A Víctor Santos ya le conocíamos pero a Jesús Alonso Iglesias no. Así que cuando abrimos el primer tomo de Silhoutte (reseñado aquí) hace ya casi cuatro años la sorpresa fue importante. Ahí había un sensacional dibujante que hizo un espléndido trabajo. En ese volumen y, sobre todo, en su continuación, Silhouette. Arcángeles oscuros (aquí, su reseña). Aprovechando su presencia en la última edición de Expocómic en Madrid, charlamos con el ilustrador sobre su trabajo en esos dos volúmenes, sobre la tan comentada influencia de Mike Mignola en sus dibujos o sobre sus próximos trabajos, incluyendo el estado de la tercera parte de este cómic pulp que ya se anunciaba al final de la segunda.
Con el primer Silhouette te nominaron como autor revelación en el Salón del Cómic de Barcelona. No está mal como recibimiento…
Sí, yo me quedé impresionado. El primero tuvo varias nominaciones. De lo primero que yo me enteré fueron los Premios de la Crítica de Dolmen. Me acuerdo que estaba nominado con Paco Roca, con Munuera… Yo ni conocía esos premios, me quedé alucinado. Me lo tomé más como una casualidad. Lo de Barcelona me hizo más ilusión, estaba muy contento allí. Y para ser el primer trabajo, uno en blanco y negro, de pulp y de un tío que nadie conoce, es una forma de entrar impresionante. Yo encantado.
Igual es quitarte algo de mérito, pero el hecho de que esté en la portada el nombre de Víctor Santos imagino que ayuda bastante, ¿verdad?
Sí, claro, eso sí. Además, desde el principio me ofrecieron la posibilidad de trabajar con varios guiones de Víctor Santos. Yo a él ya le conocía y evidentemente me venía muy bien el tirón de Víctor Santos, que era alguien en el mundo del cómic español, un tío con cierto nombre y con una carrera prometedora. Yo aprovechaba el tirón, además de que me gustaba este tipo de historias, la que tenía escrita pero que en el fondo nos encajaba muy bien a las dos. Y sigo aprovechándome del nombre de Víctor Santos a raíz de los siguientes tebeos porque es una carta de presentación muy buena.
Me has hablado de Silhouette como pulp, pero tiene fantasía, tiene superhéroes… ¿Cómo encaraste esa mezcla?
Tal y como me llega la historia y cómo la elijo, me la planteo desde el principio ya desde el punto de vista de la influencia obvia que ha reconocido todo el mundo de Mignola y de Hellboy. Cuando contactan conmigo me hablan de que mi estilo recuerda a Mignola, y por otro lado la historia es muy negra. El planteamiento era usar mucho negro, con una temática que me interesaba mucho. Pero por otro lado lo encaré muy libre. En ningún momento me guiaron, ni Víctor me condicionó en ningún modo sobre cómo llevar la historia. Yo era la primera vez que hacía un tebeo serio y me lo planteé con todas las ganas del mundo, intentando buscar el mejor dibujo que en ese momento podía hacer, aprovechando toda las influencias y en el momento en el que estaba. Salía de dibujar otro tipo de historias completamente distintas y me apetecía una historia en blanco y negro, derrochando mucho negro, con mucha acción. No me planteo mucho cómo empezar una historia. Hay cosas que salen así porque en ese momento es cómo te apetece dibujar y desquitarte un poco de todas las otras historias extrañas que estás dibujando.
Ya has mencionado tú a Mignola, y no sé hasta qué punto es positivo que todos destaquemos esa influencia, porque puede parecer que quitamos algo de valor a tu trabajo, ¿no?
Sí, bueno, a mí no me importa, yo estoy encantado. Hay gente cercana a la que le sienta un poco mal que siempre se haga la referencia a Mignola. Pero sí está ahí, primero porque la temática sí es muy de ese estilo, muy de magia, oscurantismo, los nazis, y es obvia la referencia a Hellboy. En los negros también. Pero en ese momento también me tiraba bastante la influencia de Alex Toth, que poco antes había muerto. Yo siempre he sido más de Alex Toth, y a lo mejor lo que la gente reconoce como lo franco-belga en el estilo de Mignola, ese estilo medio caricaturesco, seguramente tiene más que ver con Alex Toth que con Mignola. Pero no me molesta, todo lo contrario, y siempre tiro de la influencia de Mignola por una razón muy sencilla: por la economía de medios, por la efectividad del dibujo y porque me parece un toque moderno al cómic que, por la línea en la que me muevo yo, me parece bastante insuperable. Yo, encantado de que me comparen con Mignola y ojalá pudiera tirar más por ahí. También me han comparado con la siguiente opción a Mignola, con Duncan Fegredo y toda esta pandilla de dibujantes así.
Víctor Santos normalmente dibuja sus propios guiones, Silhouette es una de las pocas excepciones. ¿Cómo te llegó el trabajo?
Pues me llegó, por lo que me he enterado después, de rebote. Son de esas cosas que siempre cuento, de esas cosas que dicen que nunca pasan, y es que el trabajo no va a venir a buscarte y que nadie va a llamar a tu puerta. Pero es que a mí siempre me han llamado a la puerta, con lo cual me considero un privilegiado en todo esto. Curiosamente, ese día me escribieron de Dolmen, me escribió Jorge Iván Árgiz, diciéndome que si quería dibujar un cómic y dándome opciones de cuál quería dibujar, lo cual ya es una locura. Y al mismo tiempo me llegó una oferta de una editorial francesa esa misma noche. Con lo cual, dejé de trabajar y me fui a la cama como si estuviera levitando. Me sorprendió, porque me habían descubierto a través del blog, que era algo que al principio no quería abrir pero me pareció una buena idea para ir compartiendo mi trabajo. Me enteré después que era una historia que ya había empezado hacía tiempo, que Víctor había escrito y que había empezado a dibujar otra persona, pero no funcionó o no llegó a seguirse. Cuando lo elegí, ya estaba medio guión escrito. Terminó de escribirlo para mí, con lo cual yo tenía bastante trabajo para adelantar, porque por lo menos las primeras veintitantas páginas ya estaban. Pero había que rediseñar el personaje, y en eso, como te digo, ni Víctor ni la editorial metieron mucha baza, a mí me dejaron libertad, probé varios, al final elegimos uno que parecía que encajaba más con el punto retro y pulp de todo esto. En el siguiente, Víctor y yo sí hablamos a la hora de escribir el guión y entre los dos compartimos, pero el primero me llegó hecho y de rebote. Fue casualidad, suerte y funcionó muy bien. Me pareció una entrada en este mundo como para que te apetezca seguir.
Por lo que me dices, Silhouette estaba pensada desde el principio en blanco y negro.
Sí, a mí cuando me llega la idea me lo comentan. Además por la dinámica de la editorial, que es pequeña y suele publicar en blanco y negro.
¿Qué diferencias hay para ti entre el primer Silhouette y el segundo, Arcángeles oscuros?
Primero, la motivación. Después del primero, de cómo funcionó, de cómo te enteras de cómo funciona esto y de la respuesta de la gente, te planteas esto como una opción más seria. El primero me costó muchísimo dibujarlo, porque esto no era un medio de vida y yo tenía que compatibilizarlo con mis trabajos normales y dedicarle a esto los fines de semana. Se alargó muchísimo, y esto tuvo la dificultad de mantener el estilo y la ilusión durante mucho tiempo. Una vez que vi cómo funcionaba esto y que me apetecía seguir, que tenía posibilidades, decidí dedicarle más tiempo. Y eso ya condicionaba bastante el trabajo. Primero le da una homogeneidad que en el primero me costó mantener. Lo segundo es que la historia la escribimos un poco a medias entre Víctor y yo, participé en el guión, le iba mandando historias y luego Víctor le echa sus polvos mágicos y consigue enlazarlo todo para darle coherencia. Me llegó el guión y según lo leí le tuve que escribir porque me parecía redondo, mucho mejor que el primero, mucho más difícil por la acción, pero me pareció una historia que me apetecía mucho más dibujar. Y luego encima había estado probando, una vez que descubrí la posibilidad de hacer tebeos empecé a estudiar más y a retomar el cómic, que lo tenía un poco más abandonado. Con lo cual, te apetece más volver a probar recursos. Había estado leyéndome todo lo que tenía por ahí, volví a repasarme a Frank Miller, que sé que Víctor tiene mucha tendencia a eso… Volviendo a tomarme el cómic más en serio. Creo que se nota más profesional el segundo que el primero, y el dibujo mucho más trabajado. Me apetecía matizar mucho más las expresiones, los fondos, y conseguir un trabajo más redondo. A mí me gusta más, aunque hay gente que sigue prefiriendo el primero, quizá por el punto ese más inocente y más de primera obra, pero yo como dibujante me siento más orgulloso del segundo que del primero.
Estoy de acuerdo contigo, el segundo lo veo más maduro. Y una de las razones creo que es la forma en la que juegas con la iluminación, y ahí tanto la escena onírica como las que hay en la nieve te dan muchísimo juego.
Sí, además es que yo tengo una pasión por todo lo que suponga dibujar nieve. Primero, porque me parece un reto curioso. Me descubrieron cómo representar la nieve los dibujantes clásicos norteamericanos. Parecía una tontería, porque la llevas viendo toda la vida, pero suponía un problema muy duro poner sombras a la nieve cuando estás trabajando en blanco y negro. Y luego el trabajo de sombras me apetecía matizar mucho más. Mignola estaba muy bien, es un buen principio, pero para determinadas cosas se me quedaba corto, primero porque no controlo el arte de Mignola como para simplificar tanto. Todo es más complejo, pero al mismo tiempo me da una atmósfera mucho más interesante el meterle ciertos rayados y salirme un poco de eso. Todo eso era motivación para este, y por eso creo que se nota que el segundo tiene más profesionalidad y una parte más evolucionada del primero.
Al final de ese segundo ya anunciáis el tercero, El ejército de las sombras. ¿Qué nos puedes contar? ¿En qué fase está?
Está parado y no sé ni para cuándo llegará. Por un lado me apetece mucho, porque a mí Silhouette me gusta mucho dibujarlo, me entretiene mucho y me libera mucho, porque es un dibujo muy dinámico. Pero a raíz de esto me han surgido proyectos para Francia, que me proporcionan una estabilidad económica que se agradece y por fin puedo decir que de la mañana a la noche me dedico a dibujar tebeos, que era una cosa inimaginable, y me hace levantarme con ganas. El problema es que Silhouette es un tebeo muy agradable de dibujar pero muy poco rentable económicamente. Hubo posibilidades de sacarlo con la colaboración de una editora francesa, pero al final no hubo acuerdo, las condiciones eran muy extrañas y se ha quedado parado. Yo espero que, si en algún momento consigo cierta estabilidad y puedo coordinarlo con otros proyectos, sí pueda sacarlo adelante, pero de momento va para largo. No hay fecha prevista. Sé que Víctor tiene el título y que si se pone, lo saca, pero no hay nada previsto. Y lo siento porque la gente lo está esperando y porque el segundo se acaba de una forma muy mala como para esperar el tercero, pero no está en puertas por lo que yo sé.
Y de esos proyectos que tienes a corto y medio plazo, ¿qué nos puedes adelantar?
Puedo adelantar el que estoy haciendo con una editorial francesa, Paquet. Se supone que tendría que estar terminado para antes de que acabase el año, aunque se va a alargar un poco más, por lo menos un par de meses más, es una especie de autobiografía del editor, que le apetecía contar una serie de anécdotas de cómo se fue haciendo editor, me parecía curioso. Surgió hace tiempo y se quedó parado a medias entre el primer Silhouette y el segundo, ahora lo ha retomado con más ganas y es lo que me está llevando mucho más tiempo. Es a color y en un estilo totalmente distinto, debe estar rondando cerca de las 200 páginas. Al mismo tiempo lo estoy coordinando con otro proyecto para Dibbuks, con un guión de El Torres que me ofrecieron, tiene una temática noir, de detectives, asesinatos y demás, transcurre en Barcelona y también es otro estilo completamente distinto y mucho más francés, también a color. Me está llevando mucho trabajo porque transcurre en la Bacrcelona de Gaudí, con toda su arquitectura. Me apetecía trabajar los fondos más al estilo francés, con mucho más detalle y con vistas a moverlo en aquella industria. Ese me gustaría tenerlo, una vez que termine el proyecto para Francia, para ver si pudiéramos sacarlo para Barcelona. Está la cosa difícil porque me lleva mucho trabajo, pero una vez que me libere de Francia y sólo me dedique a este es posible que vaya todo más deprisa. A lo largo de 2014, entre primeros de año y verano, espero que salgan por lo menos los dos trabajos que tengo ahora, y que a raíz de eso salgan algunos más. Pero creo que van a funcionar bien, porque no tienen nada que ver con lo de Silhoutte. A ver qué tal van.