Guión: Fernando Verniere.
Dibujo: Juan Fioramonti.
Páginas: 26 (por ejemplar).
Precio: Desde 0,99 euros (por ejemplar).
Presentación: Digital.
Publicación: Marzo y Abril 2014.
Hay muchas formas de acercarse a un cómic, y la forma en la que éste llega al público es una de ellas. I.E., una historia publicada en dos números, es el primer tebeo de Twist Comics, una editorial que por el momento sólo edita en formato digital (y permitiendo a los lectores pagar más por la obra en función del interés que les genere, desde los 99 céntimos que fijan como precio base). Twist dice que sus autores son «gente con ganas de contar las historias que les apetecen sin ningún tipo de censura o control corporativo». Es innegable que ese pensamiento tiene un nostálgico y divertido aire fanzinero, algo que por edad sin duda vivieron algunos de los autores que se han embarcado en el proyecto. Y leyendo I.E. parece lógico echar la vista atrás y pensar en ese tipo de historias en blanco y negro que incluían aquellas modestas revistas caseras que encontraban en las fotocopias su medio de difusión. Internet ha abierto un enorme mundo de posibilidades para los soñadores fanzineros de ayer y para los autores consolidados de mañana, y por eso tebeos como éste encuentran un camino abierto en el que, poco a poco, lectores de diferentes generaciones se pueden acercar a ellos, gracias a un planteamiento atractivo y un precio asequible.
Entrando ya en el contenido, el guionista Fernando Verniere reúne en I.E. muchos de los elementos mencionados. Ciencia ficción, un entorno apocalíptico, una criaturas alienígena poderosa y extraña, mujeres sexualmente atractivas y elementos de buddy movie. Es un relato friki en toda su extensión, y más que una historia, es un episodio, lo que permite ir al grano sin necesidad de mayores explicaciones sobre un mundo que se va comprendiendo poco a poco, con naturalidad. No hace falta decir que los recursos escasean si los dos personajes protagonistas se pelean por las últimas gotas de alcohol en una botella. O que no hay muchas mujeres con las que relacionarse si una revista masculina con sugerentes fotografías es un preciado tesoro a encontrar entre las ruinas de una guerra que sólo se menciona en la primera página. Por no hacer falta, no es necesario ni dar nombre a los protagonistas. Por eso, lo que ofrece I.E. son poco más de 40 páginas de acción, ciencia ficción y comedia sin mayores pretensiones que las de entretener, algo que consigue con facilidad, aunque en algún momento hay diálogos que parecen demasiado convencionales. ¿Puede ser ese el peaje por tratarse del primer cómic que escribe Verniere?
Si el guión contiene suficientes elementos como para adscribir este relato de ciencia ficción al entorno fanzinero, lo mismo se puede decir del dibujo de Juan Fioramonti, una sensación además mucho más marcada por el hecho de estar realizado el cómic en blanco y negro. Fioramonti se mueve muy a gusto en las viñetas más espectaculares, en las de gran tamaño (la presentación de las amazonas en el primer número, la del Limpiador en el segundo), en la visión calorífica del alien y en los momentos que requieren una narrativa más compleja (la página final del primer número, una fantástica mezcla de tensión, terror y presentación del enemigo real de la historia). Sabiendo que el blanco y negro de las páginas interiores impide que el color sirva para identificar a los personajes más allá de las cubiertas de los dos números, el ilustrador opta por personajes fácilmente diferenciables, y sólo hay cierto barullo de líneas que dificulta el seguimiento nítido de la acción en algunas de las viñetas más pequeñas y con más movimiento. Poco defecto en realidad para un trabajo atractivo. Y es que I.E. hace virtud de su sencillez y del desenfrenado futuro que presenta un escenario idóneo para contar una historia tan divertida que no le hace falta mucho más.