Guión: Arthur de Pins.
Dibujo: Arthur de Pins.
Páginas: 120.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: junio 2012.
La apasionante propuesta del primer volumen de La marcha del cangrejo encuentra una perfecta continuación en el segundo, El imperio de los cangrejos. Lo que en sus primeras páginas parecía ser la historia de un pequeño cangrejo se ha ido transformando en el relato de una rebelión social y del miedo de las masas al cambio, y eso se ve ya con absoluta claridad en esta entrega. Hay que ser osado para no ser Disney y plantear una trilogía de álbumes con el protagonismo de un puñado de cangrejos, pero mucho más para hacerlo de la forma en la que lo hace Arthur de Pins. El humor es esencial en la historia del autor francés, pero va mucho más lejos, mezclando la apasionante epopeya personal de uno de los cangrejos con su lucha contra la dictadura que sufre su especie a manos de otros cangrejos y crustáceos más grandes y poderosos. Y eso desemboca nada menos que en una guerra. ¿Es o no es valiente Arthur de Pins? El planteamiento ya indica esa osadía, pero la lectura de esta segunda entrega lo que confirma es que estamos ante una historia fascinante y de enorme categoría.
El final de El estado de los cangrejos (aquí, su reseña) colocaba a Arthur de Pins en una situación más compleja de lo que parece. No sólo era un cliffhanger de manual, sino también el cambio radical que terminaba de demostrar la genialidad del planteamiento. La pregunta es, ¿cómo iba a continuar la historia desde ese punto en el que uno de los cangrejos protagonistas rompe con las leyes naturales y consigue cambiar de dirección? Ahí está la maestría de De Pins, que encuentra un escenario mucho más ambicioso que el ya de por sí valiente del primer número y lo desarrolla a la perfección, creando un enfrentamiento social entre los cangrejos que quieren evolucionar y los que lo consideran poco menos que un sacrilegio. Pero lo verdaderamente brillante no está ahí, sino en el formidable encaje que encuentra el enfrentamiento fraternal en otros mundos. En el entorno natural del mar, por ejemplo, pero también en cómo éste afecta a la actividad humana. Y todo ello sin dejar de lado el espectacular viaje iniciático que emprende Sol, hasta encontrase a sí mismo y descubrir la leyenda que hay detrás de la creencia de que es la naturaleza lo que impide a los cangrejos cuadrados cambiar de dirección.
De Pins, además, mejora la historia visualmente. En el primero acertó a definir un mundo sumamente interesante, pero en este segundo se atreve a experimentar aún más, con la espectacularidad que hay en algunas de sus secuencias, empezando por la primera y acabando por el glorioso clímax bélico y catastrófico que orquesta el autor, pasando por la travesía en solitario de Sol por el fondo del mar. No es noticia que De Pins consiga con herramientas informáticas una expresividad impresionante en sus personajes, y quizá sea incluso injusto vincular siempre sus méritos a este extremo, pero como en sus demás trabajos sigue siendo un trabajo a destacar que consiga un resultado como éste sin manejar un lápiz. Siendo el primer álbum de la serie francamente bueno a nivel gráfico, este segundo mejora los resultados de aquel. Con eso y la absoluta madurez que alcanza la historia, La marcha del cangrejo deja de ser una divertida y agradable sorpresa con posibilidades, que es lo mínimo que se podía pensar de esta saga con El estado de los cangrejos, para ser ya una obra madura y con muchas más lecturas de lo que un primer vistazo podría llevar a pensar. Y todavía queda el desenlace.
Soleil editó originalmente La Marche du Crabe. L’Empire des Crabes en diciembre de 2012. Forma parte también del integral de la serie, a la venta desde noviembre de 2013. La edición española no tiene contenido extra más que la repetición del árbol genealógico del cangrejo que ya aparecía en el primer libro.