Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Haden Blackman.
Dibujo: Rick Leonardi.
Páginas: 120.
Precio: 12,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Mayo 2012.
La importancia de Darth Vader como personaje de fantasía en la ciencia ficción de las últimas décadas está fuera de toda duda. En los últimos años, el cómic se está convirtiendo en el medio más adecuado para ampliar su mitología más allá de las seis películas de Star Wars. Darth Vader y la autoridad perdida es una de las aportaciones del guionista Haden Blackman, con la colaboración del artista Rick Leonardi, para tratar de explicar las obsesiones que configuran la torturada personalidad de Anakin Skywalker una vez se ha pasado al Lado Oscuro de la Fuerza y se ha puesto al servicio del Emperador. La simple presencia de Darth Vader como protagonista, ya supone un gran aliciente para la lectura de este cómic, especialmente para los aficionados a Star Wars, que sabrán sacarle más partido que un no iniciado en la saga. Vader es un personaje complejo y muy atractivo que lleva en el imaginario popular desde hace más de tres décadas y es tan rico que, tanto tiempo después, sigue abierto a interpretaciones e historias nuevas. Así, Blackman consigue enganchar al lector con una historia tan interesante como entretenida.
Este guionista es un autor que lleva una década vinculado a la franquicia de Star Wars, como autor de libros, cómics y videojuegos. Su guión no defrauda lo más mínimo. Es una espléndida mezcla entre el análisis psicológico y la aventura de ciencia ficción. En La venganza de los Sith, George Lucas explicó que la caída de Anakin Skywalker al Lado Oscuro fue por el amor que sentía hacia Padme. ¿Queda algo de ese amor en Darth Vader? Blackman encuentra un ángulo interesante para hablar de Vader ya desde la primera página. Anakin no olvida a Padme, y crea en su cabeza toda la historia que podría haber sido. Sueña con que Padme sigue viva, con que él ha cumplido con la profecía que le señalaba como el elegido para acabar con los Sith y eso le convierte en el líder más joven del Consejo Jedi, sueña con ella convertida en Canciller Supremo y soporte espiritual de la República, sueña con el hijo que él creía que esperaban y al que instruye en los caminos de la Fuerza. Este trasfondo psicológico lo introduce el guionista en una trama que, por un lado, pone a prueba la autoridad de Vader sobre algunos oficiales imperiales y, por otro, une sus caminos al de un futuro aliado, el gobernador Tarkin, un satisfactorio guiño al aficionado más clásico de la saga.
Rick Leonardi tiene una larga carrera como ilustrador en la que se ha ocupado de importantes series de Marvel y DC. También tiene experiencia en el mundo de Star Wars, gracias a su trabajo en la miniserie de 2005 General Grievous. El suyo es un estilo muy personal, que combina grandes momentos con otros no tan logrados. No consigue en algunas ocasiones que la armadura de Darth Vader parezca tan intimidante como lucía en la pantalla o en cómics precedentes, pero, ayudado por el colorista Wes Dzioba, sí triunfa en la construcción de atmósferas. Lo mejor del trabajo de Leonardi para esta miniserie está en las ilusiones de Vader con un futuro al lado de Padme, a las que dota de una atmósfera onírica gracias a un trazo mucho más etéreo que el resto de la historia. También destaca en sus bien llevadas escenas de batalla, tanto en superficie como en el espacio, y en la hipnótica presencia que da al principal personaje femenino de la historia, la Dama Saro. Siendo un buen trabajo en el apartado gráfico, deja no obstante la sensación de que podría haber sido mucho mejor.
El libro recoge los cinco números de la miniserie Darth Vader and the Lost Command que publicó originalmente Dark Horse entre enero y mayo de 2011. El volumen recopilatorio apareció en noviembre de ese mismo año con una espectacular portada de Michael Kutsch, la misma de la edición en español, que sólo contiene como extra la cubierta original del segundo de esos cinco números, obra del joven ilustrador japonés Tsuneo Sanda.