Guión: Aliena Shoemaker.
Dibujo: Chloe Chan.
Páginas: 160.
Precio: 6,95 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Octubre 2013.
Si el primer volumen de Two Keys apostaba por el noir y su mezcla con una fantasía introducida poco a poco, este segundo cambia levemente el tercio y coloca el foco en la acción, en esa fantasía de forma ya establecida y asumida, y en el misterio, elevando notablemente el ritmo y reduciendo la cantidad de diálogos en algunos pasajes. Esta parte de la historia es mucho más visual que la primera, aún manteniendo las mismas constantes que garantizaban el entretenimiento en el arranque de la historia. Esto es, diálogos vivos y la hábil mezcla de un mundo de fantasía en el que conviven aunque separados los humanos y los ocultos, nombre que reciben los seres sobrenaturales, años después de que se produjera una gran guerra. Y en ese escenario, la intriga sigue siendo la mejor baza de Two Keys, aunque tampoco se puede negar que visualmente el nivel de experimentación es mayor que en la primera entrega. Quizá es esta la forma en la que Chloe Chan insufla un aire algo diferente al guión de Aliena Shoemaker para ampliar el espectro de una serie que sigue manteniendo en esta continuación los puntos de interés de su inicio.
Aún arrancando en el mismo punto donde quedó la narración, hay un claro contraste entre el arranque de la historia en el primer volumen, pausado y conversado, y el de este segundo libro, repleto de acción e incluso con un primer capítulo en el que enlaza once páginas sin más diálogos que una frase de dos palabras para descarga la enorme tensión de la escena. Esta secuencia, con una sensación de caos que parece bastante buscada, es toda una declaración de intenciones. Two Keys se inició suscitando con facilidad la atención del lector por la aureola de misterio que rodeaba la historia. Eso sigue más que presente y es, de hecho, el motor de este segundo volumen, pero Chan y Shoemaker agitan un tanto el envoltorio. La razón probablemente haya que buscarla en que los episodios que contiene este libro están más centrados en el mundo de los ocultos que la mayoría de los anteriores. Y si la fantasía aumenta, el ritmo también. Esa parece la máxima. Funciona, no cabe duda, porque el ritmo de lectura es más intenso, puede que incluso en los capítulos en los que recupera el discurso como elemento central. Y es precisamente ahí donde avanza la historia de Colin, Audrey, Lucas y la Agencia de Inteligencia en Fuerzas Anómalas (AIFA).
La sensación de que la ilustración es más firme según avanzan los capítulos es una muy extendida en el mundo del webcómic, que es el origen de este título. Two Keys no es ninguna excepción, y la labor de Chan da la impresión de ir creciendo poco a poco. La claridad de las coreografías sigue siendo un pequeño lunar en su narrativa, pero sí parece que en esta ocasión es más producto de las intenciones originales de la ilustradora. De esta forma, las escenas de acción que abren y cierran el volumen son más trepidantes que confusas, aunque tienen algo de las dos cualidades. Chan sí que convence sin ningún género de duda con las expresiones faciales. Aunque con un trazo sencillo y claro, incluso buscando la caricatura en algunas ocasiones, siempre se puede leer a los personajes mirando sus ojos y su boca. Two Keys se convierte con estos elementos un buen relato que combina fantasía, noir, misterio y acción, que ha venido construyendo con acierto una trama de intriga dentro de un mundo de ficción que, sin la necesidad de dar tantas explicaciones como en los primeros capítulos, va creciendo en este segundo segmento de la historia.
Two Keys, como se ha dicho, nació en Internet como webcómic. Este segundo número de la edición de Milky Ways incluye los capítulos octavo a decimosexto, que vieron la luz por primera vez en la Red entre enero y octubre de 2011. Como ya sucedía en el primer número, el contenido extra de este volumen lo forman dos breves interludios relacionados levemente con la historia central pero que ayudan a comprender a los personajes y el mundo en el que se mueven.