‘Silhouette’, de Víctor Santos y Jesús Alonso Iglesias

Editorial: Dolmen.

Guión: Víctor Santos.

Dibujo: Jesús Alonso Iglesias.

Páginas: 64.

Precio: 10,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2010.

El pulp nunca pasa de moda y Silhouette es una clara muestra de ello. Víctor Santos y Jesús Alonso Iglesias crearon una aventura fantástica ambientada en el París ocupado por los nazis de los años 40 con un nuevo protagonista, un héroe oculto tras una máscara y que forma parte de la resistencia a la ocupación. Un guión sólido de un autor joven pero ya veterano y un dibujo sorprendente y audaz en blanco y negro de un ilustrador debutante en el mundo del cómic son las bazas de esta novela gráfica que tardó en ver la luz mucho más de lo que seguramente le hubiera gustado a sus creadores, ya que circulan bocetos por sus blogs desde el año 2006. Y quizá, teniendo en cuenta la importancia del tiempo, lo que menos gusta de Silhouette es precisamente lo rápido que se lee, dejando con ganas de más. Es lo que se le puede pedir a cualquier relato de aventuras, y Santos e Iglesias consiguen esa sensación porque el tebeo funciona a casi todos los niveles, como reimaginación histórica, como relato pulp y también, a su manera, como una historia de superhéroes diferente.

Es fácil destacar las virtudes de Silhouette, porque proceden de los dos pilares que la sustentan. El guión de Santos es muy entretenido, con mucho ritmo y con una buena base en sus personajes, y se mueve con habilidad en la curiosa mezcla entre superhéroes, nazismo, pulp e incluso zombis. Para unirlo todo y dar coherencia a la historia, Santos usa objetos con el poder de convocar a los muertos que un general nazi busca para formar el ejército invencible. La historia entronca así con las inquietudes místicas y esotéricas que muchos autores le han querido dar al nazismo y que se han explotado en numerosas ocasiones en cine, televisión, literatura y cómic. Y huye del maniqueísmo de considerar a todos los nazis como personajes siniestros y malvados, creando un universo de grises muy adecuado. Uno de los grandes aciertos de Santos es crear un buen personaje, un vengador enmascarado y sin poderes (coge de héroes como Batman su presencia y de otros como el Capitán América su contexto), darle un origen que le hace crecer dramáticamente y saber además rodearlo de un magnífico grupo de secundarios, aún asumiendo que, seguramente por falta de espacio, la historia en menos ambiciosa de lo que podría haber sido.

Sin menospreciar los aciertos del guión de Santos, si por algo se convierte Silhouette en una obra única y fresca es por el dibujo de Jesús Alonso Iglesias, un autor procedente de la animación, lo que le da un sentido narrativo diferente a este relato. Él mismo reconoce la influencia de Mike Mignola en su dibujo para esta obra (Hellboy es también un claro referente temático para Santos), pero quizá es sólo una de muchas.El dibujante no sólo pone en sus viñetas un acertado sentido del ritmo, sino que sus transiciones entre escenas son casi cinematográficas, incluso a la hora de enlazar el presente con el flashback en el que se explica parte del origen del personaje protagonista. Y el blanco y negro, aún siendo una elección casi lógica por el género, funciona bastante bien. Silhouette es una muy entretenida aventura clásica, que bebe de las viejas historias de los pulps de los años 30 y 40, con un tono desenfadado por un lado y siniestro por otro, gracias al blanco y negro de sus ilustraciones y a la trama mística que desarrolla. Y lo mejor de todo es que quedó la puerta abierta a futuras continuaciones, lo que hace de Silhouette, ya desde su primera historia,  una interesante y muy entretenida franquicia.

El libro contiene un prólogo escrito por Juan Ramón Biedma, parte de un relato escrito por Santos que se acompaña con dibujos suyos, sendas entrevistas con los dos autores y algunos bocetos y diseños de personajes.