CÓMIC PARA TODOS

Una gran noche en ‘Havana 7. Historias que cuentan’ con los viñetistas de prensa

Havana09Los viñetistas de prensa protagonizaron el cuarto encuentro Havana 7. Historias que cuentan, una serie de eventos centrados en el mundo del periodismo y patrocinados por Havana Club. Dario Adanti presentó el acto, al que, con una nota de humor pero con mucha verdad detrás de sus palabras, lo enmarco en «plena época en que se están cayendo la prensa, los periódicos cierran, echan a miles de periodistas» y recordó que los humoristas gráficos son «los hombres que día a día nos hacen reír». Fue una noche memorable, casi dos horas y media llenas de anécdotas y risas, con José María Gallego y Julio Rey, Ángel Idígoras, José Manuel Puebla y Jesús Zulet, cinco genios del humor que analizan la actualidad en cada ejemplar de los periódicos en los que colaboran y retratan mejor que nadie la sociedad en la que vivimos. Son parte de la historia periodística de España. Y de la del cómic. Y, por qué no decirlo, de la vida.

Gallego y Rey recordaron que comenzaron a trabajar juntos porque «a Pedro J. no se le puede decir que no», y eso que Rey se dedicaba en sus inicios a dibujar goles («el problema vino cuando me pidió que dibujara los del 12-1 a Malta»). Idígoras, que explicó que en sus inicios hizo un festival de magia para recaudar fondos para Payasos sin fronteras, encontró la mordaz respuesta de Rey: «Estoy pensando que payaso y magia… Te ha contratado Rajoy para el Ministerio de Hacienda» (Puebla llegó a imitar más tarde la voz de Cristóbal Montoro afirmando que «hay humoristas gráficos que no pagan impuestos»). «Yo hice psicología y estuve trabajando intensamente como psicólogo durante dos horas. A las dos horas pensé que yo era dibujante, y llevé dibujos al diario Sur de Málaga y me los aceptaron», añadió Idígoras. Puebla recordó  que su primer dibujo fue en un examen de matemáticas en segundo de Bachillerato, en el que plasmó en una viñeta el problema que le habían planteado en el examen, el de un pescador y la parábola con la que lanzaba su caña. «Me daba mucha cosa entregarlo enseguida. Yo creo que no era para el cero que me puso», dijo entre carcajadas.

Y Zulet elaboró algo más la historia de sus inicios: «Todos los navarros bebemos pacharán. Después de beber pacharán a unos les da por correr delante de los otros y a otros por pintar pancartas. A mí me dio por lo segundo. Lo que no entiendo de ese espectáculo es que tú te emborrachas, te pones a correr delante de una bestia y llamas a un santo para que venga a socorrerte. ¡Y piensan que baja! Yo dibujé a un santo fumándose a un porro diciendo ‘paso de vosotros’. Al día siguiente me dedicaron el sermón en casi todas las iglesias». Este mismo viñetista recordó que se ha enfrentado a una petición de la Fiscalía de doce años de cárcel por un delito de injurias al Rey («al Rey doble, y al presidente del Gobierno, y al vicepresidente…») por una portada de la revista Cocodrilo. «El fiscal le decía que me rebajaba un grado la pena y los doce años se quedaban en doce meses. Y yo digo, bueno, pues que baje dos», añadió.

La Casa Real fue ampliamente protagonista de las anécdotas relatadas, sobre todo por parte de Gallego y Rey. «Cuando hacías una viñeta con el Rey, la Casa Real te pedía los originales. Un regalo de la Reina al Rey por su cumpleaños fueron dibujos de todos nosotros. Desde lo del elefante han dejado de pedirlos», aseveró Rey. Gallego recordó dos momentos. Uno, en la recepción de las artes en el Palacio Real, con el Rey departiendo en todos los corrillos. «No me había dado cuenta de que había llegado a nuestra altura, me doy la vuelta, y llamo a Julio y le digo «¡oye, Rey!». Y, claro el Rey se volvió pensando quién es el gilipollas… Qué momento, qué apuro…», dijo. Y el segundo, una comida con los Príncipes de Asturias, «surrealista por el menú que nos puso Letizia» según Rey. «¿Ah, come?», preguntó Adanti provocando la risa del auditorio. «La verdad es que pasamos hambre», dijo Gallego. «Trajeron un plato hondo, en el que había dos verduritas minúsculas y dos trocitos de bacalao microscópicos. Ahí, un camarero, con una sopera, vertió agua. ¿Que tenía manchas de aceite? Sí, tenía. ¿Pero que eso sabía a agua? También. Sopa fría de no sé qué… Agua. Yo me quedé acojonado. El segundo era carne, pero debía ser solomillo de una cosa muy pequeña. Y punto pelota», explicó.

Gallego recordó los dos casos más memorables de querellas que han tenido en sus carreras. El primero, con Ramoncín. «No se puede decir Ramoncín sin permiso», apuntó Puebla, consiguiendo la simpática rectificación de Gallego. «Bueno, el cantante antes llamado Ramoncín aparecía en una viñeta nuestra. Puño del PSOE. Encima dos hojitas, la carita de Ramón con una camiseta. Por si no se había entendido que era el capullo de la rosa, nosotros le pusimos en la camiseta ‘capullo’, para los lectores más lerdos», explicó Gallego. Y el segundo caso fue con Ruiz Mateos. Según recordó el humorista, el abogado de Cambio 16, donde apareció la viñeta objeto de la querella, les avisó de que el juez que llevaba su caso era muy aficionado del Barça y les recomendó que le llevaran de regalo una caricatura de Maradona. «¡Por favor, qué maravilla, muchas gracias!», les dijo el juez, mientras el abogado de Ruiz Mateos se quejaba: «¡veo esto totalmente improcedente!». Adanti, orgulloso de su profesión, recalcó: «lo que se puede hacer con un dibujo», pero Gallego fue quien dio en el clavo: «»Si eso se puede hacer con un dibujo, ¡imagínate con mil euros!».

Idígoras afirmó que «es una mancha que tengo en el currículum, que nadie me ha puesto una querella. Amenazas y eso sí tengo alguna cosa». Puebla recordó a un político local que se había ofendido por una viñeta que publicó en La Región de Murcia.  «En el fondo aparecía un coche de estos que van con el megáfono diciendo ‘10.000 empleos, ni uno más ni uno menos’. Él en sus carteles hablaba de 10.000. Y me dijo: ‘usted tiene que estar mejor informado, porque entonces se habría enterado que no eran 10.000, eran 11.500’. Le supera totalmente la realidad a esta gente». Y destacó con cierto orgullo su «intento de demanda», a cargo de las peñas de los caballos del vino de Caravaca de la Cruz, que llegaron a votar si le demandaban por una tira en la que vinculaba aspectos de esa fiesta como elemento identificativo del lugar con cargos de corrupción en su ayuntamiento. «Nos llegan pocas demandas, porque tenemos un margen legal amplísimo, la Ley nos ampara mucho, y porque es muy impopular. Si algo tenemos los viñetistas que nos hace ser privilegiados en los periódicos es la complicidad del lector. Para meternos mano se lo piensan mucho», explicó Rey.

Hubo tiempo para muchas anécdotas. Para que Gallego dijera que «el tío al que más le importan las tiras de humor, las colecciona absolutamente todas y tiene álbumes llenos con todos los chistes donde aparece él» es Baltasar Garzón. Para que Puebla recordara que un «secretario@ de Estado» le diera la enhorabuena por una viñeta en la que no salía muy bien su ministro porque «es que no se calla y mete la pata cada vez que habla» o que el director del CNI le llamó el día de su cumpleaños para felicitarle pero no por eso sino por una viñeta. «Yo ya tengo comprobado que puedes sacar lo que sea, pero si lo sacas delgado no hay problema», añadió. Y Gallego lo corroboró, recordando que el jefe de prensa de José María Aznar les dijo en una ocasión que estaba «muy molesto porque le sacáis muy bajito». «Pues que se ponga tacones, qué le vamos a hacer. ¡Si es un enano, coño!», sentenció entre risas. Zullet, abanderado y pionero de las nuevas tecnologías aplicadas al dibujo, recordó que Francisco Álvarez-Cascos le pidió una vez un original de una de sus caricaturas. «No pude convencer ni a Cascos ni a mi director de que el original estaba en las tripas del ordenador», recordó. «Perdóname, pero lo de Cascos no es difícil», apostilló Rey. El mismo Rey apuntó los temas más complicados para los viñetistas: «los temas de fe y religión», el Papá porque «por el simple hecho de publicarlo siempre te llegan anónimos» y «Emilio Botín», sin más explicación.

Más de políticos. Ya en el turno de preguntas recordaron que Juan Fernando López Aguilar, que fuera ministro de Justicia, también dibujada. «En su cargo, fue Notario Mayor del Rey. Nunca un dibujante había ocupado ese cargo tan alto», recordó Zulet. Y Gallego explicó una anécdota «que le prometimos que no contaríamos nunca». López Aguilar, cuando dibujaba en prensa, fue condenado por caricaturizar a un juez que había condenado «a una mujer que se había puesto en tetas en la playa». «Pasan los años y el dibujante preso y condenado se convierte en ministro de Justicia. Y en la recepción de la toma de posesión, ¿quién va a presentarle sus respetos? El juez que le había condenado», dijo, añadiendo que cuando se lo recordó «el pobre juez empezó a desinflarse» y López Aguilar les confesó que vivió «un momento de gloria». «Ahora no pero antes en los parlamentos decían muchas cosas graciosas», lamentó Idígoras. Y Zulet recordó entonces una anécdota que utilizó en su juicio ya comentado por injurias. «Hubo un dibujante francés que llamó estúpido a un alto cargo y lo dibujo en forma de pera, que en francés significa estúpido. Él demostró que se parecía a una pera. Su frase célebre es ‘aquello de lo que me acusa no está en mi dibujo sino en su conciencia»‘ Yo cuando lo dije en el juicio me querían acusar de desacato», aseveró.

La parte más amarga del trabajo del viñetista no son las querellas, sino las amenazas. Lo cuenta Gallego. «Trabajábamos en El País, marzo del 90, creo, y una tarde llegamos a la redacción. Nos preguntan si hemos visto el Egin. La portada eran dos chistes nuestros. Bajo el primero decía «ayer hicieron esto». En el segundo, «hoy han hecho esto». Y debajo ponía «¿y mañana…?» Consultamos en el periódico porque estábamos acojonados. Nos dijeron que no teníamos que tener miedo porque el tercer aviso era lo realmente peligroso». Rey recordó que esa tira la hicieron por «un compañero de Nacional que estaba en Euskadi y le amenazaron de muerte». «ETA no te amenazaba tres veces, te amenazaba once veces. Cuando te llegaba el décimo aviso de ETA empezaba lo realmente complicado», apuntilló. Y Adanti recordó con humor que, afortunadamente, el tiempo del terrorismo parece haber pasado. «Once avisos están muy bien, yo no lo llamaría terrorismo», dijo. Idígoras contó que sacó en una viñeta a la portavoz de Jarrai, y el chiste apareció en su web con la leyenda «lo que piensan de nosotros los enemigos del pueblo vasco». «Pero si yo me llamo Idígoras, qué enemigo del pueblo vasco…», explicó.

La gala terminó con buen humor, ambiente festivo, y la diversión proporcionada por las anécdotas, los dibujos en vivo de todos los presentes e incluso con el truco de magia realizado en directo por Idígoras, pero también con una frase que es obligado destacar porque evidencia el verdadero problema de la situación de la prensa. La pronunció Julio Rey: «La prensa es el segundo sector más afectado por la crisis después del de la construcción. Se dice pronto., Yo quiero ser optimista, creo que la prensa de una forma o de otra va a seguir hacia adelante pero lo que me preocupa es que el nivel del lector en este país y con este Gobierno en concreto está bajando a unos niveles realmente alarmantes. La cultura en general se está menospreciando y se nota en los lectores».

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Esta entrada fue publicada el 16 octubre, 2013 por en Salones.

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