Guión: Roy Thomas.
Dibujo: Michael Lark.
Páginas: 72.
Precio: 6,95 euros.
Presentación: Rustica.
Publicación: Noviembre 2013.
El de 1938 fue un año clave para la ciencia ficción. Fue el año en el que nació Superman, creando entonces sin saberlo el género por antonomasia del cómic norteamericano, el de los superhéroes. Y también fue el año en el que la versión radiofónica que Orson Welles hizo de La guerra de los mundos, la novela de H. G. Wells, consiguió aterrorizar con su verosimilitud a la mitad de la población estadounidense, que creyó realmente estar viviendo una invasión extraterrestre. Por eso, 1938 tenía que ser el año en el que se desarrollara Superman. La guerra de los mundos, la historia escrita por Roy Thomas y dibujada por Michael Lark para el sello Elseworlds que ahora ECC recupera para el mercado español. Y al comprobar el gran nivel de la historia y el elevado número de referencias históricas y culturales, algo que Thomas maneja con maestría, lo sorprendente es que este one-shot haya permanecido inédito durante tanto tiempo y que hasta ahora ninguna editorial de las que ha disfrutado de los derechos de publicación de DC le diera antes una oportunidad. Dos notables autores, ciencia ficción clásica y el primer superhéroe. ¿Qué puede fallar?
El guión de Roy Thomas es muy hábil porque conjuga lo mejor de los dos universos que mezcla, que no deja de ser el objetivo de Elseworlds para captar tanto a los aficionados al héroe protagonista como a aquellos interesados en el género, época o referencia cultural que toca. Coge buena parte del argumento y sobre todo del tono de La guerra de los mundos, su comienzo con una narración pausada y en cartuchos de texto, los trípodes e incluso la resolución que imaginó H. G. Wells, aunque adaptada a las necesidades de su relato. Y de Superman está prácticamente todo. Bien es cierto que ahí pocos Elseworlds suelen fallar, pero no todos sirven el homenaje de la inteligente forma en que lo hacen Thomas con su guión y también Larkin con el dibujo, ya desde la ilustración de cubierta que recuerda a la del mítico primero número de Superman (en el interior, una viñeta hace lo propio con la portada del primer Action Comics). Quizá es la traslación de Lois Lane la que finalmente sabe a poco, después de un arranque en el que sí luce en todo su esplendor. Pero rápidamente Superman y Lex Luthor se apoderan de la parte superheroica de la historia y la convierten en lo que debe de ser, un nuevo duelo definitivo entre el héroe y el villano, que acaba de una forma sorprendente.
Larkin tiene un estilo que encaja perfectamente en la historia. El corte clásico de su trazo, que queda realzado al recuperar el traje de Superman que dibujó en sus primeras historias Joe Shuster, casi da la impresión de haber sacado sus personajes de los míticos dibujos animados de Superman de los Estudios Fleischer, parte indispensable de la historia del personaje. Y aunque durante muchas páginas da la impresión de que domina más y mejor la acción que la pausa, con grandes viñetas y splash pages más que notables, el brillante y casi poético final le redime de todos los pocos puntos débiles que pueda tener su trabajo en ese sentido. Lo que Thomas y Larkin consiguen es que la imaginativa invención de Wells luzca magníficamente en una historia de superhéroes, que sus trípodes procedentes de Marte encajen a la perfección en el mundo de Superman, en la Metrópolis de los años 30, y hasta en un contexto histórico sugerido con una voluntad rompedora apenas sugerida en una página pero bastante inusual incluso para una historia alternativa como ésta, que se revela como un magnífico entretenimiento plagado de guiños y referencias.
DC Comics publicó Superman: War of the Worlds en 1999, como parte de la línea Elsewworlds que se inauguró oficialmente en 1991 con Batman: Holy Terror. Cuando se editó, el Hombre de Acero ya había protagonizado casi una decena de títulos de este sello, después de que abriera el camino en 1993 Superman: Speeding Bullets, en la que Kal-El, en lugar de caer en Kansas lo hacía en Gotham, era criado por los Wayne y acababa adoptando la personalidad de un Batman con superpoderes. La edición española de ECC cuenta como contenido extra con una introducción de Alberto Morán Roa, en la que habla de la influencia de la ciencia ficción en el cómic de superhéroes.