiales cuyo asesinato han de evitar Mortadelo y Filemón son los máximos mandatarios de los Estados Juntituos y Borusia, que no se pierden un partido y guardan un sospechoso parecido con los actuales presidentes de Estados Unidos y Rusia. Pero como el fútbol marca el entorno de la historia, es ahí donde Ibáñez destaca. Por supuesto, el clímax del relato coincide con la final del Campeonato del Mundo, un afortunadísimo Spain – Mongolia, en el que Mortadelo y Filemón demuestran sus nulos conocimientos sobre el deporte rey, evidenciando lo divertida que es una conversación entre un entendido de fútbol, con sus frases hechas y su terminología, y alguien que no sabe de qué demonios le hablan.
Son detalles como esos los que hacen que el trabajo de Ibáñez siga tan fresco como años atrás, aún manteniendo las características esenciales que hacen de Mortadelo y Filemón una de las series más queridas por chavales de tantas generaciones (no hay que olvidar que los personajes fueron creados en 1958). Porque el estilo de Ibáñez como dibujante se mantiene tan inalterable como conseguido y los innumerables disfraces de Mortadelo, que también presta a Filemón de vez en cuando, forman parte de la idiosincrasia de estas aventuras. Además de caricaturas muy actuales, Ibáñez incide en una visión del fútbol tan antigua como romántica. Y si el álbum arranca además con una divertidísima historia de los deportes y una ironía total para tratar la importancia del fútbol (incluso poniendo a discutir sobre la materia a dos personajes sospechosamente parecidos a los principales líderes políticos de nuestro país). Ibáñez sigue en plena forma y domina el frenético ritmo casi de chiste por viñeta sin que la historia se resienta lo más mínimo. Como siempre, el resultado es impagable para viejos lectores y para chavales actuales. Los clásicos nunca mueren, y Mortadelo y Filemón hace muchos años que tiene esa merecida consideración.
Ediciones B publica esta historia como el número 162 de la colección Magos del humor.