‘Wonder Woman’ 6, de Brian Azzarello y Cliff Chiang

Editorial: ECC.

Guión: Brian Azzarello.

Dibujo: Cliff Chiang y Goran Sudzuka.

Páginas: 96.

Precio: 8,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Febrero 2014.

Siempre será exagerado decir que una serie es la mejor, sea del panorama del cómic norteamericano en general o de DC en particular, porque eso siempre va a depender de puntos de vista subjetivos. Pero pocos títulos van a generar el mismo consenso en torno a esta afirmación que la Wonder Woman de Brian Azzarello. Seis entregas de la serie se han publicado ya en España, con casi sus dos primeros años de andadura en Estados Unidos, y en cada uno de esos números hay razones más que suficientes para darle esa merecida consideración y, lo que es más complicado, para mantener esa distinción en el tiempo. Vivimos en un mundo en el que todo pasa fugazmente, en el que cada mes se publica un título que desbanca al anterior o se considera sucesor del que se publicó apenas un año atrás. La Wonder Woman de Azzarello se sale de todas esas consideraciones, y mucho más cuando hay continuidad en el dibujo de un Cliff Chiang responsable de que la serie tenga un apartado gráfico tan sobresaliente en todo, en sus diseños, en sus personajes y en su narrativa. Es una joya que no decae y que no para de encontrar momentos memorables en una historia que, en manos de una inmensa mayoría de autores, habría tenido un encaje mucho más endeble en el universo DC.

Uno de los puntos por los que se podía atacar a Wonder Woman es, precisamente, su independencia. Esta Diana no es la misma que aparece en la Liga de la Justicia. Pero cuando Azzarello decidió incorporar en su épica odisea a los Nuevos Dioses de Kirby dio un paso adelante tan valiente como necesario. Wonder Woman tenía que ampliar horizontes. Lo hizo así. Y convenció con la misma facilidad que lo había hecho su planteamiento mitológico del arranque ,uno que no ha abandonado nunca y que, por el contrario, se ha ido cargando de épica para convertirse en un relato mucho más complejo de lo que a este lado de las páginas se podría haber intuido desde el principio, aunque la genialidad de Azzarello ya fuera dejando pistas desde el primer número. En esta entrega, el autor mantiene discursos fascinantes sobre el sacrificio y la lealtad, pero también sobre la personalidad. Y con ello sigue añadiendo matices a la extraordinaria caracterización de Wonder Woman, pero también a la de sus aliados. Porque la serie es un retrato personal fascinante, recubierto con la épica imprescindible para narrar una lucha de dioses, en la que el estatus de los personajes va cambiando a medida que se van produciendo enfrentamientos. En ese sentido, ojo al desenlace de esta entrega.

El ritmo frenético que impone Azzarello en la narración consigue sacar lo mejor de Cliff Chiang, que, aunque en el primero de ellos Goran Sudzuka completa sus bocetos para quince de las veinte páginas, en este volumen español se ocupa de los cuatro números. Y se nota. Tony Akins ha cumplido francamente bien cuando le ha tocado completar los números a los que no llegaba Chiang, pero éste es el responsable del estilo visual de la serie y es quien más la hace crecer. Su Wonder Woman es formidable, femenina, fuerte y atractiva, pero divina en su porte y en el uso de sus poderes. Cuando los exhibe al quitarse los brazaletes es magnífica, pero no se sale del canon que ya había creado Chiang y sigue siendo el mismo personaje, expandiéndose ante los ojos del lector de una manera tan natural como espectacular. Sus personajes son espléndidos y el abanico de expresiones en sus rostros es interminable. Si con los enclaves mitológicos ya había demostrado que es también un enorme ilustrador de escenarios, Nueva Génesis lo vuelve a evidenciar. Y para completar el magnífico resultado de estos números, sus batallas hacen estallar la épica que emana del guión de Azzarello. Todo en Wonder Woman impresiona y, aún mejor, da muestra que puede seguir haciéndolo.

El libro incluye los números 20 a 23 de Wonder Woman, editados por DC Comics entre y agosto de 2013. Como contenidos extra, aparecen las portadas originales y a lápiz de los cuatro números, dibujadas por Cliff Chiang, y un artículo de Alberto Morán.