Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Brian Wood.
Dibujo: Becky Cloonan y James Harren.
Páginas: 152.
Precio: 16,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2012.
El Conan de Dark Horse abría una nueva etapa con la serie Conan el bárbaro, la cuarta de la andadura del personaje en la editorial. Brian Wood pasa a ocuparse de los guiones, con Becky Cloonan y James Harren a los lápices, adaptando y expandiendo La Reina de la Costa Negra, la historia en la que el cimmerio se une a Bêlit, su gran amor. Dinámica y entretenida, quizá el mayor enemigo de esta historia esté en la comparación con versiones precedentes del personaje en esta misma editorial y con la clásica visión de esta parte de la vida de Conan narrada por Roy Thomas y John Buscema. Esta nueva serie se acerca a uno de los pasajes de la vida de Conan más celebrados por los aficionados porque supone su reunión con la que es para muchos la mujer definitiva de las aventuras del bárbaro. Wood extenderá su relato a lo largo de dos años, 25 números, un periodo sensiblemente inferior a los tres años y medio que Thomas y Buscema dedicaron a narrar este viaje de Conan en su primera encarnación en el cómic (reeditado por Planeta DeAgostini en 2011 en el volumen Conan y Bêlit). No es fácil afrontar el relato de una historia ya contada por dos monstruos como Thomas y Buscema, que hicieron una obra mítica y adorada por los aficionados, y por eso es importante decir que este arranque es tan entretenido como interesante. Wood, con el dibujo de Becky Cloonan en los tres primeros números de este libro y de James Harren en los tres últimos, apuesta por alejarse de la versión más rocosa del cimmerio.
Este Conan duda y tiembla. No es un hombre de una pieza y con una coraza personal impenetrable, y no solo por la debilidad que siente por Bëlit. Si Thomas y Buscema optaron en su versión de la historia por una Bëlit carnal y por una relación con Conan que desprendía sexualidad, Wood y sus dibujantes optan por un acercamiento casi sobrenatural. Bêlit es una atractiva mujer de carne y hueso, pero su piel lechosa, blanquecina , sus ojos rojos y su forma de comportarse acercan su figura más a lo mitológico que a lo físico. Sobre todo vista por Cloonan, es más una medusa o una sirena que una heroína en la que apoyarse o una diosa de la belleza a la que admirar, y a esa sensación contribuye una introducción al personaje más onírica que real. Wood ofrece una narración omnisciente y de acusada presencia, ganando terreno a la capacidad del dibujo para establecer escenarios. Son muchos los textos explicativos, quizá demasiados, aun con el esfuerzo que hace el guionista en no estorbar con ellos la fluidez de los diálogos, que es donde radican los grandes aciertos de su puesta en escena. Pone mucho énfasis en resaltar las debilidades de Conan, sus dudas y sus reflexiones, en contraposición con sus habilidades físicas y de combate, que quedan explicitadas con el dibujo. A pesar del enorme protagonismo que se le supone a Bêlit, para Wood no es de momento más que el motor de las sensaciones de Conan. Ella importa en cuanto condiciona el comportamiento del cimmerio, e incluso desaparece de la narración durante largos espacios de tiempo.
Las diferencias entre este Conan y el modelo establecido primero por Kurt Busiek y Cary Nord y después por Timothy Truman y Tomás Giorello no solo están en los guiones de Wood, sino también en el dibujo. Becky Cloonan apuesta por unas figuras más estilizadas (pocas veces se ha visto a un Conan menos corpulento) y a veces incluso cercanas al dibujo animado. Al mismo tiempo es una gran narradora de acción. La cohesión con su sucesor a los lápices, James Harren, la mantiene el interesante trabajo de coloreado de Dave Stewart. A Harren le queda la tarea más compleja de estos seis primeros números, lidiar con el salvajismo que desata Conan en el tramo final de este primer arco argumental. Es indudable que es Conan es un bárbaro y por eso la violencia es inherente a la narración de su vida, pero sorprende la escalada que se produce en los dos últimos números en la representación de muertes descarnadas y atroces. Harren destaca además por las grandes panorámicas que ofrece, a una y dos páginas. Este arranque de Conan el bárbaro deja sensaciones firmes. No es la mítica narración del Conan y Bêlit de Roy Thomas y John Buscema, sino que quiere explorar caminos diferentes. No es tampoco el Conan al que Dark Horse nos había acostumbrado. Y es, a cambio, un Conan reflexivo en la narración, y muy salvaje en cuanto a la descripción de las escenas de lucha. Sus seis primeros números, este primer volumen en español, dejan algunas dudas, pero sin duda quedan inalteradas las ganas de seguir leyendo este relato, y eso es digno de valorar como se merece.
El volumen comprende los seis primeros números de Conan The Barbarian, publicados entre febrero y julio de 2012. Esta es la cuarta serie regular que Dark Horse saca a la venta con las aventuras del cimmerio creado por Robert E. Howard. El volumen incluye las portadas originales y alternativas de esos seis primeros números, dibujadas por Massimo Carnevale y Leandro Fernández, además de una introducción del guionista del cómic, Brian Wood.