Guión: Paul Jenkins y Zeb Wells.
Dibujo: Mark Buckingham, Staz Johnson y Jim Mahfood.
Páginas: 328.
Precio: 16,50 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Julio 2013.
Paul Jenkins y Mark Buckingham supieron darle a Spiderman exactamente lo que necesitaba hace algo más de una década, a comienzos de siglo y después de unos años de gran confusión. Eso quedó claro en el primer volumen que se publicó en España recopilando su etapa y se confirma en este segundo, A lo mejor el año que viene. Y eso que no todas sus historias están al mismo nivel que las que realmente dejan un sabor de boca espléndido, pero el conjunto sigue siendo de lo más apreciable porque Jenkins y Buckingham aunaron la comprensión del personaje y la de lo que necesitaba el lector en aquel momento. Con relatos mejores y peores, pero la esencia de Spiderman está muy presente en todas estas historias. Su humor, su acción, su personalidad. Y eso es justo lo que suelen preferir los lectores. Los malos precedentes quizá hicieron que esta etapa quedara algo difuminad en el tiempo, pero sigue siendo reivindicable, fresca y humana. Incluso con personajes no del todo acertados como Fusión (algo que los mismos autores parecen reconocer con su desenlace), es una lectura formidable para los aficionados de Spiderman.
Uno de los grandes valores de Jenkins es que supo recuperar los valores más clásicos. Y eso implica utilizar a los villanos más reconocibles, de ahí que aparezca el Buitre, se cierre la historia abierta del Hombre de Arena (aunque ya sin él al guión) o el Doctor Octopus juegue un papel muy importante, no sólo por su presencia sino por su supremacía sobre Fusión en su segunda aparición en el libro. Pero sobre todo esa nostalgia por aquello que siempre funcionó en Spiderman se manifiesta en la presencia de la Tía May y, sobre todo, del Tío Ben. En el cuarto episodio que contiene este volumen, Jenkins se acerca al aniversario de su muerte para ofrecer una hermosísima historia en la que Peter recuerda cómo su tío le llevaba todos los años a ver un partido de béisbol de los Mets. Esa es, de hecho, la historia que da título al libro. Si tu ojo te ofende…, sobre un singular mutante, Los héroes no lloran, con un niño que idolatra a Spiderman, y Gran caso, sobre un investigador privado decidido a desvelar la verdadera identidad del Trepamuros después de años estudiándole, son tres relatos cortos, de un único número, que evidencian que Jenkins domina todos los registros en torno a Spiderman desde los más cómicos a los más hermosos.
Y, de forma paralela, Buckingham fue creciendo número a número. Al comienzo de la etapa no era del todo fácil reconocer al ilustrador que hizo auténtica magia en las Fábulas de Bill Willingham, incluso aunque apuntara maneras en muchos de sus números, pero en esta segunda mitad de su labor con Spiderman se le ve mucho más asentado y espectacular, con un gran sentido de la narración y un movimiento apreciable en sus personajes. Domina la comedia, incluso siendo Make Mime Marvel! (la editorial pidió en febrero de 2002 historias mudas para sus series) el número más abiertamente cómico y al mismo tiempo la parte más floja de este libro a todos los niveles, y también la acción. Sus combates con Fusión, que son la base de este segundo libro, son espectaculares y reflejan la espectacularidad que propone Jenkins, que también juega con acierto con la sorpresa y el cliffhanger. Estos arcos argumentales, los más extensos, son menos trascendentales para la positiva valoración de estos dos años de ambos autores al frente de las aventuras de Spiderman, cuyo verdadero valor se encuentra en las historias autoconclusivas. Y que el volumen concluya con una extranísima historia en dos partes realizada por Zeb Wells y Jim Mahfood no hace sino aumentar el placer de volver unas páginas atrás y deleitarse con el sabor clásico de Jenkins y Buckingham.
El volumen es continuación de Spiderman. Los días de nuestra vida (aquí, su reseña) y cierra la etapa de Jenkins y Buckingham al frente de Peter Parker: Spider-Man con la inclusión de los números 30 a 43 de su segundo volumen, publicados por Marvel Comics entre junio de 2001 y el mismo mes de 2002. Como contenidos extra del libro están un artículo introductorio escrito por Bruno Orive y las cubiertas originales, todas ellas realizadas por Humberto Ramos, salvo las de los dos últimos números, obra de Kyle Baker. La del número 30 es la que utiliza Panini para la edición española.