Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Tim Siedell.
Dibujo: Stephen Thompson.
Páginas: 120.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Marzo 2014.
Darth Vader está cogiendo mucho protagonismo en los proyectos de Star Wars para Dark Horse antes de que la licencia regrese a Marvel tras comprar Disney la editorial. Darth Vader y el noveno asesino es la tercera miniserie que protagoniza el Lord Oscuro de los Sith tras Darth Vader y la autoridad perdida (aquí, su reseña) y Darth Vader y la prisión fantasma (aquí, su reseña), siendo todavía esta segunda la que proporciona al lector unos resultados más atractivos. Con esta nueva miniserie el objetivo viene a ser el mismo: engrandecer una figura que, en realidad, ya es enorme a ojos de todos los aficionados. Eso, por fuerza, acaba limitando las posibilidades de cualquier intento de expandir su historia, y le sucede a este intento de Tim Siedell y Stephen Thompson. Pero sus defectos se circunscriben al guión, donde se alternan esos fallos y algunos aciertos notables, porque el aspecto visual es de lo mejor que se ha hecho nunca con el personaje. Y es que para cualquier aficionado de Star Wars no hace falta mucho más que ver a Darth Vader en todo su esplendor para convencerse de la necesidad de leer esta historia.
El guión de Siedell tiene un acierto fundamental, y es el hilo directo que plantea entre el personaje de Vader y los acontecimientos de la primera película que se realizó, el Episodio IV. El problema es que eso no se ve hasta el tramo final, precisamente lo mejor que tiene la historia, y hasta entonces la mejor baza que esgrime es la que no depende de su trabajo, que no es otra que el encanto inagotable de Darth Vader. Y eso que la historia arranca presentándole como el objeto y no como el sujeto, casi como un secundario de lujo. La idea es que un empresario minero busca venganza, ya que Vader asesinó a su hijo. Para ello, ha enviado a ocho asesinos que han fallado y busca uno más, uno infalible. Eso sucede al mismo tiempo que el nuevo discípulo del Emperador investiga un intento de acabar con la vida de su maestro. Siedell consigue conjuntar las piezas al final, con una notable conclusión, pero durante demasiadas páginas da la impresión de que hay cierta desconexión entre los diferentes aspectos que quiere tocar el guión y, al mismo tiempo, que el éxito del tebeo está en manos de lo que pueda dar de sí el trabajo de ilustración de Thompson.
Eso le da a Darth Vader y el noveno asesino un colchón de seguridad enorme, porque Thompson crea un Vader magnífico, de los mejores que se han visto en las incontables traslaciones a las viñetas de las creaciones de George Lucas. Le da un aspecto poderoso y amenazador, le muestra en una plenitud física con la que pocas veces se le ha visto, y muestra toda una variedad de habilidades, desde el uso de la Fuerza a su manejo del sable de luz, que hacen de esta interpretación una que se merece todos los elogios. Thompson no sólo triunfa gracias a Vader. Todo lo que coloca en sus páginas funciona, desde los elementos más propios de Star Wars (el Emperador, su guardia personal, las naves…) a lo que se aleja de lo visto en las películas (algunas de las criaturas), pasando por una narrativa y unas coreografías notables. Darth Vader y el noveno asesino podría haber dado más de sí, e incluso tendría que haber prestado más atención a detalles que valoran mucho los aficionados como ubicar adecuadamente la historia con nombres de personajes y planetas que se omiten, pero se lee con agrado gracias al formidable dibujo de Thompson.
El libro incluye los cinco números de Star Wars: Darth Vader and the Ninth Assassin, publicados originalmente por Dark Horse entre abril y agosto de 2013. El único contenido extra que presenta el volumen son algunas de las portadas originales de la serie, todas ellas obra de Ariel Olivetti. La del número 2 es la que sirve de cubierta a la edición española, en el interior están las de los números 1 y 5 y parcialmente se ve la del 3 en la contraportada del volumen de Planeta DeAgostini.