‘Sex 1. Ese verano largo y duro’, de Joe Casey y Piotr Kowalski

Editorial: Aleta.

Guión: Joe Casey.

Dibujo: Piotr Kowalski.

Páginas: 192.

Precio: 17,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Marzo 2014.

Imaginemos que Bruce Wayne deja un día de ser Batman, que se toma un tiempo sabático y que finalmente regresa a Gotham para retomar el control de Empresas Wayne, aunque le aburre soberanamente la tarea. Imaginemos que Selina Kyle ha dejado de ser Catwoman y dirige un prostíbulo de lujo. Asumamos que DC jamás publicaría una historia en la que el sexo sea explícito y variado, en la que haya desnudos frontales tanto de hombres como de mujeres y en la que esa práctica tan cotidiana en la vida real como vetada en el cómic de superhéroes forme parte de los problemas y de los deseos de los personajes. Bienvenidos a Sex, una mirada completamente diferente al género del superhéroe que, curiosamente, prescinde de esa misma figura, a la que siempre se refiere en pasado y en algún que otro reducido flashback. No se puede obviar que hay algo provocador y provocativo en la propuesta de Joe Casey y Piotr Kowalski, y que por eso mismo hay algo de gratuito en sus ideas. Pero también es obligado reconocer que hay más elementos fascinantes en la historia, que retrata a un superhéroe distinto, que lo tritura como una figura más dentro de las obsesiones más mundanas y que encuentra caminos para mostrar lo que no se mostrará con un personaje emblemático.

Por eso mismo, no se puede negar que Casey es valiente en una doble vía. Por un lado, mostrando tanto sexo. La sociedad actual sigue siendo muy pudorosa y un cómic como éste, con esta elección, se aparta por sí solo de los gustos de muchos lectores, acercándose a un género concreto por una vía que nadie transita en el ámbito más comercial. Por otro, con el momento de su historia. Lo que se ve en este primer volumen es un preámbulo tan largo en extensión como adecuado en su narrativa que habla del regreso de Simon Cooke a la ciudad que protegía como el Santo con Armadura, y de todo lo que le pasa por la cabeza y de lo que sucede en su entorno. Es, de alguna manera y por seguir la analogía con Batman, como si El regreso del Caballero Oscuro se produjera en este escenario y con un protagonista todavía joven. No se puede negar que Casey va hilando su historia con mucho oficio, con brillantez en algunos momentos, bastantes, y creando unos personajes que bebiendo de las sólidos logros de décadas de Batman y Catwoman, van encajando en un mundo nuevo y diferente. Y todo ello con el siempre hipnótico poder del sexo, que aquí va desde las manifestaciones más emocionales a las más bacanales. La mezcla, hay que insistir en ello, es valiente.

Sex (el título ya es, en sí mismo, una provocación más) necesita obviamente un dibujante que haga de las prácticas sexuales que se ven en las páginas del cómic algo vibrante, emocionante y atractivo. Y el belga Piotr Kowalski es perfecto para esta historia. Convence, efectivamente, en el sexo explícito que hay en las viñetas, pero también con todo lo demás. Su dibujo, realista, es muy bueno para mostrar la enormidad de Saturn City, la complejidad emocional de los personajes (Casey no muestra uno solo que no tenga más de un problema emocional grave, ahondando en el lado más siniestro y psicoanalizable del superhéroe), e incluso tiene una narrativa sensacional para todo tipo de situaciones, desde los diálogos hasta las de más acción. El color de Brad Simpson es igualmente perfecto y adecuado en cada momento, mostrando con facilidad las escenas que corresponden al pasado y resaltando aún más los momentos más sexualmente impactantes. Y es que justo eso, el impacto, es lo que define el arranque de Sex. Sería un error pensar que estamos simplemente ante un cómic porno, porque no es así. Hay mucho más debajo de esa fachada explícita y provocadora. No una reinvención del superhéroe, no es ese su objetivo, pero sí una mirada diferente y atractiva.

El volumen incluye los números 1 a 8 de Sex, publicados originalmente por Image Comics entre marzo y octubre de 2013. El único contenido extra son las cubiertas de dichos números, obra como el dibujo interior de Piotr Kowalski.