‘Lobezno inmortal’, de James Mangold

Título original: The Wolverine.

Director: James Mangold.

Reparto: Hugh Jackman, Tao Okamoto, Rila Fukushima, Hiroyuki Sanada, Svetlana Khodchenkova, Will Yun Lee, Famke Janssen.

Guión: Mark Bomback y Scott Frank.

Música: Marco Belltrami.

Duración: 126 minutos.

Distribuidora: 20th Century Fox.

Estreno: 24 de julio de 2013 (España), 26 de julio de 2013 (Estados Unidos).

El carisma de Hugh Jackman siempre será suficiente para construir en torno a su figura una película de Lobezno. Sin embargo, eso no fue suficiente para salvar X-Men orígenes. Lobezno, una fallida aproximación al personaje que no cumplió con las expectativas y que, de hecho, se llevó por delante las aspiraciones de Fox de crear toda una franquicia con la marca X-Men orígenes. Pero curiosamente la historia que iba a ser la película de Magneto en esa serie se acabó transformando en X-Men. Primera generación y los mutantes volvieron con tanta fuerza que una nueva película de Lobezno se puso en marcha. Es difícil adivinar cuál habría sido la interpretación del personaje que habría hecho un director tan peculiar como Darren Arnofsky, que abandonó el proyecto a mitad de camino, pero lo que sí está claro es que James Mangold ha sabido mostrar la esencia más básica. Lobezno inmortal no es, probablemente, la película definitiva sobre el mutante de garras de adamantium, pero al basarse en la historia que hicieron Chris Claremont y Frank Miller a comienzos de los años 80 sí acaba siendo una más que aceptable aventura en la que funciona el personaje y en la que se agradece la recuperación del entorno japonés que tan bien le sienta.

Esta vez sí hay una notable conjunción entre Jackman y el guión que permite disfrutar de la película. Tiene algunas lagunas en su ritmo y sobre todo decae en la parte más superheroica del filme, su clímax, porque es ahí donde se acerca a los terrenos más convencionales, donde se nota la escasa importancia que tienen en realidad algunos personajes (sobre todo Viper, interpretada por Svetlana Khodchenkova) y la escasa sorpresa que en realidad escondía la trama. Permite ver a un espectacular Samurai de Plata, pero más grande no quiere decir necesariamente mejor y eso es algo que el cine de acción y efectos especiales de Hollywood aún no ha terminado de entender. Con todo, es un clímax correcto, pero desde luego no es lo mejor del filme. Puestos a buscar escenas de acción mucho mejor construidas, Lobezno inmortal ofrece dos: la pelea en el tren bala japonés y la que precede al encuentro con los ninjas. Ambas son secuencias modélicas. Pero la película destaca mucho más por la composición psicológica del personaje central que por la acción y eso es, en primer lugar, porque realiza una espléndida conexión con la quizá exageradamente denostada tercera entrega de la trilogía original, X-Men. La decisión final.

Logan es un animal, desde luego, y eso se ve con claridad en las primeras secuencias, en las que Logan ha decidido alejarse del mundo tras el fatídico final de aquel tercer filme, dirigido por Brett Rattner  (sustituyendo a Bryan Singer en el último momento porque éste dejó el proyecto para encargarse de Superman returns). Pero es sobre todo un hombre. Y uno además marcado por el amor. Se ve con los cameos de Famke Janssen dando vida a Jean Grey, pero también con la sensible interpretación de Mariko que hace Tao Okamoto. Incluso, aunque sea otro tipo de relación, con la presencia de Yukio (Rila Fukushima), que amplía el espectro mutante de la película con bastante más sencillez que el descontrol de la anterior película del personaje. A pesar de que el conjunto genera menos impacto en el espectador que la escena postcréditos, Lobezno inmortal es una película más que aceptable en la escala en la que quiere moverse, lejos de los grandes superespectáculos como Los Vengadores o El Hombre de Acero, títulos con los que es absurda la comparación por mucho que todos ellos provengan del mundo del cómic. Ese es el mayor acierto de Mangold, desarrollar de forma correcta una historia mucho más intimista ofreciendo las suficientes dosis de fantasía y acción, y con Hugh Jackman probablemente en su mejor interpretación de una ya notable carrera como Lobezno, siendo ésta la sexta película en la que aparece dando vida al personaje.

Con la puesta a la venta de la película en DVD y Blu-Ray se ha podido ver además la edición extendida de la película. Y, sí, mejora el montaje que se estrenó en salas, entre otras cosas por el mismo motivo por el que Lobezno inmortal es mejor que X-Men orígenes: Lobezno, un mejor uso de la violencia que se espera del personaje. Es imposible hacer una película de un personaje con una pronunciada naturaleza animal y garras de un metal irrompible sin que se vea sangre. Obviamente, los estudios rechazan esta vía para evitar las calificaciones por edad más duras, que son las que hacen perder taquilla. Pero Lobezno lo necesita, y lo tiene en la edición extendida, que suma doce minutos más de metraje. En muchos aspectos, hay que tener un enorme conocimiento sobre el montaje previo para notar los añadidos, pero donde sí se destaca es en la batalla que Logan mantiene con los ninjas, poco antes del clímax final, que en esta segunda versión es mucho más violenta y está mucho mejor orquestada. Esa escena, de hecho, era una de las mayores decepciones de la película, por simple y escasa. Y no está integrada en este montaje, pero hay otra escena añadida, el final alternativo que figura como contenido extra y que es tan imprescindible para el fan como el mencionado e impagable epílogo postcréditos que conecta con la próxima película de la franquicia, X-Men. Días del futuro pasado.