CÓMIC PARA TODOS

‘Robocop’, de José Padilha

robocop_poster españolTítulo original: Robocop.

Director: José Padilha.

Reparto: Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Samuel L. Jackson, Abbie Cornish, Jackie Earle Haley.

Guión: Joshua Zetumer.

Música: Pedro Bromfman.

Duración: 117 minutos.

Distribuidora: Sony.

Estreno: 12 de febrero de 2014 (Estados Unidos) 14 de febrero de 2014 (España).

Cuando una gran producción arrastra problemas y durante meses no dejan de aparecer noticias preocupantes (que se diga que el director, José Padilha, definió el rodaje como «un infierno» entra de lleno en esa categoría), hace que las expectativas de que una película sea atractiva disminuyan. Si además es un remake, como es el caso, las posibilidad de éxito son escasas. Y, sin embargo, Robocop es bastante mejor de lo que cabía esperar. ¿Que no alcanza la categoría de clásico instantáneo que se le dio al Robocop original que Paul Verhoeven estrenó en 1987? Por supuesto. ¿Que es un filme que tiene aspectos mejorables? Claro que sí. Pero es una muy entretenida entrega de ciencia ficción urbana, superior a muchos de los títulos que llegan mucho más protegidos al día de su estreno, fiel al espíritu original aunque sin la explícita mala leche característica de Verhoeven pero buscando un camino propio. Este Robocop no sigue los pasos del primero. Busca sus propios temas, y quizá lo más flojo de entre todo lo que ofrece es que no termina de desarrollar algunos de los más interesantes de entre los que plantea, para dar pie a una historia más personal y de venganza, la del agente Alex Murphy contra aquellos que intentaron asesinarle.

Con este tipo de películas, y más sabiendo algo de lo que le sucedió a Padilha, el análisis es bastante más complicado de lo que parece. Pero el juicio es más que positivo, porque la película funciona. Lo que más se agradece es que siga un camino propio a partir del concepto original. La transformación de Murphy en Robocop es diferente y tanto el guión de Joshua Zetumer como el trabajo de Padilha hacen que el entorno en que acontece sea completamente distinto. La historia nace de un concepto militarista de la tecnología que resulta fascinante (y que no estaba en el original), y es que el ejército norteamericano puede usar drones y robots en todas sus misiones internacionales, pero no en suelo americano. Eso hace que el filme arranque con muchísima fuerza y acierto, mostrando precisamente imágenes de una de esas intervenciones en Irán, aunque es cierto que ese tema se queda en un segundo plano en cuanto el concepto de Robocop entra en escena, y sólo se recupera sin demasiada profundidad en las magníficas secuencias de Samuel L. Jackson dando vida a un generador de opinión televisivo, un personaje radical y diferente pero que sirve también para rendir tributo al uso de los noticiarios televisivos que había en el filme de Verhoeven.

Samuel L. Jackson es el nombre más destacado de un muy buen reparto lleno de caras conocidas, con Joel Kinnaman dando vida al héroe antes y después de vestir el traje de Robocop; Michael Keaton como el presidente de OmniCorp; Gary Oldman, como el científico que crea la armadura; Abbie Cornish, siendo la esposa de Murphy; y Jackie Earle Haley, como el experto militar en drones. La película acaba volcándose en dos aspectos: el origen de Robocop y su venganza, que son, ahí sí, los mismos que lucía la cinta original. Las mayores innovaciones en ese sentido están en una presencia mucho mayor de la familia de Murphy. Eso no impide que haya cuantiosas escenas de acción en la película. Sorprende que Padilha, responsable del realismo de Tropa de élite, ruede algunas de ellas con perspectiva de videojuego, pero el clímax compensa con creces esa sensación. Como el diseño de Robocop, que en las primeras imágenes que se filtraron tenía un aspecto cuanto menos dudoso, que daba a entender una textura más cercana al plástico que al metal que uno espera en este personaje, y que sin embargo en la pantalla luce a las mil maravillas. Esa es una de las más gratas sorpresas del filme una vez visto en pantalla grande.

Por supuesto, la nostalgia también cuenta. Por mucho que sea un remake que no quiere seguir los pasos de la película original, los guiños son inevitables, recuperando algunas frases míticas de aquella o el memorable tema musical que compuso para la ocasión Basil Poledouris. Pero hasta ahí las similitudes. Robocop es una película que supera con facilidad el listón medio del cine espectáculo porque, aún con algunos aspectos mal explicados (¿producto de las dificultades por las que pasó Padilha o incluso del montaje final de la película?), destaca por un planteamiento original, por mostrar un mundo violento (aunque sin sangre, ya se sabe cómo es el cine norteamericano para eso), y por unas imágenes impactantes (impresiona el momento en el que se descubre qué ha quedado de Murphy para la construcción de Robocop). Si la valoración se hace en función de los logros de la película original de Verhoeven, es fácil deducir que acabará perdiendo ésta (por mucho que el filme de 1987 adolezca de un enorme problema que la nostalgia ha devorado en los recuerdos de muchos, y es la falta de un clímax espectacular), pero este nuevo Robocop, como película independiente y como una nueva vía para crear un personaje que pueda calar entre las audiencias del siglo XXI, merece una oportunidad porque entretiene con muchísima facilidad y deja algunos momentos notables.

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Esta entrada fue publicada el 14 febrero, 2014 por en Cine, Robocop, Sony.

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