‘Complex. Ways of Life’, de Michael Malkin y Kay

Editorial: Milky Way.

Guión: Michael MAlkin.

Dibujo: Kay.

Páginas: 160.

Precio: 10 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Diciembre 2013.

Hay en este primer volumen de Complex una clara influencia de la televisión que, de alguna manera, ejemplifica Perdidos mejor que ningún otro título que haya visto la pequeña pantalla en las últimas décadas. Ways of Life, que así se titular el arranque de esta serie escrita por Michael Malkin y dibujada por Kay, plantea un misterio de corte fantástico en un universo en el que suceden acontecimientos muy extraños y en el que todos los personajes parecen esconder algún secreto. Siguiendo las pretensiones de la serie, hay que advertir que al finalizar la lectura de este volumen no se van a encontrar las respuestas a los enigmas. Si acaso, surgirán más preguntas planteadas en el marco de un escenario inteligente y muy aprovechado. Es una táctica muy televisiva la que usa Malkin, y le funciona bastante bien, tanto leyendo el volumen del tirón como atendiendo a los capítulos en que lo divide, aunque el resultado es mejor en la primera parte de esta entrega por tener una estructura en capítulos más cortos. El blanco y negro de Kay es un gran compañero de viaje, que acentúa todo lo que esconde la narración con su intriga.

Malkin oculta sus cartas de una forma hábil. No hay otra forma de evaluar que está 160 páginas contando una historia de la que, en realidad, no se puede trazar un mapa completo, y que lo haga sin llegar a aburrir al lector en ningún momento, un riesgo en el que no parece difícil caer pero que Complex esquiva con astucia en su primer volumen. En Ways of Life funciona el impacto y la intriga, el golpe de efecto y el trabajo que hay que realizar más allá de las páginas para intentar unir algunas de las piezas del puzle. Y para ello lo que propone el guionista es el retrato de sus personajes. Ahí sí comienza a poner las cartas sobre la mesa prácticamente desde la primera secuencia. Es a través de ellos como mejor se puede entender y disfrutar Complex en toda su extensión, porque Malkin se vuelca en ellos. Los protagonistas que no recuerdan lo sucedido en la trama son perfectas extensiones del lector, a la expectativa de saber qué va a suceder a continuación y los que van recordando recogen la necesaria vitola de héroes para que la empatía ayude también a que la historia avance. Y esa empatía surge de la misma manera del dibujo de Kay.

Hay en el trazo del ilustrador una gran sencillez, que de alguna manera mezcla un firme apoyo en el banco y negro y un estilo conscientemente cercano al fanzine por momentos y detallado y espectacular en otros. Es como si Kay buscara la misma confusión que sienten algunos personajes y, por extensión, el lector. En el uso de las blancos y las negros es donde Kay impacta con más facilidad y eficacia, mezclando de forma muy atractiva luces naturales y artificiales, claros y oscuros en las mismas viñetas. Y es así como consigue que el blanco y negro sea parte integral de las mejores viñetas que ofrece, generalmente las de mayor tamaño, en línea con las cuidadas portadillas que ofrece para cada uno de los diez capítulos en que se divide este primer volumen, seis de nueve páginas para la primera parte y cuatro de entre diez y 31 páginas para la segunda. Sin explicaciones, pero con mucha intriga, así se va desarrollando todo… hasta el final abierto de este volumen. La avidez de saber qué sucede cuando lleguen arriba quienes están ascendiendo por esa magnífica escalera de caracol que centra la última página lleva a pensar que Malkin y Kay están construyendo algo muy interesante. La confirmación tendrá que llegar en el segundo volumen.

Alterna Comics publicó originalmente Complex: Ways of Life en mayo de 2013. El volumen no tienen ningún contenido extra.