Guión: Scott Snyder y James Tynion IV.
Dibujo: Greg Capullo y Rafael Albuquerque.
Páginas: 104.
Precio: 9,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Enero 2014.
A Scott Snyder le atraía el reto de reinventar los mitos de Batman, algo que se intuyó desde sus historias anteriores al relanzamiento del Universo DC. Como es la enésima vez que la editorial emprende ese camino, el mayor reto residía en el precedente más inmediato, la ingente reconstrucción de su mundo que había hecho Grant Morrison. En el caso de Snyder, no se puede negar su enorme esfuerzo para llevar a cabo esa tarea mediante su Tribunal de Búhos ya en las cabeceras de los nuevos 52. Su idea pasaba por recrear una nueva Gotham, una que el Caballero Oscuro en realidad no conociera, una que le pusiera al borde de la derrota, tanto en su papel de protector nocturno con la máscara de Batman como en la de millonario filántropo de día como Bruce Wayne. Ese esfuerzo empieza a tener una recompensa real en esta entrega trimestral, protagonizada enteramente por Batman, aparcando Detective Comics para no cortar la odisea del héroe en el laberinto de los Búhos. Snyder abre inquietantes posibilidades en esta parte de la historia y Greg Capullo las muestra en viñetas con una fuerza importante.
Como Batman tuvo bastante continuidad en el salto a los nuevos 52, no sorprende que Snyder haya buscado tan pronto (no olvidemos que estos números pertenecen al primer año de vida de la serie) un reto tan importante para el Caballero Oscuro. No hacían falta preámbulos y Snyder no ha perdido mucho tiempo en ellos. En ese sentido, el primero de los cuatro números de esta entrega es el más definitorio. Batman está atrapado. ¿Por cuánto tiempo? Días, pero no se sabe cuántos. Y está aparentemente derrotado, perdido, desorientado y tentado de rendirse. Pero es Batman y Batman no se rinde. En ese sentido, Snyder capta muy bien el espíritu que guía las acciones del héroe, con el hábil recurso de recuperar el momento de Año uno en el que decide ser un murciélago para retorcerlo. Si Bruce Wayne ya había tenido su enlace con los Búhos, y eso estalla en el número final de esta entrega (que no en vano se titula Asalto a la mansión Wayne), el guionista también encuentra un buen anclaje para su su historia con Dick Grayson. Esos detalles, junto el espléndido ritmo, elevado de principio a fin y sin un segundo de calma, son los que hacen que el relato enganche.
No hay respiro en la narración no sólo porque Snyder no lo permita, sino porque es la sensación que predomina en el dibujo de Greg Capullo. Primero marca el terreno con una espléndida narrativa para mostrar el efecto que el laberinto de los Búhos tiene sobre Batman. Cierra la confusión con el impacto de una splash page impresionante, y continúa mostrando lo más fantasioso y espectacular de su repertorio, con una muy buena pelea entre Batman y Garra. Domina tanto al Batman más humano (no se puede dejar de prestar atención al ojo que deja ver la máscara en su cautiverio), como al más contundente y poderoso, pero también destaca a la hora de recrear lo que le rodea. La tensión que hay en la conversación entre Bruce y Dick se puede cortar con un cuchillo gracias a las palabras de Snyder pero quizá sobre todo por el dibujo de Capullo, que concluye de una forma impactante, con un cliffhanger espléndido que cierra esta parte de la historia, el prólogo, y abre La noche de los Búhos. Todo muy frenético, todo muy atractivo. Las páginas finales, dibujadas por Albuquerque, son algo menos espectaculares.
El volumen incluye los números 5 a 8 de Batman, publicados originalmente por DC Comics entre enero y abril de 2012. ECC ya había publicado este material en los números 5 y 6 de su serie regular. Este recopilatorio trimestral incluye las portadas originales de Greg Capullo y las alternativas que realizaron Chris Burnham para el número 5, Gary Frank para el 6, Dustin Nguyen para el 7 y Jason Fabok para el 8.