Guión: Mark Farmer.
Dibujo: Alan Davis.
Páginas: 112.
Precio: 11,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2014.
Es curioso que los dos Otros Mundos que Alan Davis ha hecho para DC, aunque en este sólo se encargue del dibujo, traten sobre el mismo tema: la ausencia de Superman en el mundo que conocemos. El primero fue El clavo (aquí, su reseña), con su posterior secuela, en el que Superman llega a la Tierra pero no se convierte en superhéroe.. En Superboy. Legión, la premisa pivota sobre este tema pero se aleja de aquella y se centra en que el cohete en el que viajaba Kal-El para escapar de la destrucción de Krypton no llegó a la Tierra hasta finales del siglo XXX. De esa manera, cuando Superboy inicia su carrera para hacer el bien lo que hace es crear la Legión de Superhéroes, no integrarse en ella o ser la figura reverenciada por sus compañeros que saben lo que hizo en su pasado como Superman. Mark Farmer escribe una historia atractiva, en la que juega c0n acierto con esas diferencias que plantea en el origen del personaje y crea prácticamente un clímax continuo para el lucimiento de un Alan Davis en estado de gracia, quizá algo menos icónico en sus viñetas que en otros trabajos suyos pero siempre mostrando una categoría excepcional. Asumiendo que es un Otros mundos, con los sutiles cambios que eso supone en el aspecto de los personajes, no deja de ser una magnífica puerta de entrada al mundo de la Legión.
Esos dos aspectos mencionados son lo mejor del guión de Farmer. Por un lado, ese Superboy adolescente, rebelde, bravucón y capaz de todo, sin saber todavía el precio que tendrá que pagar por su altanería y las consecuencias de sus acciones. Es, de alguna manera, un homenaje indirecto a los Kent, a Martha y a Jonathan, por la educación que le dieron a Clark en el siglo XX y que derivó en que Superman fuera el héroe más grande sobre la Tierra. Ese héroe, no obstante, también está en el retrato de Farmer, sólo que llegará a ese punto por caminos muy diferentes. Por otro lado, lo que destaca es la sensación de frescura que desprende la historia y ese altísimo ritmo que no decae en ningún momento. El segundo número es casi íntegramente un clímax, y el primero contiene un largo combate entre la Legión y los Cinco Fatales, con lo que en algún momento puede dar la impresión de que sólo hay acción en el tebeo. Pero un atento vistazo evidencia que no, que el retrato de personaje que va forjando Farmer está obviamente en la acción (¿cómo podría disociarse la idea del superhéroe de la demostración de sus poderes?) pero también en los pequeños y los grandes detalles que va intercalando con acierto.
Como Alan Davis es un dibujante capaz de aprovechar esos dos aciertos del guión, Superboy. Legión acaba siendo una lectura sumamente entretenida. Está fuera de toda duda la brillantez que tiene Davis para afrontar escenas de acción. Domina las irrupciones de personajes en la escena (la primera imagen de Superboy, la entrada en acción de los Cinco Fatales o la página final son espectaculares), la demostración de poderes de todo tipo y las coreografías de lucha, pero sus ilustraciones destacan también por la expresividad, tanto de los rostros como de todo lo que tiene que ver con el lenguaje corporal. Davis es un dibujante reconocible en cada uno de sus dibujos y siempre eficaz en lo que pretende. Por eso, Legión es una historia disfrutable de principio a fin, como relato independiente y como imaginativo homenaje a la Legión de Superhéroes original, porque en ningún momento deja de ser un sincero cómic de superhéroes que va pasando por todo lo que hace grande al género. Quizá con algo más de desahogo y algo menos de acción la historia habría tenido un poso tan trascendente como, por ejemplo, sí lo tenía El clavo, pero sobre todo para el lector más clásico es difícil resistirse al encanto de ver a Superboy liderando desde el principio a la Legión.
El libro contiene el material de los dos números de Superboy’s Legion, publicados originalmente por DC Comics dentro de su línea de Elseworlds en abril y mayo de 2001. La edición española, además de las portadas originales de Alan Davis, contiene dos artículos escritos por Enrique Ríos para contextualizar la obra y resumir la presencia de Superboy en la historia de la Legión de Superhéroes.